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martes, octubre 1, 2024
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Francisco Morales en la colección editorial La Rumorosa

El poeta y narrador fue incluido en la serie literaria con el título “Rosarito blues”, editado por la Secretaría de Cultura de Baja California con seis poemarios escritos en las últimas décadas

 Uno de los autores más importantes de la literatura bajacaliforniana, Francisco Morales, ahora forma parte de la colección editorial La Rumorosa, recién creada por la Secretaría de Cultura de Baja California.

“Rosarito blues” es el título que incluye seis poemarios que ahora integran la serie La Rumorosa que implementó Pedro Ochoa Palacio desde la Secretaría de Cultura, con el objetivo de publicar “los clásicos de la literatura bajacaliforniana”.

“La colección editorial La Rumorosa es una muy buena idea, ojalá que se realice hasta llegar a los 100 números, es muy interesante y además es interesante que casualmente van a aparecer con la pandemia”, expresó a ZETA Francisco Morales.

“Pedro Ochoa va a hacer historia con la colección editorial La Rumorosa, es muy importante, muy buena idea porque hay que rescatar la palabra, es muy importante rescatar la palabra de los escritores que ya no están o de los que están”, complementó el autor que aprovechó la ocasión para confesar a este Semanario algunos detalles sobre “Rosarito blues”, sus primeras publicaciones en periódicos en la década de los 70 y sus orígenes.

 

DE YÉCORA A TECATE

Hijo de Secundino Morales y María del Socorro Vásquez, Francisco Morales Vásquez nació en El Campanero en Sonora. Llegó al Pueblo Mágico junto con su familia alrededor de 1950.

“Llegamos a Tecate, procedentes de Sonora, migrantes, con mi abuela materna, Rita Vale; mi madre, María del Socorro, y dos hermanos. Mi madre hizo un viaje larguísimo de Cananea hasta más allá de Yécora, en los límites de la Sierra de Chihuahua, en la Sierra Madre Occidental, en lo más alto, en un aserradero llamado El Campanero; ahí es donde yo nací. Fueron tiempos muy difíciles en lo económico”, recordó.

Fue en Tecate donde inició su aventura con la literatura: “Mi nana, mi madre, me leía los clásicos, pero también ‘Memín Pingüín’, ‘Tarzán’, ‘La pequeña Lulú’, las tiras cómicas; y también las que llegan del otro lado, Selecciones. Lo más normal en mi casa era leer, llegaban un montón de revistas de aventuras semanales uruguayas, argentinas, mexicanas que había en esos tiempos, porque no había televisión”.

Luego de las primeras lecturas, el poeta evocó que empezó escribiendo cuento:

“En segundo de secundaria, un maestro nos puso de tarea escribir un cuento, a todos; cada quien fue leyendo el cuento, y el mío era de un bosque incendiado que jamás lo terminé, pero ahí me entró esa semilla por escribir; entonces empecé a ver pasar las nubes, los vientos, las lluvias, los primeros amores, alegrías, tristezas y escribía pequeños poemas. A los 17 años escribí mi primer poema sobre la muerte, la otra vez lo publiqué en Facebook”.

Entre 1950 y 1968, Morales vivió en Tecate, Nogales, Magdalena, Cananea, Valle de las Palmas, para establecerse en Tijuana en 1969.

“Yo de todos modos digo que soy tijuanense, ahí nacieron mis hijos, ahí desarrollé mi carrera profesional, fui maestro 30 años en primarias y secundarias dando clases de Español y Literatura”, expuso.

Archivo

 

DESDE LOS PERIÓDICOS

En la entrevista con este Semanario, Francisco Morales repasó que estudió en la Escuela Normal Superior de Nayarit entre 1965 y 1970, “mi especialidad es Lengua y Literatura Castellana, tengo toda la base fundamental de la literatura porque eso estudié en la Normal de Nayarit”, dijo.

Además de su labor como docente, escribía poesía y cuento, aunque en la década de los 70 no dio a conocer ningún libro, sino que publicaba en periódicos locales de Tijuana.

“Héctor Lucero Antuna, Prudencio Rodríguez, Mario Ortiz Villacorta, Ruth Vargas, Felipe Méndez Copado y yo, y no me acuerdo cuántos más, muy pocos, nos apoderamos de los suplementos culturales en Tijuana de El Mexicano, Noticias, El Heraldo, el Baja California y publicábamos cada semana, a principios de los 70. Entonces, empecé a publicar en los suplementos a partir como del 70, publicaba poemas y cuentos, pero no tengo ninguno, no sé si existirán; era 1971, 1972”.

