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jueves, octubre 3, 2024
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Fractura

La mala operación política por parte de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) al interior del Congreso del Estado, comienza a cobrar factura. Y es que en política, la forma es fondo, y los atrabancados actos del morenismo comienzan a generar ciertas fracturas al interior de la Cuarta Transformación.

Sabiéndose amos y señores, no consultan a nadie, no piden respaldo ni buscan unanimidad. Ni siquiera pretenden concertar con partidos aliados de la 4T, como el PT, PVEM y Transformemos, a los que consideran parte de sus votos.

Tan es así que hace algunas semanas, la diputada y coordinadora de Morena, Monserrat Caballero, mandó a llamar a su compañera Claudia Agatón para jalarle las orejas y pedirle que disminuyera su actividad en Ensenada. Orden que la petista ignoró por el simple hecho de que no tiene responsabilidad ni compromiso con Caballero.

Este tipo de conductas han sido recurrentes por parte de la diputada morenista, quien cree que todos deben seguir sus órdenes por el simple hecho de que son mandatos directos de Jaime Bonilla Valdez y del secretario general de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, lo que ha generado ciertos conflictos y respuestas insubordinadas de opositores y algunos correligionarios.

Al final, los diputados más experimentados como Juan Manuel Molina o Eva Gricelda Rodríguez, deben sacar la cara ante los medios de comunicación, o bien, remendar los errores políticos cometidos al interior del Congreso.

Las tensiones quedaron exhibidas en las últimas dos sesiones de 2019, donde Agatón y Molina se enfrascaron en una álgida discusión por el Impuesto Predial de las comunidades ubicadas en el conflicto de los límites territoriales de Ensenada y Rosarito, y por la negativa del morenismo de donar un extenso terreno a la asociación civil Tierra y Libertad de Baja California. Promesa del gobernador Bonilla al Partido del Trabajo que terminaron por rechazar en el pleno.

Para beneficio de Morena,  la ideología del PT es muy flexible y tienen mínima representación. Sin embargo, nuevamente otros actores tendrán que solucionar los conflictos entre partidos que se originan dentro del Congreso.


Contaminación

Pese a la confrontación directa de la alcaldesa Marina del Pilar Ávila con los propietarios de Cohetería Cachanilla, el Año Nuevo en Mexicali se recibió con los más altos niveles de contaminación de los últimos 365 días, en algunas zonas más de 300 AQI -unidad de medida de calidad del aire-, lo que representa una severa contingencia de salud pública. En otras palabras, “alerta marrón”, la peor de todas.

Ni los mensajes, exhortos o actos represivos como instalar un retén fuera de la empresa, resultaron suficientes para impedir que los capitalinos encendieran fogatas y cohetes, generando una contaminación indiscriminada.

Mexicali es una de las ciudades con peores niveles de calidad del aire en Latinoamérica, y más allá de repartir culpas, lo que en verdad resulta lamentable es que no se cuente con un estudio real por parte de la autoridad, que explique la situación de la calidad del aire en este municipio, sus principales causantes y las acciones definidas a tomar. Simplemente no existe una política pública genuina, solo ocurrencias.

Así, la mayoría de las estaciones de monitoreo de calidad del aire siguen sin servir, y las que lo hacen, no registran todos los gases que afectan a la ciudadanía.

Para 2020, la apuesta es -de nuevo- que la calidad del aire deje de ser un tema político y se comience a trabajar realmente, toda vez que las muertes por factores de contaminación van en aumento cada año.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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