Después de operar durante 28 años, el Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal cerrará sus puertas. Su personal ahora apoyará al Nuevo Sistema de Justicia Penal, debido a que este presenta un incremento considerable en la cantidad de audiencias que se programan cada día. Juzgadora Ofelia Ríos Camacho refiere que de un promedio de 100 expedientes por semana, desahogaron más de 124 mil casos; solo 61 quedaron pendientes
Luego de casi tres décadas de ser la sede donde miles de vidas fueron alteradas por un fallo judicial, el Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal cerrará sus puertas el próximo miércoles 12 de febrero como parte de la evolución del Nuevo Sistema de Justicia Penal (NSJP).
El Poder Judicial de Baja California (PJBC) anunció de manera oficial que el cierre del Juzgado se debe al incremento de los casos atendidos por el NSJP, y como los asuntos del sistema tradicional penal acusatorio disminuyeron, su personal será reubicado.
El Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal, se ubica en el tercer piso del edificio del PJBC, a un costado de la Penitenciaría de La Mesa; inició operaciones en 1992 y ahora será utilizado en beneficio del NSJP.
La persona que ha estado más tiempo en esa sala es la propia Juez Sexto Penal de Tijuana, Ofelia Ríos Camacho, quien desde 1999 es la encargada de impartir justicia, aunque tiene trabajando 30 años en el Poder Judicial estatal.
Ríos Camacho comentó a ZETA que el cierre del Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal se le notificó a través del Boletín Judicial del Poder Judicial, lo cual consideró un paso natural y presume que lo mismo sucederá con los otros Juzgados en un futuro.
Oficialmente se publicó que el Juzgado en mención cerrará sus puertas a partir de las 00:00 horas del 12 de febrero de 2020 y, al no tener conocimiento del cierre, la jueza se enfocó en trabajar los casos que tenían pendientes y finalizar con algunos trámites que hacían falta, como la cumplimentación de órdenes de aprehensión.
Para tener una idea de la carga de trabajo que había en el Juzgado en el sistema tradicional penal acusatorio, entre 1992 y 2016 era común recibir hasta 100 expedientes por semana, lo cual sumaría 124 mil 800 casos en total en los años de vida del Juzgado.
La funcionaria explicó que ella y su personal han trabajado en horario extraordinario, fines de semana, llevándose trabajo a casa con la intención de dejar la menor cantidad de casos pendientes.
“Hemos logrado un buen avance para lograr lo que hasta ahorita tenemos, que en realidad en carga de trabajo me siento muy satisfecha en mi personal, porque es un equipo, una familia”, dijo Ríos Camacho.
En este tiempo, recordó, se cumplió con el deshago de 39 audiencias pendientes, 22 audiencias de vista, lo que implica que solamente 61 expedientes serán turnados al Juzgado Segundo de Primera Instancia Penal en Tijuana.
Sin embargo, Ríos reconoce que los casos que pasarán al otro Juzgado son “muy pesados”, ya que la mayoría tienen que ver con delitos graves.
“Dejo con muy poco trabajo, que debo aclarar y ser justa y honesta, es un trabajo muy pesado, porque todo lo que le voy a pasar a mi compañera son puros asuntos pesados”, reiteró.
Se reservó mencionar los casos más importantes que se desarrollaron en su sala, pues es difícil hablar de uno en particular porque todos son especiales, hasta uno sencillo tiene una particularidad: “Igual impacta un asunto de secuestro, un asunto de violación, un asunto de homicidio: igual impacta un asunto relacionado con cuestión de menores en sustracción. Entonces, hablar de uno en particular no podría, porque todos creo yo que merecen el mismo respeto y la misma importancia”.
Reconoció que el juicio más largo que se ha desarrollado en el Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal es uno que sigue vigente, con alrededor de diez años desahogándose, y es de los 61 que pasará al Juzgado Segundo de Primera Instancia Penal. Evitó dar muchos detalles del juicio porque está en curso, sin embargo, confió que se trata de un caso donde hay cuatro ofendidos y muchas personas detenidas, algunas de ellas se encuentran fuera del Estado.
De los involucrados en el caso, especificó que hay uno preso en la Penitenciaría de La Mesa, otro en el Centro de Reinserción Social “El Hongo”, otra persona en el penal de Ensenada, una más en el penal de Nayarit y otro en Durango. Todos tienen relación en hechos como secuestro, delincuencia organizada, violación; incluso el caso tiene 34 tomos y las víctimas requirieron un tratamiento especial de resguardo.
Ofelia Ríos Camacho complementó que el caso se complicó por el tiempo que tardan los informes, la presentación de testigos, de pruebas, a veces uno de los detenidos que está afuera del Estado y no puede venir. Sin embargo, la carpeta está muy avanzada.
En contraste, el caso más corto que se realizó en Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal duró alrededor de dos semanas, fue una portación de arma prohibida.
Si las personas venían y confesaban, como fue en ese caso y no había que desahogar una prueba, en el mismo término constitucional se señalaba la fecha de audiencia de vista.
