Este lunes 2 de marzo, acompañado del gobernador de Baja California Jaime Bonilla Valdez, además de la alcaldesa de Mexicali, Marina del Pilar Ávila y el Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Salvador Ortiz Morales, el General Diplomado de Estado Mayor Celestino Ávila Astudillo tomó posesión como nuevo Comandante de la Segunda Región Militar, que comprende los estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa.
A su llegada a Baja California, fue designado como responsable de la coordinación de las mesas por la paz, en esta zona – como lo era su antecesor General Gabriel García Rincón- con el objetivo de mejorar las condiciones de seguridad en la entidad. Y esa función, fue la única que compartió en su primer encuentro con los representantes de la prensa local.
Al concluir su toma de protesta, los reporteros lo entrevistaron respecto diversos delitos. A la pregunta de sí su principal objetivo era combatir al Cártel de Jalisco Nueva Generación, respondió que prefería omitir hablar sobre esos temas, y se limitó a señalar que su prioridad era coordinar las mesas de paz para coordinarse con autoridades civiles y navales de toda la región.
Misma respuesta proporcionó a las consultas relacionadas con el combate al huachicoleo, y la búsqueda de objetivos delictivos prioritarios
El nuevo comandante fue ascendido a General Diplomado de Estado Mayor el 15 de noviembre de 2019, y proviene de la 20 Zona Militar, ubicada en Colima donde se desempeñó a partir de diciembre del año 2016, hasta febrero de 2020.
Esta labor le permitió conocer la operatividad del Cártel Jalisco Nueva Generación y los retos de una pugna de sangre por las rutas del narcotráfico, ambos factores que deberá enfrentar en los cuatro estados que integran la segunda zona que ahora encabeza.
El período del General Ávila, coincidió con el inicio del sexenio del gobernador Ignacio Peralta (11/02/2016-31/10/21) y el recrudecimiento de la violencia homicida por el control territorial entre los carteles Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Caballeros Templarios, que convirtió a Colima en la entidad con mayor número de asesinatos por cada 100 mil habitantes en todo México, durante 2017, 2018 y 2019, de acuerdo a informes del Secretariado Ejecutivo Nacional.
La grave crisis de inseguridad que en los últimos 4 años incluyó el asesinato de funcionarios de primer nivel, políticos, policías y ciudadanos comunes. Sin que los operativos locales, federales y militares hayan logrado reducir la incidencia de homicidios que mantienen a la entidad en el primer lugar nacional con 8.9 por cada 100 mil habitantes. Mientras las autoridades federales hablan de haber “contenido” el problema.