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jueves, febrero 15, 2024
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Traición y muerte de “El Chino Ántrax”

José Rodrigo Aréchiga Gamboa tenía cuentas pendientes con Los Chapitos desde 2013 y regresó a Sinaloa en medio de una pugna territorial por Culiacán que los Guzmán ganaron a Jesús Alejandro Sánchez “El Ruso”, operador criminal de Ismael “El Mayo” Zambada. El ex jefe de sicarios regresó a la Capital sinaloense contando con una protección que Los Mayos no le proporcionaron. Así lo mataron

Estaba escondido en la colonia Guadalupe Victoria al Oriente de Culiacán, sede del poder criminal de Los Ántrax. Aun así, lo secuestraron a punta de bala, lo golpearon y lo mataron. Las autoridades ignoran si antes de fallecer vio cómo asesinaban a su hermana Ada Jimena y a su cuñado Juan Guillermo García, quienes lo acompañaban. Pero dada la violencia con la que fue sustraído, el señalado asesino José Rodrigo Aréchiga Gamboa “El Chino Ántrax” sabía que lo matarían y que lo habían traicionado.


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Sus asesinos querían que el ajuste de cuentas fuera un ejemplo público, y, como evidencia de la privación de la libertad, dejaron una casa llena de balazos con una puerta de cochera derrumbada.

Alrededor de las once de la noche del viernes 15 de mayo, el Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4) de Sinaloa recibió llamadas de emergencia denunciando la balacera sobre el domicilio, pero ninguna autoridad atendió el reporte o acudió al lugar.

Los verdugos no perdieron el tiempo para abandonar el cuerpo de “El Chino” y que esto fuese noticia. Después de abandonarlo junto a los restos de sus parientes, en un camino concurrido dentro de un auto, las autoridades recibieron otra “llamada anónima” informando dónde encontrarlos.


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En las inmediaciones del puente del Arroyo del Toro, sobre el camino de terracería que comunica de la carretera a Sanalona al poblado Ayuné en Culiacán, el cadáver amoratado e hinchado de Rodrigo Aréchiga evidenciaba haber sido golpeado y torturado.

Respecto a la identidad de los presuntos responsables del asesinato del que fuera escolta de Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo” y cabeza del sicariato Los Ántrax, que ajustaba las cuentas criminales del cártel para Ismael “El Mayo” Zambada, las hipótesis van en dos rumbos. En ambas, los homicidas pertenecen al Cártel de Sinaloa y la ejecución de Aréchiga se considera como parte de una purga interna.

 

LA LUCHA INTERNA EN EL CDS

La primera hipótesis apunta a los empoderados “Chapitos”: Iván Archivaldo Guzmán con su cabecilla operativo y jefe de sicarios radicado en Culiacán, Néstor Isidro Pérez Salas “El Nini”.

Los Chapitos tenían un viejo conflicto con “El Chino Ántrax”. A finales de 2013, Aréchiga Gamboa se había enfrentado a Iván Archivaldo Guzmán Salazar en un antro de Culiacán. “El Chapito” pidió a “El Mayo” que entregara a su jefe de matones y no lo hizo, pero lo sacó temporalmente de Sinaloa para evitar problemas mayores.

Fue así como “El Chino Ántrax” terminó inmiscuido en el asesinato de Francisco Arellano Félix el 18 de octubre de ese año en Los Cabos, Baja California Sur. Fue detenido el 30 de diciembre del mismo 2013 en el Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam en Países Bajos, procedente de Ciudad de México.

Además, está la versión filtrada en septiembre de 2018: Aréchiga habría servido como testigo protegido en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, sentenciado a cadena perpetua el l7 de julio de 2019. El poder que adquirieron Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán al enfrentarse a partir el 8 de enero 2016, cuando su padre fue detenido por tercera ocasión, y prevalecer sobre Dámaso López Núñez “El Licenciado”, detenido en mayo de 2017 y extraditado en julio de 2018; y su hijo Dámaso López Serrano “El Mini Lic”, quien se entregó a la DEA estadounidense en julio de 2017.