LO MÁS SAGRADO
Para Ríos Camacho, “la responsabilidad de tener en tus manos la libertad de una persona, es sagrado, y por eso tenemos que estar siempre bien atentos, bien analíticos, con el corazón tranquilo para poder enfocar”, ya que una decisión cambia el rumbo de familias enteras.
Resalta que los casos que atendió durante 21 años le ayudaron para humanizarla y así pudo extender su visión, porque además de funcionaria, es madre de familia y esposa.
En su perspectiva, es importante tomar una buena decisión no solamente porque se ven asuntos, documentos, “estás tratando con las vidas personas, seres humanos, tanto los ofendidos como de los procesados”. Eso también le ayudó para ser justa y tomar una buena decisión, más cuando se consideran los parámetros que llegan a fijarse en una sentencia, y por ello “todo influye”, asegura.
PERSONAL DEL JUZGADO SEXTO
En un recorrido realizado por ZETA en el Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal, se pudo apreciar que las oficinas ya no están aglomeradas de oficios como era común y su personal estaba recogiendo su material.
Incluso era evidente el paso del tiempo en algunas las paredes, con manchas donde antes había cuadros colgados.
Desde hace año y medio se redujo el personal del Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal, Ofelia Ríos Camacho detalló que hay dos secretarios de Acuerdos, un actuario, un secretario proyectista, una secretaria que trabaja con dos auxiliares administrativos y su secretaria particular.
Las personas van a fortalecer las áreas que se requieran del NSJP, probablemente a Playas de Rosarito, mientras que la funcionaria podría engrosar las filas de los jueces de Control que atienden los juicios orales.
“Seguramente también me iré en apoyo, aún no tengo noticia oficial del lugar exacto, pero va haber una reinscripción”, adelantó.
SEGUNDA CASA
Para todas las personas que laboran en el Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal, el 12 de febrero será un día difícil porque van a tener que dejar su segunda casa, pero lo será más para la propia titular.
Ofelia Ríos Camacho fue designada Juez Sexto Penal el 1 de marzo de 1999, sin embargo, su carrera inició desde 1989, cuando llegó al PJBC para hacer su servicio social. Luego entró en el Juzgado Quinto Penal como auxiliar administrativo, después fue secretaria de Acuerdos durante nueve años en diferentes Juzgados y luego le dieron el mando del Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal.
Reflexionó que en el PJBC creció en el plano profesional, pero personal también, pues fue allí donde conoció a su esposo, quien también es abogado y ahora tienen tres hijos, incluso uno de ellos quiere seguir sus pasos.
“Aquí hay sentimientos encontrados, por un lado, satisfacción por el deber cumplido, y por otro lado dices híjole, es como si me fuera de mi casa…pero contenta, satisfecha”, confesó.
Para concluir, pidió a la ciudadanía confiar en el sistema de justicia, en los jueces, ya que son ciudadanos como cualquier otro, saben que tienen una gran responsabilidad, por eso la asumen con profesionalismo y amor.
VERSIÓN OFICIAL
El PJBC informó que el Consejo de la Judicatura, a través de su Visitaduría, fue el responsable de realizar el análisis y valoración del número de casos que lleva el Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal y se tomó la determinó cerrarlo.
Con motivo de la entrada en vigor del NSJP en Tijuana, fue necesario que los Juzgados de Primera Instancia Penal del Sistema Tradicional continuaran funcionando de manera temporal, con la finalidad de resolver aquellos procedimientos judiciales iniciados en esos Juzgados.
Ante el incremento del número de casos atendidos en el NSJP, los asuntos pendientes en el sistema tradicional fueron disminuyendo y con ello la propia carga laboral.
Entonces el Tribunal Superior de Justicia determinó que, ante la disminución de asuntos en trámite dentro del Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal, era necesario un ajuste que permitiera canalizar los recursos, los cuales se refieren a personal y material que se destinarán a otras áreas que requieren más apoyo, principalmente en el Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Los asuntos pendientes por resolver dentro del Juzgado Sexto de Primera Instancia Penal, serán canalizados para su atención al Juzgado Segundo de Primera Instancia Penal hasta su total culminación.
En las mismas instalaciones del Poder Judicial del Baja California se encuentran las salas donde se realizan los juicios orales, por lo que también existe la posibilidad que el personal permanezca en el inmueble.
EN AUMENTO
De acuerdo a cifras obtenidas por el PJBC, las audiencias de los juicios orales en Tijuana van en aumento, motivo por el cual es necesario reforzar el NSJP con personal y recursos.
El promedio de audiencias diarias celebradas en Tijuana, era de 7.38 por día en 2016 (solamente se contemplaron las audiencias de junio a diciembre), mientras que en 2017 eran 19.99.
En 2018, el número de audiencias celebradas por día aumentaron a 34.34, en tanto que 2019 cerró con un promedio de 36.14, lo cual demuestra que la carga de trabajo en los juicios orales va en aumento.