Dictaminados por Spotify, iTunes, Netflix y YouTube, creativos mexicanos se adaptan a las nuevas formas de consumo, modelos de negocio del entretenimiento y procesos de remuneración que, salvaguardados por la Sociedad de Autores y Compositores de México, ven la transformación a nivel global del formato físico (5%) a digital (95%)
Luego de superar la piratería del formato físico (CD y DVD), el gran cáncer que debilitó profundamente el negocio de ventas de la música (disqueras, tiendas de música) y el exterminio del formato, la industria enfrentó la piratería tecnológica (Limewire, Ares) desplazándola con ofertas legales a bajo costo, hasta transformar el escenario en un 80% para los productores, intermediarios y consumidores; sobre todo para los autores que deben adaptarse a nuevas formas, tiempos y derechos de/por consumo de sus creaciones.
“Antes -en la era digital- y después, cada peso de regalías autorales tendrán nombre y apellido”, subrayó Roberto Cantoral Zucchi, director general de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), quien presumió a ZETA que dicha organización vela de forma eficiente, vanguardista y transparente, los derechos de autor de 20 millones de obras de más de 30 mil autores, adaptándose a los nuevos modelos del mercado global de la música.
“El mundo se fue al internet y la música a las plataformas digitales, provocando un nuevo orden en el proceso de ventas musicales. Hoy, el mercado físico está totalmente desplazado, los CD y DVD van a quedar para colección. Spotify, YouTube, Netflix, iTunes, Vevo, Tik Tok, Amazon y Google, acaparan el 95% de la industria legal de la música, y ahí está la SACM a la vanguardia como una de las organizaciones con mayor recaudación de regalías por streaming, reproducciones, descargas, visualizaciones y distintos usos de las obras. Cobramos el 100% de los derechos gracias a que desde hace diez años vimos la necesidad de fortalecer la recaudación en el entorno digital, sabíamos que desaparecerían los formatos físicos”, afirmó el hijo del compositor de canciones como “El triste” y “El reloj”.
Y destacó:
“La SACM es la campeona en captación de regalías por plataformas digitales a nivel mundial (unos 200 millones de dólares anuales), de acuerdo a la Confederación Mundial de Autores, y por debajo de China, Estados Unidos, Japón, Francia e Inglaterra, en recaudación. Nos hemos adecuado a la tecnología para proteger los intereses e integridad de las obras, cada peso tiene su dueño. Si bien ya no se venden discos, tenemos contrato con todas las plataformas digitales, y con un muy buen éxito puede vivir un compositor por 20, 30 años”.
De acuerdo con Cantoral, “antes el tema exitoso de un disco arrastraba regalías para otras nueve canciones, nueve autores, pero hoy, el éxito de un autor es individual. Los creadores dependen de sí mismos, y aunque te grabe Luis Miguel, si tu tema no es sencillo y no tiene éxito en plataformas, no va pasar nada. En la era digital hay varios fenómenos, los independientes que nacen en un entorno digital tienen la posibilidad de crecer prescindiendo de las disqueras. Ya no es un sistema democrático, pero la información es mucho más transparente, es más fácil saber cuáles son éxitos, cuántos streaming o descargas tiene una obra a nivel mundial”.
Sin embargo, pese a las nuevas formas de consumo, modelos de negocio del entretenimiento y procesos de remuneración dictaminados por las plataformas digitales, para algunos creadores mexicanos no ha sido fácil adaptarse.
“Algunos lamentan y añoran el pasado porque la tecnología desplazó otros modelos y ritmos rentables para los compositores, pero el mercado legal en plataformas representa el 80% de la legalidad total. Nos jactamos de transparencia en las regalías digitales y la captación de restaurantes, discotecas, hoteles, establecimientos mercantiles; y en teatro, conciertos, y palenque, el 6% de la entrada se reparte entre los autores cuyos temas fueron interpretados, mientras que en cine se capta el 1% de la taquilla. Spotify nos paga un porcentaje de sus ingresos y nos proporciona el listado de lo escuchado. En general, tenemos registro de 95% con exactitud de a quien le pertenece cada regalía”, concluyó el titular de la SACM.
