En el marco de la marcha a la que convocó la Arquidiócesis de Tijuana para este domingo 8 de marzo, el arzobispo Francisco Moreno Barrón, se dijo respetuoso de las organizaciones femeninas que están a favor del aborto, aunque aclaró que esos colectivos no deben tratar de obligar a que otras mujeres piensen igual.
“Todo lo que ha venido sucediendo son posicionamientos de grupos que merecen respeto, que pueden presentar sus puntos de vista, que tienen derecho a manifestarse, pero que no han de imponer su ideología a la fuerza a muchas otras mujeres”, mencionó en entrevista a propósito de las feministas que abogan por la autonomía del cuerpo de la mujer en el ánimo de que prevalezca el derecho al aborto.
Aclaró que la Iglesia “siempre estará abierta al diálogo si es necesario”, pero no está dispuesta a aceptar la interrupción voluntaria del embarazo. “Hay tanto que hablar, por ejemplo desde el punto de vista científico, médico, desde el punto de vista social, desde el punto de vista teológico pastoral, hay muchos puntos de vista desde los cuales se puede enfocar esta realidad”, manifestó.
A decir del sacerdote, el paro nacional de mujeres programado para el día de mañana debería servir “para que verdaderamente se unan en aquello que todas están de acuerdo, pero que dejen estos intereses particulares a un lado, para que realmente logren lo que es más importante, que se rescate la dignidad, el valor de la mujer y que se le promueva de manera integral con todos sus derechos”.
A pregunta expresa, también aludió a la denuncia interpuesta por el Consejo de Organizaciones Ciudadanas Independientes (COCI), contra el obispo de Mexicali José Isidro Guerrero Macías, en vista de que supuestamente interfirió ante el Congreso del Estado en el ánimo de echar abajo una iniciativa de la diputada Miriam Cano a favor de los matrimonios igualitarios.
“Así como respeta los puntos de vista de otras personas (la Iglesia) tiene el derecho manifestar sus convicciones; (Guerrero Macías) como ciudadano y quienes le acompañaron tienen el derecho de manifestarse; yo no sé los detalles de esto, pero creo que eso es algo natural, él va y se manifiesta como ciudadano y expone sus propias convicciones. Vivimos tiempos nuevos y tenemos que aprender a comunicarnos, a relacionarnos y a no confrontarnos por estas cosas”.
Sobre el recorrido emprendido hoy por cientos de católicos, el arzobispo refirió que se organizó con el propósito de proclamar “la vida como un don de Dios, la vida de la creación, del mundo que nos rodea, que es la casa común que todos debemos cuidar y cultivar y también proclamando la vida humana, regalo de Dios que queremos proteger y cultivar desde la concepción hasta la muerte natural”.
Asentó que el evento también obedeció al objetivo de “hacer un compromiso de colaborar en la edificación de la paz en nuestro ambiente de Tijuana, Baja California”. Además de pedírsele a Dios “que nos dé la paz”, el gobierno, las instituciones, la Iglesia y la sociedad deben “ser los constructores de esa paz”, propuso.
Reconoció que el gran problema de Tijuana “es la violencia que amenaza de distintas maneras, que tiene distintas expresiones, pero (que) al final de cuentas va golpeando a la sociedad continuamente”.
Celebró “al principio, en medio de la lluvia”, y posteriormente “bajo el rayo del sol” la comunidad católica se haya podido manifestar “con alegría, en paz, sin ninguna expresión de violencia” durante el consabido desplazamiento.
La “Marcha por la Vida y la Paz”, la cual se llevó a cabo en su vigésima edición, tuvo como punto de partida la calle Santa María, detrás del antiguo Toreo de Tijuana, para desembocar en el Auditorio Municipal.
Ciudadanos en general, jóvenes, seminaristas y monjas y clérigos se sumaron al recorrido, el cual estuvo amenizado por música en vivo a cargo de un grupo montado sobre una plataforma móvil. Igualmente no pocos participantes se avocaron a rezar avemarías conforme se desplazaban. La formación de personas fue nutrida, abarcando una distancia que en determinado momento se pudo medir de las Torres (donde está el Grand Hotel Tijuana), hasta el Hipódromo.
Alrededor de las 12:00 del día los participantes arribaron al Auditorio Municipal Fausto Gutiérrez, donde se oficiaría una misa.
La marcha coincidió en fecha con dos marchas más así como con dos manifestaciones, programadas para llevarse a cabo en el municipio fronterizo, con motivo del Día internacional de la mujer, el cual se conmemora el 8 de marzo.