La constructora “” mantiene la concesión para operar el estacionamiento de Palacio Municipal; a pesar de que ha sido señalada por deficiencias en sus obras de construcción, aportará solo la mitad del costo para reparar el inmueble que ellos mismos construyeron con negligencias
Después de seis años de controversia por un estacionamiento mal construido en las instalaciones del Ayuntamiento de Tijuana, la reparación del espacio tendrá un costo aproximado de 14 millones de pesos, monto que será dividido entre el municipio y la empresa Administradora de Obras y Concesiones, mejor conocida como “Makro”.
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La concesión del estacionamiento se dio en 2009 durante la administración de Jorge Ramos, y comenzó a operar en diciembre de 2011, en el gobierno de Carlos Bustamante Anchondo.
Fue el 7 de octubre de 2014 cuando desde la Dirección de Protección Civil y Sindicatura Municipal, calificaron como inseguro el inmueble, por lo que fue clausurado en forma parcial, permitiendo a la empresa operar el primer nivel y parte de una calle lateral de la Vía Rápida; también se le concedió un plazo de 60 días para repararlo.
La obra presentaba fallas en su estructura, así como errores de construcción, grietas, corrosión de varilla, levantamiento de losa, hundimientos y fisuras, como parte de una serie de vicios ocultos que la empresa concesionada para construir y operar a 30 años el parqueadero no logró solventar.
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En el primer trimestre de 2015, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología de Tijuana, a través de la Consejería Jurídica, emplazó legalmente a “Makro” para que rehabilitara el estacionamiento; sin embargo, esta se limitó a hacer reparaciones superficiales, y no la estructura de fondo.
En 2014 y 2017 una opinión técnica del Colegio de Ingenieros Civiles de Tijuana reprobó la construcción del estacionamiento, por no considerarlo seguro para los usuarios; además de que solicitó el reporte de la calidad de los materiales de construcción a “Makro” (los cuales nunca presentó).
Aun así, en 2018 ya en la administración municipal de Juan Manuel Gastélum Buenrostro, decidieron ignorar la opinión de los expertos, y reabrir el estacionamiento, argumentando que sí se habían realizado las observaciones del colegiado, con un costo de 11 millones de pesos.
Cabe destacar que la empresa “Makro” fue una de las más beneficiadas durante la administración estatal de Francisco Vega de Lamadrid, al obtener varias obras sin necesidad de licitación; una de ellas es el Nodo 20 de Noviembre, el cual presentó irregularidades en su construcción debido al uso de material de baja calidad.
Quitarán sobrepeso al estacionamiento
Actualmente el estacionamiento presenta un sobrepeso de 800 kilos, señaló a ZETA Gabriel Zambrano, regidor presidente de la Comisión de Planeación, Urbanismo, Obras y Servicios Públicos, y se le puso una carga de 500 kilos más para ver qué tanto más colgaba.
“A alguien se le ocurre hacer un dizque zócalo, y le da una sobrecarga de 800 kilogramos de carga muerta de materiales, algo que se queda fijo. Más 500 kilogramos de carga viva del ser humano, ya serían mil 300 kilogramos de exceso (de gente que acudiera a eventos en la explanada)”, dijo.
Para verificar la resistencia de la obra, decidieron arriesgarse -Ayuntamiento y “Makro”- y hacer una sobrecarga de 500 kilogramos de exceso durante tres días, sumándose a los 800 ya existentes: en un espacio de cuatro columnas colocaron el peso extra, y descubrieron que colgaba siete milímetros más.
“Hemos decidido quitar la carga de 800 kilogramos, de acuerdo con el concesionario (Makro) para que quede la losa original, la que se coló en sitio. Vamos a aliviar ese sobreesfuerzo que ha tenido la estructura, y calculamos que vamos a poner 100 kilos de metro cuadrado de una película delgada, de un material epóxico que tiene arenas antiderrapantes; dejará una capa como de cuatro milímetros de grosor impermeable”, especificó.
Con ese acabado, cuando se realice una actividad cívica, la obra podrá soportar más de 500 kilos de peso vivo.
14 millones más
Patricia Peterson, secretaria de Desarrollo Territorial, Urbano y Ambiental de Tijuana, comentó a este Semanario que la obra en cuestión tendrá un costo de 14 millones de pesos; siete de ellos los aportara el municipio, y el restante la empresa “Makro”, debido a la urgencia que tiene Arturo González Cruz de solucionar el problema y poder usar la plaza cívica.
La obra estaba destinada para iniciar en marzo y terminar en mayo; a causa de la contingencia sanitaria generada por el COVID-19 a nivel mundial, se han tenido que suspender los trabajos hasta nuevo aviso. Aun así, se espera que la obra tarde dos meses en realizarse.
Por su parte, el regidor Gabriel Zambrano afirmó que el problema de la sobrecarga fue a causa de la construcción de la Plaza 11 de Julio, actualmente en litigio por uso de suelo, falta de permisos y deforestación.
“La sobrecarga la pusieron porque una persona que promovía la plaza cívica, el zócalo 11 de Julio, soñaba que iba a hacerlo tipo europeo; que tenía que ser un concreto blanco, bonito”, dijo el regidor.
Por otro lado, habló muy bien de “Makro”, sin hacer mención de todos los señalamientos que tienen en su contra por la obtención de contratos sin licitación o la falta de claridad en la construcción del estacionamiento, tal como lo puntualizó el Colegio de Ingenieros en dos ocasiones, al no presentar el reporte de materiales que usaron.
“Los responsables de poner la losa de 800 kilos son los de la Plaza 11 de Julio. Gente que no se asesora, que -yo considero- es su ego el que prevalece. Decisiones políticas… mucho dinero se gastó, se tiró”, mencionó.
“Nosotros presentamos un diseño y la constructora no lo siguió”: Patronato 11 de Julio
Al respecto, Francisco Pujol, director del Patronato 11 de Julio, negó rotundamente que la sobrecarga en el estacionamiento haya sido a causa del proyecto del zócalo, ya que desde un inicio se presentó el diseño con la losa establecida; pero al momento de la construcción, “Makro” hizo algo diferente.
“Definitivamente no fue un sobrepeso causado por el proyecto del zócalo; fue un sobrepeso por no haber considerado en el cálculo de la losa, el diseño completo. Nosotros no construimos absolutamente nada; participamos en el concurso, entregamos el proyecto arquitectónico que había, para que, con base a eso, ellos hicieran su cotización -sus cálculos estructurales- y no hubiera ningún problema”, aclaró.
Y agregó “Toda la obra la hizo Makro; el permiso de construcción se le dio, lo manejó el Ayuntamiento sobre un proyecto definido”.
Semanario ZETA acudió a las instalaciones de la empresa “Makro” para entrevistar a algún directivo o responsable de la obra; sin embargo, a causa de la cuarentena por el COVID-19, argumentaron que regresarían a trabajar hasta el 3 de mayo.
