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sábado, octubre 5, 2024
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Los conflictos de interés del general Espitia Hernández

 

Por: Áxel Chávez y Sandra Romandía, Investigaciones La Silla Rota

Una empresa relacionada con Felipe de Jesús Espitia Lima —hijo del general Felipe de Jesús Espitia Hernández, funcionario del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con un longevo historial de tortura y vejaciones— obtuvo contratos por 29.7 millones de pesos como proveedora del Ejército y organismos públicos relacionados con la milicia, donde su padre tenía una alta injerencia desde el gobierno de Felipe Calderón, cuando participó como mando en el Operativo Conjunto Chihuahua. La relación entre la empresa del hijo y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) constituye un conflicto de interés.

Incluso, diez de todos sus contratos con recursos federales, que ascienden a 3 millones 509 mil 152 pesos, los recibió del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), con su padre como coordinador de asesores, cargo que mantuvo hasta hace unos días, cuando su perfil profesional fue borrado de la página de internet y del portal Nómina Transparente, aunque La Silla Rota acudió a sus oficinas y personal a su cargo confirmó que seguía en activo, aunque excusó que no podía recibir a periodistas.

El pago más alto por parte del organismo en el que su padre ejercía un puesto de mando lo recibió el 14 de diciembre de 2015, cuando la empresa con la que está involucrado, Servicios de Representación Mexicanos, le vendió en 2 millones 604 mil 787 pesos sin IVA “equipo de administración y bienes informáticos”, específicamente, lámparas LED, aunque su giro es la consultoría. En ese entonces, Espitia padre tenía dos años y diez meses en el cargo, ya que obtuvo su nombramiento desde el 15 de febrero de 2013.

 

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En su artículo 8, la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos señala: “habrá intereses en conflicto cuando los intereses personales, familiares o de negocios del servidor público puedan afectar el desempeño imparcial de su empleo, cargo o comisión”. El mismo artículo establece que todo servidor público deberá “excusarse de intervenir, por motivo de su encargo, en cualquier forma en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga interés personal, familiar o de negocios, incluyendo aquéllos de los que pueda resultar algún beneficio para él, su cónyuge o parientes consanguíneos o por afinidad hasta el cuarto grado, o parientes civiles, o para terceros con los que tenga relaciones profesionales, laborales o de negocios, o para socios o sociedades de las que el servidor público o las personas antes referidas formen o hayan formado parte”.

Ayer, La Silla Rota publicó el reportaje (https://lasillarota.com/especialeslsr/las-torturas-del-general-de-amlo-fgr-denuncia-sedena-cndh/367273) Las torturas del general de AMLO, que narra la historia de un sobreviviente de tortura y un asesinado por órdenes de Espitia Hernández, quien, en su paso por la milicia, acumula acusaciones de tratos crueles, vejaciones, fabricación de culpables e irregularidades. Aunque López Obrador lo ha mantenido con un sueldo de 115 mil pesos mensuales brutos, como coordinador de asesores en el Issfam, en las últimas horas su nombre fue borrado de bases de datos del gobierno federal.

 

 

A los 27 años, sin estudios profesionales, Felipe de Jesús Espitia Lima ingresó al gobierno federal como jefe de Departamento en la entonces Procuraduría General de la República (PGR), el 4 de noviembre de 2002. En la declaración patrimonial inicial que presentó ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) el 27 de mayo de 2003 expuso que no tenía bienes inmuebles ni ninguna otra propiedad a su nombre, y en la modificación que hizo en 2005 sólo indicó que tenía un Pointer 2003 valuado en 60 mil pesos.

Pero con Servicios de Representación Mexicanos la situación económica cambió: consiguió contratos por 29 millones 750 mil 179 pesos entre 2014 y 2018 al vender desde equipo para laboratorio hasta juguetes, en el periodo en que su padre era uno de los generales principales del Ejército; además, también tuvo un contrato con el gobierno de Chihuahua, donde su progenitor operó durante la guerra contra el narco y ejercía influencia política.

Servicios de Representación Mexicanos S.A. de C.V., con domicilio en avenida de los Andes No. 105-302, colonia Lomas de Chapultepec, delegación Miguel Hidalgo, no está registrada ante el Registro Público del Comercio; sin embargo, en la documentación que ha presentado en fallos públicos hay referencias a actas ante notario público, con el giro de consultoría.