Casi todos los escritores toman algún curso o taller de lo que se conoce como escritura creativa. ¿Tallereaste con algún escritor?

“No, porque no había con quién, estaba el grupo de Rubén Vizcaíno que era de la época pasada y no había manera de reunirse con ellos porque nosotros éramos los jóvenes, pero además éramos de la calle, los que escribíamos de la calle y no escribíamos de las cosas cultas como en ese tiempo se usaba, como los escritores cultos de la UNAM, por ejemplo. Nuestros temas eran los de la calle, ahí se diferenció mucho nuestra manera de escribir; no había con quién ir a hacer taller, pero leíamos mucho, comprábamos libros, todo lo que fue el boom latinoamericano, los escritores gringos como Faulkner, Hemingway, Dos Pasos. Yo andaba mucho con Héctor Lucero Antuna, Patricio Rodríguez, gente muy capaz, muy interesante, pero ya murieron”.

 

EN LOS 70

Francisco Morales trajo a la memoria la época setentera, en la que aún no existían instituciones como Centro Cultural Tijuana, Instituto de Cultura de Baja California o el Instituto Municipal de Arte y Cultura.

Incluso recreó las tertulias literarias de aquella época: “El sitio de reunión era el restaurante del Hotel Nelson, ahí nos reuníamos con Rubén Vizcaíno, los amigos de Vizcaíno como Víctor Soto, Ruth Vargas Leyva, Raúl Rincón. Yo andaba con Héctor Lucero Antuna, un activista cultural impresionante, y Prudencio Rodríguez.

“En el Hotel Nelson tomábamos y tomábamos café, escuchábamos a Vizcaíno que no paraba de hablar y hacíamos los proyectos de lectura, leíamos en distintos lugares, en la asociación de médicos allá por el Club Campestre, y en Banamex de Calle Segunda, en lugares que no eran para eso; ahí leíamos en voz alta al público, se hacía una cita y ahí leíamos. No había Casa de la Cultura ni IMAC, ni CECUT. Ahí andábamos Roberto Casillo, mi hermano Marco Morales, Rosina Conde, también por ahí Patricio Bayardo, Prudencio Rodríguez…”.

¿Llegaban las influencias literarias de autores del centro del país a Tijuana en los 70?

“Claro, llegó la influencia de José Agustín, de Gustavo Sainz, influyeron con mucha fuerza, no tanto Juan Rulfo porque no era tan atractivo como José Agustín, porque Rulfo venía de la escuela de Agustín Yáñez, que escribían historias muy del Bajío, de alrededor de Jalisco. Quien rompe con una fuerza inmensa es Juan Rulfo, de una manera muy romántica, muy mexicana y muy universal al mismo tiempo, con una belleza increíble; pero quien golpea con fuerza a los escritores jóvenes es José Agustín y los escritores gringos”.

¿Consideraste algún cambio en el fondo o forma de escribir con relación a cómo escribían los escritores tijuanenses de la generación anterior, de los 60?

“No sé si es correcto que lo diga, pero mi escritura rompió con las otras maneras. La manera de escribir anterior manejaba mucho el tiempo y la música, la rima. Yo manejo mucho la candencia, la musicalidad y el tiempo; el tiempo te da las pausas, los puntos y las comas, este tipo de poesía fue más libre, aunque surge en muchos lados del mundo. En Tijuana empezamos con esa poesía libre, mucho del verso libre nos llega de los poetas del otro lado, de los hippies para acá, ya no obligados a las 14 sílabas o a tercetos y sextetos.

“Con esta forma ya conseguía yo toda la libertad para escribir, desarrollaba un tema de 15, 20 poemas, por ejemplo, el de la muerte, la muerte anda a todos lados conmigo, son unos cuantos poemas, pero ahí se está viendo el tema de la muerte con distintas medidas, con distintos abordajes, de distintos desarrollos. Es el mismo tema y constituye un mismo tema donde se habla de la muerte, pero el verso es libre”.

En términos generales, ¿cómo escribían los autores tijuanenses de la generación que te precedió en los 60?

“Era más correctos en su manera de expresarse, eran contadores, licenciados. Eran tiempos previos a la Guerra de Vietnam, la Guerra de Corea. Muchos de ellos llegaron de Baja California Sur, poblaron las preparatorias y las normales viniendo de la Normal que había en La Paz, entonces escribían de esa manera correcta donde los maestros del pasado eran Amado Nervo, Rubén Darío, etcétera.

