Si a alguien le urge legitimarse en su puesto, es a la comisionada presidenta del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública, Lucía Ariana Miranda Gómez, cuyo único logro en el tema, es su cercana relación con el ex diputado y ex secretario de Estado, Ricardo Magaña Mosqueda; y posteriormente con el actual titular de Educación, Catalino Zavala Márquez, pues formó parte del equipo de trabajo de ambos. De ahí en fuera, no tiene ni la experiencia, ni la formación para ocupar tal posición.
A riesgo de que este comentario intente ser desvirtuado como una agresión o violencia de género -como lo ha sugerido la propia funcionaria entre sus allegados-, sustentaré lo expresado y las motivaciones que generan la opinión:
Todo se originó el lunes 10 de febrero, cuando el portal de internet RADARBC, publicó una nota titulada “Pese a tener base sindical, presidenta del ITAIP niega conflicto de interés con el Congreso”, donde el periodista Armando Nieblas cuestionó a Miranda Gómez sus nexos en el Poder Legislativo, a lo que respondió de forma relativamente sobria en un primer momento.
El problema ocurrió después de publicarse la nota, pues en la página de Facebook de RADARBC -porque no se ha dado cuenta que hoy en día representa a una institución pública y no debería “engancharse” en pleitos de redes-, la comisionada reclamó que tiene derecho a solicitar licencia y ocupar otro cargo -lo cual es cierto- y que la “nota” era una reunión que sostuvo -lo cual es decisión del reportero, no de ella-. Hasta ese momento todo bien, pero el cierre de su comentario es sumamente lamentable, pues sugiere que la nota negativa está relacionada con la falta de publicidad del organismo hacia el medio de comunicación.
“No seré ni la primera, ni la última en pedir licencia para ejercer cargo público, mejor los invito a acudir a mi oficina a enterarse de primera mano lo que le interesa a los ciudadanos, los resultados de mi labor. Y por cierto, les reitero que no cuento con recursos para la publicidad que tanto les interesa. Saludos”.
La sugerencia busca desacreditar el ejercicio periodístico, con base en los exclusivos intereses económicos, una práctica de políticos de antaño para minimizar la crítica. Lo peor es que los dichos provienen de la encargada de resguardar la transparencia y rendición de cuentas en los entes públicos.
El equipo de RADARBC -al cual me solidarizo- tiene todo el derecho a publicar la información que le plazca, especialmente si está sustentada y confirmada, y la funcionaria, sujeta a la crítica, tiene el derecho a la réplica, pero sin utilizar los recursos públicos, de los cuales proviene su sueldo, para amedrentar y pretender hacer menos una nota con la publicidad oficial.
La falta de oficio e inexperiencia de Miranda Gómez, le hace responder de manera visceral, casi como berrinche, y evidencia que cree que los periodistas solo respondemos al dinero y tenemos que aplaudirles por el trabajo que les fue conferido.
Ese mismo discurso simplista y soberbio, casi le cuesta el puesto al secretario general de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, quien hizo señalamientos en contra de la codirectora de ZETA, Adela Navarro Bello, además de cuestionar la línea editorial de este medio de comunicación que ha respondido al interés periodístico por encima del financiero, en casi 40 años de su fundación. Lo que ha dado el respaldo de los lectores, pero también ha tenido que soportar grandes tragedias.
Me uno a la exigencia de una disculpa pública por parte de la funcionaria, y aprovecho para recordar que no cumplió con los requisitos de elegibilidad planteados por la Comisión Especial Evaluadora, y aun así fue electa como titular del ITAIP en la misma sesión del 8 de julio de 2019, donde se llevó a cabo la reforma constitucional al Octavo Transitorio que amplió el periodo de la gubernatura, lo que sugiere, se trata de una moneda de cambio.
De hecho, Lucía Ariana Miranda Gómez no solo fue considerada imposibilitada para ocupar el cargo, sino que quedó en el lugar 18 de 24 candidatos, e incluso es la peor evaluada de los actuales consejeros del ITAIP. Sin embargo, los amiguismos terminaron por colocarla.
Curiosamente, su dependencia tiene una relación especial con la prensa, sobre todo porque las plataformas de transparencia son utilizadas con suma frecuencia por dicho gremio. Vaya que se le extraña al ex presidente Octavio Sandoval Franco, quien trazó grandes avances en el tema, mismos que se encuentran comprometidos por los intereses políticos.