A lo anterior se suma el enfrentamiento público con “El Mayo” a partir de noviembre de 2018, cuando el abogado de “El Chapo”, Jeffrey Lichtman, empezó a declarar que el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa era Ismael Mario Zambada García, de entonces 72 años de edad; y el dominio criminal que ampliaron con el triunfo de Iván Archivaldo Guzmán sobre el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador el 19 de octubre de 2019, cuando a fuerza de balaceras, amenazas y después de asesinar a ocho personas, herir a 16 elementos de seguridad, provocar la fuga de 51 reos (dos recapturados), robar 42 autos, incendiar nueve carros y establecer 19 bloqueos carreteros, logró que su medio hermano, Ovidio Guzmán, a quien había detenido la Policía Federal, fuera liberado.

También las decenas de muertes en Culiacán provocadas por el enfrentamiento de “El Nini”, matón para Los Chapitos, contra Miguel Ángel Gaxiola y/o Jesús Alejandro Sánchez “El Ruso”, sicario y jefe de seguridad de Los Mayos ocurrido entre octubre de 2019 y abril de 2020, en Culiacán.

En esas condiciones, para pocos en el Cártel de Sinaloa era conveniente el ingreso de “El Chino Ántrax” a esta pugna.

 

“NARCO POLO”, COACUSADO Y TESTIGO MUERTO

La segunda hipótesis se dirige a Los Mayos, hijos y operadores criminales de Ismael “El Mayo” Zambada. El asesinato estaría relacionado con la información que “El Chino Ántrax” proporcionó al gobierno respecto al modus operandi del grupo, el sistema de lavado de dinero, así como la identidad de los operadores, contactos y rutas con Colombia, Guatemala, Belice, Costa Rica, Panamá, Honduras, Asia y Europa.

Además de su relación y contactos con las pandillas de Chula Vista y National City en San Diego California, que llevan la droga de ese cártel hacia San Francisco, Chicago y Los Ángeles, y el Norte de California.

La función de “El Chino” al interior del cártel al que se había integrado 18 años atrás, era de asesinar a competidores y traidores. Sabía cuáles eran los riesgos y qué significaba llegar a Culiacán en medio de una pugna que llevaba cinco meses en crisis.

“El delincuente no hubiera regresado a Sinaloa si no creyera que tenía la protección de su jefe. Incluso si los homicidas hubieran sido gente de Los Chapitos, o de Los Beltrán Leyva, ese asesinato no hubiera sido posible si los Zambada no lo hubieran dejado solo”, expuso un investigador local.

A José Rodrigo lo trasladaron a Estados Unidos en julio de 2014, y en octubre del mismo año, en plena campaña de reelección, la procuradora general de California, Kamala D. Harris, anunció el desmantelamiento de las dos principales pandillas que distribuían la droga de Los Mayos y tenían negociaciones directas con Aréchiga Gamboa: Los Nitros y Los Urtiz al Sur de California.

Esto fue parte de la operación “Narco Polo”, en la cual el 16 de enero de 2015, la Fiscalía para el Distrito Sur de California desclasificó 14 acusaciones formales que existían desde 2013 contra 60 miembros del Cártel de Sinaloa, entre estos “El Mayo” Zambada y sus hijos Ismael Zambada Imperial “El Mayito Gordo” (12 de noviembre de 2014) e Ismael Zambada Sicairos “El Mayito Flaco”; el primogénito de “El Chapo”, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Rodrigo Aréchiga, entre otros.

Frente a una probable sanción de diez años a cadena perpetua, la sentencia dictada por el juez Dana Makoto Sabraw tras cinco años de negociaciones contra José Rodrigo Aréchiga Gamboa, fueron 87 meses de prisión (siete años y tres meses), de los cuales, a ese momento, ya había cumplido prácticamente seis años. Posteriormente debía permanecer en San Diego, California por otros cinco años en libertad condicional.

Incluso esta generosa sentencia fue mejorada porque Aréchiga debía salir el 30 de marzo de 2021, pero con posteriores acuerdos, regresó a la calle un año 27 días antes de lo originalmente estipulado: el 3 de marzo de 2020.

Incluso versiones extraoficiales apuntan que, en calidad de testigo protegido, la llegada de “El Chino Ántrax” a Culiacán era para facilitar a la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) la captura de “El Mayo” Zambada.

