Miriam Cano, una de las principales operadoras de la municipalización de San Quintín, logró su cometido y el miércoles 12 de febrero vio materializarse su sueño de agregar un sexto municipio a Baja California. Más allá de que se convertirá en la localidad más pobre de Baja California, pues un gran porcentaje de los habitantes no percibe buenos sueldos del campo, la realidad es que es el único motor para esta acción es un tema electorero, pues no se cuenta con estudios que determinen la viabilidad financiera del sexto municipio y hay un severo problema de tenencia de la tierra. Como principal impulsora, a la diputada le propusieron formar parte del equipo de trabajo que iniciará las gestiones necesarias para la operación del nuevo Ayuntamiento, el cual sería electo de manera formal por allá de 2024. Sin embargo, Cano se muestra renuente. Su negativa no se trata de un tema ideológico o de una congruencia política de terminar el encargo por el que fue votada. No, la realidad es que a Miriam le preocupa una serie de deudas que adquirió ahora que es legisladora, y al parecer sería un grave error financiero retirarse de la jugosa curul para hacer un esfuerzo el triple de pesado o con pocas posibilidades de éxito. Por eso están batallando fuertemente para convencerla, y al parecer no lo van a lograr, pues lo primero es lo primero: el sueldo como diputada.
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