VER AQUÍ: Espitia Lima CURP_EILF750302HDFSML04

Aunque otros procesos para obtener contratos en los que han participado su apoderada es Hilda Leticia Prado Barragán, una contadora pública egresada en 1996 del Instituto Politécnico Nacional con número de cédula 2306981, según una consulta realizada al Sistema Nacional de Profesionistas, Felipe de Jesús Espitia Lima firmó como representante en el proceso de licitación pública nacional UMSNH-04/2014 celebrado el 27 de agosto de 2014 por el Comité Institucional de Adquisiciones, Contratación de Servicios y Arrendamiento de Bienes Muebles e Inmuebles de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

En esa entidad, Michoacán, Espitia hijo ha fungido como auxiliar de la secretaría técnica de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, de acuerdo con oficios de comisión y comprobantes de viáticos en poder de La Silla Rota, fechados en mayo de 2018.

VER AQUÍ:  Espitia Lima representa a empresa Fallo_4_2014

 

Precisamente en 20 de agosto de ese año, la empresa recibió su último contrato del Instituto en el que laboraba Espitia padre, por 12 mil 56 pesos para proveer “herramientas”, mismo concepto por el que el 27 de julio de 2017 recibió otros 197 mil 735 pesos por “equipo de administración y herramientas”.

Sin embrago, el año con más pedidos del SSFAM fue 2015: el 11 de diciembre le pagó 280 mil 972 pesos por “material de construcción, mobiliario y equipo”; el 24 de julio, 144 mil 209 pesos más por “material eléctrico para adornos del 15 de Septiembre”; el 20 de noviembre, 116 mil 79 pesos por “material eléctrico y de construcción”, y el 13 de abril, 66 mil 292 pesos por “juguetes para el Día del Niño”.

Pero no fue todo: el 13 de mayo suministró material eléctrico por 54 mil 762 pesos, mismo concepto por el que cobró 32 mil 260 pesos adicionales el 13 de noviembre de ese mismo año.

Espitia Lima no tiene estudios profesionales. Su nombre no arroja resultados en el Registro Nacional de Profesionistas. Cuando fue funcionario federal, dijo a la Secretaría de la Función Pública que era técnico programador, egresado de una institución denominada International Institute, que está en Naucalpan de Juárez, Estado de México. Recibió, no obstante, un certificado, no un título.

Pese a no tener formación profesional, en la PGR estuvo primero en la Administración de Bienes Materiales y después fue jefe de Departamento en el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (CENAPI), área de inteligencia que realiza el mapeo de cárteles del narcotráfico –con los que ha sido ligado su padre mediante mantas e imputaciones de víctimas de tortura–, donde su función principal era la investigación de delitos.

 

VER AQUÍ: Espitia Hijo consulta

 

Las declaraciones cambiantes

En la Secretaría de la Función Pública existen dos declaraciones de patrimonio iniciales de Felipe de Jesús Espitia Lima: una del 27 de mayo de 2003 y otra del 8 de junio de 2004.

Mientras en la primera no da cuenta de ningún bien, en la segunda dijo que tenía un Chevrolet Sedán 2003, que valuaba en 108 mil pesos. Su salario era de 15 mil 343 pesos mensuales.

Antes de PGR señaló que sólo tenía experiencia en un empleo previo, en el sector social, al trabajar en oficina elaborando oficios y contestándolos en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), de marzo de 1999 a septiembre de 2002, asignado a la Coordinación de Seguridad Física.

No obstante, en su declaración de 2007, al citar el mismo empleo, indicó que fungía como analista en la Subdirección de Energéticos, donde su función principal fue el manejo de bases de datos.

Además de los 3.5 millones que ganó con el SSFAM mientras Espitia padre laboró en ella, la empresa en la que participa Espitia hijo ganó 25 millones nueve mil 80 pesos en 36 contratos con la Sedena, donde su progenitor ha sido jefe de la sección séptima (2001-2004), comandante de la 5ª Zona Militar (2007-2010) y comandante del Centro Nacional de Adiestramiento (2010-2011).

Asimismo, también obtuvo uno del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (54 mil 467 pesos) para dotar de equipo de laboratorio, dos del gobierno de Puebla en el mandato de Rafael Moreno Valle (520 mil 131 pesos) por equipo especializado para carreteras, y uno del Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (449 mil 724 pesos) por mobiliario.

También otro de 196 mil 555 pesos, en 2014, por equipo para laboratorio para el gobierno de Chihuahua, donde su padre estuvo a cargo del Operativo Conjunto con el que se pretendía desarticular a los cárteles, en el sexenio de Calderón.

 

VER AQUÍ: Servicios de Representación Mexicanos acta de fallo I100

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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