Durante los últimos ocho años -por decir lo menos- no ha habido interés de empresarios de los Emiratos Árabes para invertir en Baja California. Ni en ninguno de sus cinco municipios, de hecho. Tampoco se conoce de trabajo previo ni por parte del Gobierno del Estado o de Ayuntamiento alguno, con empresarios árabes para ir sentando bases para la inversión en esta región del país. Cuando un gobierno o su representante viajan a otra nación no es para empezar de cero, sino para cosechar el trabajo realizado o cerrar transacciones, no para abrir un módulo. Total, lo anterior viene a colación porque hace unos días circuló una fotografía del secretario de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Tijuana, Arturo Pérez Behr, con la embajadora de México en Emiratos Árabes, Francisca Méndez Escobar, y una bandera de México al fondo, acompañados por otros dos hombres. La imagen, a como la quisieron transmitir, refleja una visita oficial. Pero no es así. Emiratos Árabes no tiene, ni contempla por el momento, inversiones en Tijuana. Vaya, ni en Baja California. El meollo de la reunión está en los otros protagonistas. Particularmente en uno que está a la izquierda de Pérez Behr: Antonio Pérez Garibay, padre del piloto de carreras mexicano de Fórmula 1, Sergio “Checo” Pérez, quien casualmente, el fin de semana del viernes 29 de noviembre al domingo 1 de diciembre, participó en la justa automovilista en Abu Dhabi, quedando en la séptima posición de la carrera que ganó -ese día y en 2019- el británico Lewis Hamilton. El otro que aparece en la foto es, de acuerdo a los consultados, un funcionario del Gobierno del Estado de Jalisco. Es cuestionable que el secretario de Desarrollo Económico de Tijuana aprovechara la F1 para ir a “trabajar” o viceversa… pero de que le gusta el viaje, le gusta.