Los médicos ya tienen otra que reclamarle al secretario de Salud del Estado, Alfonso Pérez Rico. Resulta que ahora lo acusan de cerrar la Unidad de Especialidades Médicas (UNEME) de Baja California, institución descentralizada del gobierno que se especializa en cirugías ambulatorias, aquellas que no requieren de un equipado quirófano, que son rápidas, eficientes y los pacientes entran y salen el mismo día. En el Hospital General hay una UNEME, la otra está en Ensenada y al esquema se sumó el Hospital Materno Infantil inaugurado en febrero de 2019. A esa infraestructura está afectando Pérez Rico con su decisión, unilateral, de limitar el programa. La idea del secretario es desaparecer la UNEME e integrarla al Hospital General, es decir, que todo sea controlado por el gobierno, afectando la labor ambulatoria que venían haciendo los descentralizados, donde desarrollaban unas 6 mil operaciones por año. Fusionarlas con el Hospital General, significa que los médicos de esa institución podrán hacer uso de la infraestructura de la UNEME, que por cuenta propia venía funcionando adecuada y eficientemente. Todas las tareas y responsabilidades de estas unidades y del Hospital Materno Infantil, serán trasladadas a Isesalud, donde ya sabe, hay deficiencias, desabasto, negligencias, abandono. Ahora sí que matan un proyecto que está funcionado, para mezclarlo con otro en crisis, y el representante de la 4T bajacaliforniana transformará un buen proyecto en uno malo.