AUTORES PONEN EN ENTREDICHO BENEFICIO DE LAS NUEVAS FORMAS DE CONSUMO
“Creo que lo digital y las nuevas tecnologías han perjudicado más de lo que han beneficiado. Por ejemplo, Julio Iglesias en lo latino fue uno de los que más vendió discos, pero tenías que comprar el disco porque era el único medio, hoy si quiero escuchar una canción me meto a YouTube y lo hago gratis, mientras el autor recibe centésimos de dólar por cada miles de plays, lo cual es mucho menos de lo que genera Spotify, en el que debes pagar suscripción”, señaló el multiinstrumentista, compositor y cantautor ensenadense Giovanni Arreola, destacado por su trabajo con figuras de la música como Cristian Castro, Yahir, María del Sol, Rocío Banquells y Nicho Hinojosa, por mencionar algunos.
El también compositor musical para proyectos fílmicos parte de la programación de Netflix y Amazon Prime Video, asegura tener que diversificar su labor autoral.
“Las plataformas son una gran herramienta de producción, ahora podemos llegar a cualquier lugar, pero eso ha cambiado totalmente cómo se manejan la música y las regalías, pero no hemos terminado de adaptarnos porque en Latinoamérica hay falta de cultura para descargar música legal, mientras algunos autores siguen pensando en los discos físicos. Y aunque los derechos de autor nos llegan por medio de SACM, hay otras plataformas para distribuir y monetizar, sin olvidar que en los nuevos tiempos se hacen negociaciones entre productores, artistas y compositores para la distribución de regalías; en un momento dado entran las disqueras, entonces se vuelve relevante qué tan conocido e importante eres… muchos optan por tener su propia editora”, expuso Arreola, para después subrayar que las plataformas pagan muy poco.
“En Spotify debes tener cien reproducciones para generar un peso, lo veo más buen como una opción de promoción, aunque para los que generan volúmenes más altos, siempre será redituable, pero nunca comparado con vender discos u obtener comisión por descargas en iTunes. Hay artistas que retiran sus catálogos de las plataformas por la manera en que se pagan las regalías de streaming. Las plataformas te pagan el 100%, pero no llegas a nuevos públicos, ni te expandes”, ejemplificó.
Mientras que el productor y compositor tijuanense Carlos Tachiquín, complementó que el beneficio de las tecnologías depende de la adaptación a estas, “antes vendía mis discos de mano en mano y era dinero íntegro para mí, ahora con las plataformas digitales rentamos nuestra música, lo cual es conveniente y lo estamos asimilando. Desgraciada o afortunadamente se trata de la oferta y la demanda, entre más plays tenga tu película o canción, pues más ganas, es ahí donde como compositores tenemos que empezar a trabajar de forma diferente, porque se nos da un porcentaje de cada transmisión.
Tachiquín, quien ha colaborado musicalmente en películas del director René Bueno, como “Recién cazado”, “7 Mujeres, 1 homosexual y Carlos” y “Tijuana I Love You”, resumió:
“Hay más competencia, apertura y posibilidades de llegar a los artistas, solo debemos aprovechar y adaptarnos”.
CUANDO EL DERECHO DE AUTOR ES CONDICIONADO
Además de adaptarse a los nuevos hábitos de consumo y procesos de captación de regalías, los autores y compositores se enfrentan a nuevas formas de proteger sus obras mediante tratos condicionados que les garanticen un porcentaje de la ejecución de las mismas.
Para Manuel Eduardo Castro, quien ha compuesto temas para Vicente Fernández, las compañías editoras -intermediario entre compositor y artista- han significado un tema injusto en cuanto a repartición de regalías, ya que “un compositor puede registrar su obra con una editora, el problema es que le cedes gran parte de los derechos de tu obra. Artistas como Marco Antonio Solís, Banda El Recodo, Joan Sebastian y otros, empezaron hacerse de su propia editora para obtener un mayor porcentaje, si tú como autor les llegabas con tu editora. te rechazaban, porque evidentemente las ganancias serían menos para ellos”.
Para concluir, Carlos Pineda, delegado de la Sociedad de Autores y Compositores de México en Baja California, secundó:
“Un autor puede meter su obra a SACM y genera una ganancia del 90% por su trabajo, al brindarle al artista ese derecho, pierdes gran parte de las ganancias por tu canción, el autor solo cobra de la venta de discos y la ejecución pública. Las ganancias del autor se van mermando en cuanto a la ejecución por su obra, en algunos casos se reparten la mayoría de las ganancias en editoras, productores e intérprete. Es un interés de millones de dólares, en ese sentido el derecho de autor es complicado”.