La crisis sanitaria que se vive al interior del Centro de Detención Mesa de Otay, en el condado de San Diego, California, sigue sin resolverse, aun cuando internos y activistas han denunciado desde el mes de marzo la falta de atención médica, al registrar detenidos contagiados y un deceso por COVID-19 en la primera semana de mayo.
Información publicada en la página web del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), indica que hasta el 25 de abril, había 149 personas detenidas confirmados con COVID-19 en el Centro de Detención de Mesa de Otay; de estas, hasta el 12 de mayo se informó que entre los contagiados se encontraban 37 mexicanos.
El cónsul general de México en San Diego, Carlos González Gutiérrez, explicó que los casos positivos se deben mantener en aislamiento y estricta supervisión médica; y en caso de que la enfermedad se agrave, son las autoridades migratorias de Estados Unidos quienes deben responsabilizarse por la pronta hospitalización del paciente.
“Nosotros estamos trabajando con nuestros amigos de la oficina de abogados defensores de oficio a nivel federal, para que, con apoyo de las autoridades migratorias y del condado, en los casos de personas que no hayan cometido un delito considerado grave o peligroso, explorar su liberación bajo fianza; de manera que puedan seguir su proceso afuera y mantenerse resguardado de un posible contagio”, declaró.
Existen protocolos que impiden que se hagan repatriaciones de Estados Unidos hacia México cuando una persona se encuentra enferma. Al respecto, González reiteró que los detenidos que han dado positivo a COVID-19 deben ser aislados y recibir atención médica.
Además, informó que a partir del 20 de marzo, cuando Donald Trump anunció que darían inicio a las deportaciones exprés, se han reportado en modalidad expedita a tres mil 895 mexicanos, 71 hondureños, 51 personas del Salvador y 36 de Guatemala. Mientras que de forma tradicional van más de 920 repatriaciones, entre abril y mayo.
Entrevistado por Semanario ZETA, Elías Serhan, enlace de comunicación del colectivo Resistencia contra el Centro de Detención de Mesa de Otay, explicó que han buscado que liberen a los migrantes detenidos para que lleven el proceso en libertad, quienes en su desesperación hicieron algunas huelgas de hambre porque no estaban recibiendo material de protección, llegando a ser rociados con gas pimienta al hacer cubrebocas con su propia ropa.
Fue el pasado 6 de mayo cuando falleció el primer detenido de origen salvadoreño por complicaciones relacionadas con COVID-19, trasladado desde este centro de detención.