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domingo, febrero 18, 2024
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El ex poderoso, confinado

Linda Cristina Pereyra, esposa de Genaro García Luna, no acudió a la última audiencia del ex secretario de Seguridad Pública en la Corte Federal de Distrito Este de Brooklyn, Nueva York el 21 de enero de 2020. Tampoco lo hicieron sus hijos. A pesar de la incomunicación, el ex funcionario federal parecía saberlo. Cuando entró por la puerta lateral de la sala de la Corte, escoltado por tres policías armados, no volteó hacia las bancas reservadas para la familia, ciudadanos, abogados, prensa e interesados.

Se sentó directamente en la silla que le indicaron y se apresuró a tomar agua en un pequeño vaso de plástico. Después reconoció el lugar con la mirada y sin decir palabra. A un lado de él estaba una traductora de inglés a español que le fue asignada por la Corte, y su abogado César de Castro,  joven que cumple con el papel de representarlo, pero no es de oficio. Frente a la mesa donde se ubicó a García Luna y mirándose de frente, tres abogados de la Fiscalía que acusa al ex funcionario mexicano de tres delitos para traficar cocaína y uno de falsedad de declaraciones, donde destacan los abogados Michael Robotti y Erin Reid, quien llevó la voz cantante ante el juez Brian Cogan. El mismo que tras un juicio que duró tres meses y en el cual escuchó a 56 testigos, sentenció a cadena perpetua a Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera después que el Jurado lo encontró culpable de los diez cargos que le imputaron.


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Para el juez Cogan, el nombre de Genaro García Luna no debe serle ajeno. Durante el juicio al “Chapo”, el ex secretario de seguridad en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa fue señalado por narcotraficantes testigos colaboradores de la Fiscalía, como un funcionario corrupto que aceptó millones de dólares del Cártel de Sinaloa para beneficiarlos con impunidad.

Pero ese 21 de enero en Brooklyn,  en la sala frente a la suya, Cogan no escuchó a testigo alguno. El juicio no ha iniciado. Escuchó alegatos de las dos partes. La Fiscalía le informó que habían obtenido un sinfín de información sobre los registros financieros de García Luna, de sus propiedades y sus transacciones, que serían evidencia de sus malos manejos. Que requerirán de más tiempo para analizarlos todos. Además, que el caso sea designado como complejo, lo que se puede traducir en la ampliación del tiempo que solicitan para examinar la evidencia y ahorrarle tiempo a la Corte, a los propios fiscales y los defensores, en lo que podrían llevarlo a un juicio rápido.

García Luna escucha con atención a la traductora que prácticamente le habla al oído ante la ausencia de un sistema electrónico de traducción simultánea. Solo baja la cabeza, escucha en una pose de reflexión y levanta la mirada para ver a sus acusadores. Da la impresión de encontrarse perdido, que no comprende del todo lo que sucede en esos momentos. Pocas veces se inclina con su abogado defensor.


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Vestido con un informe de reo, con pantalón casi color caqui y camisa de manga corta en un verde muy deslavado, el antes poderoso Genaro García Luna se ve bien de salud. No está demacrado ni ha adelgazado en extremo. Su pelo cortísimo y entrecano en orden. No se sienta recto, quizá por la traductora que está a su lado, quizá por el peso de la prisión.

Su abogado pide al juzgador varias consideraciones, como información que no ha tenido por parte de la Fiscalía, y que su representado tenga una seguridad más flexible a la que ha padecido. Se queja que para poder verlo, debe transitar por un proceso que le lleva dos horas, lo cual no le sucede con ningún otro cliente. Desde su aprehensión el 10 de diciembre de 2019, García Luna ha estado en confinamiento solitario durante 23 horas del día. No le permiten hacer llamadas telefónicas ni tiene acceso a correo electrónico. Que estas tres circunstancias le han impedido ver o saber de su familia.

Le piden al juez indulgencia, que las medidas de seguridad se relajen. También refieren el dinero. Ya no lo tiene García Luna ni su familia. El gobierno mexicano congeló sus cuentas y no pueden disponer de esos recursos para contratar una defensa legal.

El juez Cogan escucha a ambas partes y resuelve. Solicita a la Fiscalía intercedan para darle mayor movilidad al preso, pregunta si ya han sacado a García Luna de confinamiento solitario y le responde el abogado De Castro que en los días recientes así sucedió. Concede a los abogados de la Fiscalía los 60 días que solicitan para analizar la información incriminatoria que poseen, y fija la próxima audiencia para las diez de la mañana del 2 de abril. Pero les exige que en un plazo de 30 días, tengan un avance suficiente que permita tener conocimiento del caso y entregar a la defensa documentación.

Todos aceptan las resoluciones del juez y termina la audiencia cuya duración no fue más allá de quince minutos. Con la misma celeridad que entró a la Corte, García Luna es trasladado al exterior de la misma, e inmediatamente entra una mujer esposada. Es otro caso, el del mexicano ha concluido por ahora.

El joven abogado César de Castro declara a los periodistas lo mismo que dijo en la Corte: resume para la prensa las peticiones de la Fiscalía y añade que se irán a juicio. Con ello elimina las especulaciones que en los últimos días sucedieron, cuando trascendió un documento firmado por García Luna en el cual se comprometía a llegar a un acuerdo. Pero no, el preso del caso 19cr576-BMC vs Luna que se abordó el 21 de enero, mantiene su postura de la audiencia del 3 de enero de 2020, se declara no culpable. Su abogado insiste: no recibió sobornos del Cártel de Sinaloa para protegerlos y con ello ayudarles en el tráfico de cocaína, como lo acusan. Ya no corresponderá a él determinarlo.

Si como adelanta el abogado, se van a juicio, será un Jurado el que decrete si Genaro García Luna es culpable o inocente. Por lo pronto, seguirá confinado.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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