A unas horas de que el Gobierno de Jalisco anunciara el inicio de la práctica de 600 pruebas diarias como parte de su estrategia para detectar y contener COVID-19, el ejercicio se suspendió porque la empresa que supuestamente proveería de los materiales clínicos desapareció.
En entrevistas con medios de comunicación de la capital de la República, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez reveló que luego de la proveedora extranjera Hisa informara a su gobierno que las pruebas estaban detenidas en la aduana, la empresa no volvió a contestar el teléfono y nada se sabe de ella.
El programa preventivo para “blindar” a Jalisco del coronavirus dispondría de 40 mil kits de pruebas, 20 mil de ellas rápidas, para aplicar 600 muestras diarias por 20 días, pero ahora todo quedó en la incertidumbre.
Sin embargo, el mandatario jalisciense aseguró este viernes 27 de marzo, a través de redes sociales, que el proyecto sigue en pie y el gobierno del estado ya busca otras alternativas para conseguir las pruebas.
Alfaro Ramírez pretendía realizar las pruebas masivas, pese a que el Gobierno de la República señaló con anterioridad que esa autoridad sería la única que realizaría las pruebas y no lo haría en indiscriminadamente.
El argumento del gobernador Alfaro se basó en la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que estima la aplicación masiva de los instrumentos como la mejor manera de controlar la pandemia.
Enrique Alfaro afirmó que su gobierno no adquirirá productos o insumos clínicos que no estén avalados y certificados por organismos internacionales, tras ser cuestionado sobre las versiones de que algunas de las pruebas rápidas han salido defectuosas.
Además advirtió que son las pruebas PCR las que comprueban el contagio y las rápidas son las que detectan anticuerpos. En ese sentido, en Jalisco se aplicarán los dos modelos.