Enojado porque el Cabildo le rechazó varios puntos de acuerdo que pretendía fueran votados por obvia y urgente resolución, el alcalde de Ensenada, Armando Ayala Robles, no supo reaccionar ante la crisis generada por su propio equipo –todo lo quiere resolver en sesiones extraordinarias-, entonces hizo berrinche y literalmente “reventó” la sesión del miércoles 4 de marzo. En asuntos generales, después que las siete regidoras y la síndica emitieran un inédito posicionamiento contra el regidor Miguel Orea, acusándolo de machista, grosero y violencia de género, Ayala decretó un receso, pero simplemente se retiró del Palacio Municipal, dejando a los ediles esperando, sin notificar día y hora dentro de las 48 horas siguientes que estipula el Reglamento Interno para reiniciar la sesión. Varios minutos después, los integrantes del cuerpo edilicio se percataron que el alcalde ya no regresaría e hicieron uso de la voz, reclamando al secretario Rubén Best que cuando Armando Ayala los cita a deshoras, ellos acuden, pero él no tiene la misma disposición. Mecha corta y falta de oficio demostró el primer edil morenista. Ahora sí que como él mismo ha pedido a la gente cuando un funcionario le queda mal: un ¡buuu!
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