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lunes, febrero 19, 2024
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El Holocausto de la Mentira

“Desgraciado de aquel que no viera ningún sentido en su vida, ninguna meta, ninguna intencionalidad y, por tanto, ninguna finalidad  en vivirla; ese estaba perdido”. Víctor E. Frankl. (Auschwitz, Navidad de 1944).

 


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Nada más lamentable que la mentira y la desconfianza en las relaciones humanas.

El que la Congregación para los Obispos revocara la excomunión a cuatro obispos consagrados por el arzobispo Marcel Lefebvre (quien murió excomulgado), no significa que la Iglesia Católica y el Papa Benedicto XVI estén de acuerdo con uno de esos obispos lefebvrianos  -Richard Williamson, de Inglaterra-  en el tema del Holocausto Judío, durante la Segunda Guerra Mundial.

El Holocausto fue una tragedia que afectó principalmente al pueblo de Israel; y no menos a Polonia y a Rusia.


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Aún no se conoce la magnitud de lo ocurrido en la humanidad a causa del antisemitismo de mediados del siglo XX. El Papa Juan Pablo II, en su visita a Ucrania en junio de 2001, rogó a los comunicadores que difundieran lo ocurrido en Bykivnya. A las afueras de Kiev, entre los bosques, a penas en 1989 fueron descubiertos miles de seres humanos ejecutados por los nazis. No sabemos mucho de los 100 mil judíos eliminados también en la Colina de Babyn Yar.

El obispo lefevbriano inglés Williamson, sostiene -contra toda evidencia histórica- que solo murieron 300 mil judíos en el Holocausto nazi, cuando en realidad la cifra supera los seis millones; no de hebreos, sino de seres humanos: niños, mujeres, ancianos, jóvenes, adultos, que perdieron la vida a mano tanto de alemanes, como de rusos.

Tan solo en Babyn Yaz, Ucrania, murieron 100 mil judíos; fueron exterminados no en hornos o campos de concentración, sino en una colina de Kiev.

En el marco de la guerra Israel-Palestina (que gracias a Dios ha parado), la Iglesia Católica, a través del Cardenal  Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, declaró que “Gaza se asemeja a un gran campo de concentración”.

Esta declaración del cardenal Martino, para las autoridades israelíes “es similar al lenguaje de los terroristas de Hamas”, mientras que para el presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz “no es ninguna manifestación de odio”.

Una de las épocas más dolorosas para el pueblo judío y para la humanidad ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial. Fue una terrible época de persecución contra los hebreos, pero en la misma intensidad y crueldad contra la Iglesia Ortodoxa Rusa, Ucraniana, y contra la Iglesia Católica Romana y Greco-católica.

Hitler y Stalin, a través de sus ejércitos y sistemas de seguridad y servicios secretos, cometieron enormes atrocidades contra personas indefensas e inocentes… Basados en la desconfianza y la mentira.

El Papa Juan Pablo II, que nació a unos kilómetros de Óswięcim -mejor conocido como Auschwitz, Polonia, el más grande lugar de exterminio humano durante la Segunda Guerra mundial-, no solo reconoció a mártires del nazismo como San Maximiliano, María Kolbe o a Edith Stein (judía conversa); en su visita a Ucrania beatificó a sacerdotes, religiosas, laicos y obispos. A mártires Greco-católicos. Víctimas, como millones de judíos, de sistemas atroces como las SS Nazis, la KGB o NKVD, los cuales se basaron en la mentira y degradación para la persona humana.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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