Ya anteriormente escribí sobre la importancia de que en cualquier país exista una oposición seria, fuerte y responsable. Los contrapesos políticos son fundamentales para el desarrollo óptimo de una nación.
En México, ante un poder absoluto del que goza el Presidente Andrés Manuel López Obrador- porque así lo decidieron los ciudadanos en las urnas- se vuelve trascendental contar con partidos políticos que hagan valer el rol que les corresponde.
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Pero vayamos por partes, para entender qué es lo que pasa internamente en los partidos de oposición.
PAN (Partido Acción Nacional). ¿Alguien ubica en qué tema anda metido su dirigente nacional, Marko Cortés? Yo tampoco. Sería bueno que le recordaran que este año que recién inicia habrá dos estados que sostendrán elecciones municipales y renovación de congreso local: Coahuila e Hidalgo. Es probable que el Comité Ejecutivo Nacional de este instituto político no le preste mucha atención a esas dos entidades; pero, como ejemplo solo recordarles que Pachuca -capital hidalguense- es gobernada por su partido.
Bajo el supuesto que no sea del interés el 2020, habrá que señalarles que en el 2021 se renovarán 15 gubernaturas, Cámara de Diputados a nivel federal y un número ilimitado de alcaldías, así como cargos de elección popular. De esas 15 gubernaturas, tres son blanquiazules: Querétaro, Chihuahua y Baja California Sur. (El caso de Nayarit es un asunto extraordinario ya que el actual gobernador, quien llegó en su momento en alianza, está del lado morenista).
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Viene la renovación de diputados federales, la cual debería ser vista como la madre de todas las batallas, si es que el PAN quiere equilibrar fuerza en esa cámara, donde ha sido atropellado y borrado del mapa.
Pero -aun y con este calendario tan intenso- no se percibe en la discusión pública sus principales cuadros. Han sido sus gobernadores quienes, a través de la GOAN (Gobernadores de Acción Nacional), empezaron a ganar reflectores al mostrar su inconformidad contra medidas tomadas unilateralmente por el actual gobierno federal. Ni en estos desencuentros se ha visto un dirigente sensible; su acompañamiento es tibio y timorato. Su agenda personal se lo impide.
PRI (Partido Revolucionario Institucional). ¿Alguien sabe tan solo cómo se llama su dirigente nacional? Si no lo saben, se los informo: Alejandro Moreno; y era gobernador de Campeche cuando solicitó licencia para ocupar el cargo de líder máximo tricolor. Ahora aparece en tiempos oficiales a través de medios de comunicación, más interesado en promover su imagen que en manifestar alguna posición crítica contra el gobierno federal.
Este instituto político dejó de ser oposición; ahora apoya en el Congreso de la Unión posturas o iniciativas de Morena. Pareciera no importarle reposicionarse ante el electorado. En el 2021 corren un gran riesgo ya que en varios estados podrían perder su registro. Una muestra fue la elección en Baja California, donde se quedaron a pocos puntos porcentuales de perderlo.
MC Y PRD (Movimiento Ciudadano y Partido de la Revolución Democrática). Movimiento Ciudadano puede dar la sorpresa en Nuevo León, en ese estado, pues según encuestas que se conocen es bastante competitivo. Pero hasta ahí. En general, se ha convertido en lo que era el Partido Verde, es decir, un instituto parásito que solo busca con quien unirse para obtener raja política.
Del PRD no hay mucho que decir, va derechito a la tumba electoral. Su fin está próximo.
Como podemos apreciar, se aproximan tiempos políticos electorales de gran relevancia para el país: veremos qué tan preparada está la oposición para afrontar el reto, ya que en estos momentos pareciera siguen de vacaciones navideñas.
Igual para el Día de la Candelaria reaccionan.
Alejandro Caso Niebla es consultor en políticas públicas y comunicación, y socio fundador de CAUDAE. @CasoAlejandro
