Alfonso Bustamante Laguna, el agente de las Fuerzas Federales, asignado a la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI), quien perdió la vida el 29 de marzo en cumplimiento de su deber, fue despedido con honores.
El evento, que se realizó en las instalaciones de la Policía Federal, durante la tarde de este martes 31 de marzo, asistieron familiares y compañeros del agente caído tras un enfrentamiento con delincuentes el pasado domingo.
La ceremonia fue encabezada por Guillermo Ruiz Hernández, fiscal de Baja California; Hiram Sánchez Zamora, fiscal Central, y Carlos Alberto Flores, comisionado de la GESI.
Bustamante Laguna, durante el domingo 29 de marzo, participó en el cateo de seis domicilios en la Zona Este de la Ciudad, logrando la detención de 9 personas, quienes presuntamente pertenecen a una célula de secuestradores y homicidas.
Se decomisaron 18 vehículos, 24 teléfonos celulares, 11 armas de fuego, 10 cargadores y 197 cartuchos, así como una jaula en donde mantenían a sus víctimas.
En una de las casas, los agentes estatales al ingresar fueron atacados a tiros, por lo que se dio un breve enfrentamiento y uno de los oficiales falleció, mientras dos de los detenidos resultaron heridos.
De acuerdo a información obtenida por ZETA, este hecho ocurrió alrededor de las 05:39 horas del domingo, fue Alfonso Bustamante Laguna quien recibió un impacto en la cabeza, y los heridos son Ramón Zamudio Matay Carlos Vallarta.
Tras el ataque, los agentes de la GESI solicitaron apoyo y lo recibieron de las corporaciones de los 3 órdenes de gobierno.
Los presuntos responsables detenidos y heridos tras el intercambio de bala fueron Rosario Esparza y Carlos Medina.
Hiram Sánchez Zamora mencionó en conferencia de prensa realizada el lunes 30 de marzo que aún se investiga si los detenidos forman parte de un cártel, sin embargo, se sabe que están relacionados en varios casos de secuestros, incluso de ciudadanos estadounidenses; además de homicidios.
Se mencionó que las víctimas de secuestro son de distintos perfiles, empresarios locales y estadounidenses, ciudadanos, hasta miembros de grupos delictivos; los menos que llegaron a pedir por un rescate fueron 30 mil dólares.