Quienes trabajan para el secretario de Hacienda de Baja California, Adalberto González Higuera, aseguran que tiene un trato déspota, prepotente y como le decían al ex diputado panista Bernardo Borbón Vilches, es un “boca de lumbre”. Tan grave es la situación, que un psicólogo de esos que ahora instruye la Ley laboral, no será suficiente para atender a los empleados de este secretario que gritonea y maltrata, sin lograr que sus colaboradores cumplan con el trabajo porque él mismo desconoce procedimientos y plazos. Además, si alguien siguiere que va por el camino equivocado o intenta corregirle la plana, el señor es de los que estalla. Fuentes refieren que incluso los usuarios en las oficinas han podido escuchar los muebles golpeados o jaloneados, seguidos de palabras altisonantes del florido repertorio del funcionario, quien ya empieza a sumar renuncias. Valdría la pena recordarle a González Higuera que la violencia y abuso de autoridad contra subalternos -en su caso-, son considerados delitos.