Mae (Issa Rae) es hija de la renombrada fotógrafa Christina Eames, con la que siempre mantuvo distancia, sin embargo, está sobreviviendo el duelo de su repentino fallecimiento.
Michael (LaKeith Stanfield) es un periodista que se comunica con Mae para indagar acerca de la obra de Eames, aunque en realidad lo que le interesa es conocer su vida, sobre todo luego de conocer a Isaac Jefferson (Rob Morgan), quien fuera amante de la artista cuando vivía en Luisiana, antes de mudarse a Nueva York y desarrollar su carrera.
En realidad, detrás estaba la presión de la madre de Christina que, al no aprobar su vocación ni sus relaciones, la obligó a dejar la casa, olvidar a su amante y forjar un camino del cual nunca dio más explicaciones. Solo mantuvo secretos, hasta que todo sale a flote a raíz de la accidentada relación que Michael pretende establecer con Rae.
La respuesta de la incipiente pareja siempre parece tibia, casi forzada, pero esto es intencional. Después de todo, el distanciamiento entre madre e hija y el complicado pasado de Christina, dejan en claro que las experiencias traumáticas pueden truncar las posibilidades de un ser humano de amar y/o desarrollar relaciones sanas.
Como responsable del guion y la dirección, Stella Meghie hace un trabajo brillante, permitiendo que las escenas se entiendan más por lo que sucede, que por lo que se dice. Contar una historia de amor y desamor no es nada fácil en estos días y, aunque la realizadora no logra del todo superar lugares comunes y momentos un tanto sosos, el filme supera sus flaquezas momentáneas con una narración bien lograda, que además cuenta con la soberbia cámara de Vanja Cernjul.
A la hora de atar todos los hilos queda armada una buena película donde los pros superan con creces las mínimas debilidades de un filme empeñado en mostrar cómo el mal de amores puede no estar en manos de sus protagonistas. *** y media.
Punto final.- Según Harrison Ford, la quinta entrega de la saga de “Indiana Jones” comenzará a rodarse en primavera.