En el marco del 30 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes recientemente llevó a cabo una serie de cinedebates en varias ciudades del país; con el apoyo del Sistema Estatal y sus homólogos municipales de Tijuana y Mexicali, en Baja California también se dieron estos interesantes ejercicios, con temas sumamente importantes: Las adopciones y las familias de acogida para garantizar el derecho de niños y niñas a vivir en familia.
En ambos debate de nuestro Estado, tuve la distinción de haber sido invitada a compartir algunas ideas, y sobre todo un análisis somero de las políticas públicas locales, en materia de protección de derechos de la infancia.
Recordemos que la Convención sobre los Derechos del Niño es de carácter obligatorio para los estados firmantes. Fue aprobada como Tratado Internacional de los Derechos Humanos el 20 de noviembre de 1989 y ratificada por México el 21 de septiembre de 1990; sin embargo, este país armonizó dicho tratado hasta diciembre del 2014, cuando el senado mexicano sacó la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA). En Baja California la armonización llegó en abril del 2015.
El artículo 20 de la citada Convención afirma que “los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, […] tendrán derecho a la protección y asistencia especiales del Estado. Los Estados Partes garantizarán, de conformidad con sus leyes, otros tipos de cuidado para los niños y las niñas: Colocación en hogares de guarda; adopción; o colocación de los menores en instituciones de protección; entre otros”.
El artículo 21, en sustento del derecho de los niños y las niñas a una familia, obliga a los Estados partes que reconocen o permiten la adopción, a que se cuide el interés superior de la infancia.
Y de eso trató precisamente la película francesa que dio pie a los debates y que recomiendo ampliamente: Pupille, o como se nombró en español, En Buenas Manos. Trata la historia de un bebé que no fue deseado por su madre, por lo que fue dado en adopción a partir de una serie de protocolos de altos estándares en materia de derechos humanos, que iniciaron con el acompañamiento de trabajo social para la madre, pasaron por la familia de acogida (de un hombre de 50 años aprox.) y terminan con un feliz proceso de adopción por parte de una mujer divorciada de 42 años.
La película provocó lágrimas en por lo menos una tercera parte de la escasa audiencia (me hubiera gustado ver repletas esas salas de cine). Muchos estereotipos cayeron -o por lo menos fueron cuestionados- con los mensajes de inclusión y de igualdad que se abordan a través de diversos personajes, diálogos y acciones muy concretas y poco comunes en sociedades como la nuestra, cargada de machismo, de discriminación por la edad, por la discapacidad, por el género, por el estatus social y de prejuicios.
Pero el tema central fue siempre el derecho de los niños y las niñas a vivir en una familia, la que sea ideal para él o para ella, incluyendo a los niños y niñas con discapacidad y considerando a todo tipo de familias.
Con base en la resolución 64/142 de la Asamblea General sobre pautas para el cuidado alternativo de la niñez, el Comité de los Derechos del Niño, emite las siguientes recomendaciones para México en junio de 2015:
*Adoptar nuevas políticas para dar apoyo a las familias en el cumplimiento de sus responsabilidades parentales, con el fin de asegurar, de manera efectiva, que niñas y niños no sean separados de sus familias por razones de pobreza o financieras;
*Adoptar una estrategia para la desinstitucionalización de niñas y niños y establecer un sistema de cuidado para la infancia en todos los estados, que dé preferencia al cuidado a cargo de familiares;
*Proveer a las familias de acogida, y al personal que trabajen en instituciones de cuidado, capacitación sobre derechos de la infancia.
La película que debatimos provocó lágrimas; algunas de esas lágrimas fueron por la conciencia de lo lejos que están nuestras políticas e instituciones de cumplir con las Recomendaciones y los derechos de la infancia.
Melba Adriana Olvera fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California.
Correo: melbaadriana@hotmail.com