 

IDENTIFICADO POR LA DEA

El cadáver de José Rodrigo Aréchiga Gamboa, localizado en el poblado Ayuné en Culiacán, Sinaloa, debió ser identificado a través de pruebas forenses porque en vida se sometió a varias cirugías plásticas, incluso intentó alterar sus huellas dactilares para ocultar su identidad, como había informado la Fiscalía del Distrito Sur de California el 11 de julio de 2014, cuando “El Chino Ántrax” fue presentado en su primera audiencia ante la Corte de Estados Unidos.

Hace seis años, el hombre moreno de estatura promedio, presentado en overol naranja, lucía como un joven maduro, con uno pocos kilos extra, cabello oscuro, bigote y barba de candado. A primera vista poco se parecía a la foto pública dada a conocer por el gobierno mexicano, del veinteañero espigado, aparentemente lampiño, cabecilla criminal de Los Ántrax y comando de sicarios del Cártel de Sinaloa.

Sin embargo, esa nueva imagen del sujeto capturado el 30 de diciembre de 2013 en el Aeropuerto de Ámsterdam procedente de Ciudad de México, era muy similar a la del cadáver de un hombre localizado maniatado, encobijado y con huellas de tortura en el maletero de una camioneta BMW X5 a las 9:30 am del viernes 16 de mayo de 2020, sobre un camino de terracería en las inmediaciones del puente del Arroyo del Toro.

Se trataba del cuerpo de un masculino moreno, en sus 30 años, delgado, con bigote y barba de candado, ojos amoratados e hinchados como el resto de la cara como evidencia de haber sido golpeado en repetidas ocasiones, además de lesiones en la barbilla y pómulo derecho. La nariz delgada y un poco aguileña, al igual que la forma de nacimiento del cabello, era lo único que correspondían con certeza a las imágenes que el gobierno sinaloense tenía disponibles de Aréchiga.

Aunque en la Fiscalía General del Estado tenía un 90% de certeza que el cadáver era de “El Chino Ántrax”, la mañana del viernes 15 de mayo, cuando los agentes y peritos localizaron la camioneta con una mujer y dos hombres asesinados, decidieron solo confirmar la identidad de Juan Guillermo García y Ada Jimena Aréchiga Gamboa, cuñado y hermana del sicario. Fue hasta pasadas las dos de la tarde del lunes 18 que la Fiscalía de Sinaloa emitió un comunicado vía redes sociales, explicando que en la carpeta CLN/UEDH/3458/2020 habían realizado “… la identificación oficial de José Rodrigo ‘A’, Ada Jimena ‘A’ y Juan Guillermo ‘G’, víctimas localizadas sin vida el pasado sábado 16 de mayo de 2020, en Ayuné, municipio de Culiacán. Se mantiene colaboración con autoridades federales, diplomáticas y del consulado de EUA.

“La tarde noche de este domingo 17 de mayo de 2020, familiares de las víctimas acudieron ante el Ministerio Público para comparecer y realizar la identificación oficial (…) “También este 17 de mayo, en respuesta a los protocolos de colaboración institucional, se facilitó el acceso a las instalaciones del Servicio Médico Forense a la Fiscalía General de la República, para realizar sus dictámenes periciales con relación a José Rodrigo ‘A’, correspondiente a la carpeta iniciada por la institución federal” y que continuarían las investigaciones.

El 6 de mayo de 2020, Mark W. Rayan y Kimberly A. Pelot, los agentes de libertad condicional responsables de dar seguimiento a Aréchiga Gamboa, informaron que gozaba de ese beneficio desde el 3 de marzo en una casa en San Diego y “solo una semana después de ser liberado” abandonó la custodia sin informar a las autoridades.

Pero en el documento donde reportaron la sustracción de la justicia y que se usó para que  el juez Sabraw ordenara su recaptura el 8 de mayo, no especificaron desde cuándo no lo veían, ni el tiempo que llevaba prófugo. La Fiscalía en Estados Unidos se negó a emitir comentarios al respecto.

A partir que se dio a conocer su fuga, pasaron diez días para que “El Chino Ántrax” fuera encontrado asesinado en Culiacán, Sinaloa.

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