“Estaban Sor Abeja y Rubén Vizcaíno. Sor Abeja escribía los cuentos de los aparecidos en Tijuana, los que asustaban, lo que pasaba en la Zona Norte, y Vizcaíno hablando de la ciudad perversa, negra; los demás tal vez escribían cuentos que hablaban de romances o de aventuras o de viajes, no recuerdo a una gran personalidad escribiendo eso.

“A quien recuerdo que empezó de otra manera, mucho después, fue Federico Campbell, me impactó bastante cuando leí ‘Todo lo de las focas’ (UNAM, 1982), un texto muy jodón, de ahí Federico se vino a contar todo lo demás, ‘Tijuanenses’ (Joaquín Mortiz, 1989); a él le ayudaron bastante su pasión por escribir, sus viajes, sus entrevistas con escritores”.

 

EN LA RUMOROSA

Francisco Morales publicó su primer poemario “La muerte al lado, adentro… conmigo” en 1985. La literatura tijuanense y bajacaliforniana no puede documentarse sin la inclusión de su acervo: “La ciudad que recorro” (1986), “Desencuentros del blues, de los amores” (1991), “Tijuana Tango” (1992), “Poemas del hogar y sus orillas” (1994), “Amanecida” (1994), “Poemas del mesón” (1994), “Desolado amor” (1999), “Vasta, informal manera de decir Acteal” (2007) y “Cirrus. –nimbus, cumŭlus, strãtus-” (2012), entre otros.

En 1993 publicó el diario “El día moridor” y en 2010 su primera novela, “Póker del hombre triste en la tarde azul”.

Ahora incluido en la colección editorial La Rumorosa, en “Rosarito Blues” Morales incluye seis poemarios: “Parque Hidalgo”, “Correo del hombre gris”, “Cuaderno de Irak”, “Puerto saldamando”, “Rosarito blues” y “Bet Sabe la despedida”.

“Todos los poemarios de ‘Rosarito blues’ son inéditos, se fueron amontonando, los inscribí a concursos, no ganaron, ahí se quedaron. Hay distintos lenguajes porque son distintos tiempos, el cambio en la literatura con los tiempos de los escritores y los temas también, entran los amores, desamores, nostalgias, melancolía constante, la fuerza de tiempo que ha pasado, las relaciones. Se habían ido quedando, abrí el cajón y encontré que había esto y armamos ‘Rosarito blues’, porque generalmente en mi manera de escribir siempre está el blues, el tango o el bolero, reina mucho eso en mi poesía, porque mi padre era un gran cantante”.

Sin mencionarla por su nombre, ¿por qué Tijuana ha sido como tu personaje y escenario para tu poesía?

“Nunca digo Tijuana, salvo con el título ‘Tijuana tango’. Con ‘San Ysidro Zone’ (Premio Nacional de Poesía Tijuana 1999), de quien estoy hablando es de Tijuana, dice todo el paso del migrante a Estados Unidos, toda es tragedia o aventura, pero siempre se infiere que estoy hablando de Tijuana.

“Una de las cosas muy importantes del que escribe, es que lo haga para un lector universal, lo mismo de Japón que de Francia, Argentina, que le entienda; por eso mi ciudad es cualquier ciudad, pero es Tijuana siempre el personaje, el universo”.

¿Por qué en la poesía de Francisco Morales no se reproduce el habla coloquial de Tijuana, recurso que muchos autores explotan?

“No lo hago porque quiero que mi lenguaje sea universal, y si utilizo el lenguaje de los cholos no me van a entender en otros lugares. Intento que mi lenguaje sea universal y sencillo, aunque cueste trabajo leer lo que escribo, aunque las ideas a veces se complican bastante. Busco una cierta manera universal de decir, hay que ser claro: me interesa el ser humano, lo importante es decir, comunicar”.

La Secretaría de Cultura de Baja California informó que “Rosarito blues” de Francisco Morales estará disponible para su descarga sin costo a partir de junio en redes sociales de la institución como Facebook (https://web.facebook.com/BC.SecretariaCultura) y, posterior a la contingencia sanitaria, se imprimirá para su distribución gratuita.

Para descargar el PDF de “Rosarito blues” de Francisco Morales editado este año por la Secretaría de Cultura de Baja California, los lectores sólo deben dar clic en: http://www.icbc.gob.mx/libros/rosarito%20blues-final-2.pdf

 

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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