Baja California vivirá un proceso electoral histórico en el 2021. Si bien aún falta la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la intención del gobernador Jaime Bonilla de extender su mandato por más años, es prácticamente un hecho que deberá respetarse los ordenamientos legales que prevalecían el día de su elección; por lo cual, estará en el poder dos años y meses.
Lo anterior pone en predicamento al partido político Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ya que una vez que la SCJN dictamine en contra del mandatario estatal, deberá iniciar la lucha por la sucesión.
No será tarea sencilla encontrar candidato que sea atractivo en tan corto tiempo; seguro no faltará quien se apunte, ya que ahorita es el “partido de moda”, pero requerirá de la bendición gubernamental. No me imagino a un candidato con poca o mala relación con el gobernador Bonilla; seguramente, por su escritorio estarán los nombres de aquellas mujeres y hombres que pueden sucederlo. Y si no lo ha hecho, pronto lo tendrá que hacer.
La oposición le apuesta al desgaste de Andrés Manuel López Obrador para lograr ser competitivo en las urnas. Lo anterior es un error debido a que la popularidad del mandatario nacional ya sufre una merma en su imagen, lo cual no ha sido aprovechado por los demás partidos políticos.
El Presidente -sin mayor problema- puede caer hasta 20 puntos porcentuales en su aprobación. El mismo partido político Morena puede perder el mismo número de puntos. El gobernador Jaime Bonilla se puede dar el lujo de ser un mal funcionario e incluso así es probable que triunfen en los próximos comicios. La razón es muy sencilla: la oposición no está capitalizando los yerros de la autodenominada Cuarta Transformación.
Si analizamos con detalle cualquier encuesta de intención de voto nacional observaremos que, si bien el Presidente López Obrador sufre un desgaste en varios ejercicios cuantitativos, esto no genera un crecimiento en el Partido Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional o en cualquier otra opción. En pocas palabras, la inicial caída del Presidente -o de Morena- no le suma a los opositores; por el contrario, se queda flotando en el limbo de la decepción ciudadana generalizada.
Específicamente en Baja California, la probabilidad que repita Morena en la gubernatura es alta por varias razones:
1.- La primera es que el mandato de Bonilla será tan corto que el desgaste será también leve (máxime si lo comparamos con “Kiko” Vega).
2.- Por otro lado, la oposición está aún noqueada:
*El PAN renovó su dirigencia estatal y municipal, pero sin ánimo ni trascendencia.
*El PRI, por su parte, si no ocurre algo milagroso, perderá su registro, lo cual indudablemente será el principio del fin en todo el país.
La única alternativa que le veo a la oposición es que busquen un candidato(a) con nombre y reputación completamente ajena a la vida partidista. El problema será ver quién quiera afrontar tal aventura.
Si bien el contexto le favorece a Morena, tampoco pueden equivocarse y confiarse. Si son inteligentes, deberían apostar a sus cartas más visibles, empezando por tomar en cuenta a los presidentes municipales o funcionarios públicos. La problemática es que tampoco se ha distinguido alguno por acciones específicas en beneficio de los ciudadanos; desconozco si es por falta de recursos o creatividad, pero parece que los temas y los problemas, más que solucionando, tan solo los están administrando.
Aún queda tiempo; no obstante, a más de un año de la elección, la “caballada” está demasiada flaca, esperando que el destino les llegue por arte de magia… o por el mandato del Señor.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas y comunicación, y socio fundador de CAUDAE. @CasoAlejandro