A la segunda quincena de diciembre de 2019, la deuda del Gobierno del Estado de Baja California, ahora encabezado por Jaime Bonilla Valdez, con la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), llegó a mil 874 millones de pesos. El mandatario no ha resuelto en el corto plazo el problema del adeudo como se comprometió en campaña, de hecho será hasta enero de 2020 cuando delineen entre el Gobierno Federal, el del Estado y las autoridades universitarias, cómo se saldará ese rezago.
En noviembre y diciembre, los primeros dos meses del gobierno de la Cuarta Transformación en Baja California, no dieron un solo abono para saldar algo de la deuda con la UABC, y de los recursos que mensualmente deben entregarse a la Universidad para su operación, entregaron la mitad de una catorcena por mes.
Efectivamente, el 13 de noviembre de 2019, la administración de Bonilla depositó a la cuenta de la Máxima Casa de Estudios de Baja California apenas 27.7 millones de pesos, lo que equivale a la mitad de los 55 millones de pesos que por catorcena deben entregarse a la UABC. Al mes siguiente, el 13 de diciembre una vez más el depósito fue de 27.7 millones de pesos.
Ni siquiera los 600 millones de pesos que durante su campaña Jaime Bonilla dijo que había negociado con el secretario de Educación Pública Federal, Esteban Moctezuma, y que entregaría a la UABC entrando su gobierno -para que su antecesor Francisco Vega de Lamadrid no los gastara en otra cosa-, han llegado.
De los pagos tampoco ha habido negociación. A pesar que desde el gobierno de Bonilla informaron que ya habían acordado con las autoridades universitarias una forma de pago, eso es una media verdad. La realidad es que después de los abonitos de 27.7 millones de pesos por mes en noviembre y diciembre, no ha habido más… y no habrá.
El acuerdo fue que en enero arreglarán el plan de pagos para saldar la deuda, y en enero también acordarán las ministraciones económicas para la UABC, que actualmente se componen con el 49% aportado por el Gobierno del Estado y el 51% por el Gobierno Federal. Es decir, el acuerdo es que habrá pagos, pero no hay plan todavía, ni cantidad definida o participaciones deslindadas.
A cambio de eso, del no pago, de los abonos pequeños y de la promesa del plan financiero para acotar la deuda del Gobierno del Estado con la UABC, el rector Daniel Octavio Valdez Delgadillo decidió ocultar la deuda a estudiantado y sociedad, la misma que habían transparentado durante el último año de gobierno de “Kiko” Vega, al instaurar un deudómetro que cada catorcena se actualizaba para dar a conocer el monto del déficit actualizado.
De hecho en la UABC tomaron dos rutas para dar a conocer a la ciudadanía la magnitud del endeudamiento de la administración estatal con la Universidad. Una era colocar en el edificio más visible, una manta de gran formato en la cual se exhortaba: “Requerimos al Gobierno de Baja California cubrir urgentemente su adeudo con la UABC por (aquí insertaban la cantidad)”. El otro camino fue crear la página electrónica www.deuda.uabc.mx, en la cual se actualizaba el monto de la deuda.
Pero el último dato que se tiene de la máxima publicidad de la deuda, es del 25 de octubre, cuando el monto de endeudamiento llegó a mil 708.3 millones de pesos. Después de eso, una vez que Jaime Bonilla tomó posesión del gobierno el 1 de noviembre, la página electrónica de la deuda fue inhabilitada y las mantas del deudómetro dejaron de publicitarse. De hecho, el rector que hizo manifestaciones para que le fueran entregados recursos, ya no habla del tema.
Pero por más que la oculten la deuda en la administración de Jaime Bonilla, ha incrementado en 166 millones de pesos, hasta situarse en mil 874 millones, y crecerá en la siguiente catorcena de diciembre y en las de enero, mes en que se supone, llegarán a un acuerdo que no tienen por ahora.
Ocultar la deuda por parte del rector no elimina los problemas que la UABC padece ante la falta de recurso. Varios salones de clase se han clausurado porque no tienen dinero para darles mantenimiento y hacerlos seguros para los estudiantes. Congresos se han pospuesto o cancelado porque no hay recursos para llevarlos a cabo. Han dejado de pagar a los acreedores, las reservas económicas de la Universidad se están agotando, se cancelaron viajes académicos, transportación, la compra de equipo se suspendió.
La UABC está funcionando solo con las actividades básicas. No se le ha dejado de pagar a maestros, personal administrativo y sindicalizados. Tampoco se interrumpió la instrucción académica y únicamente se pagan los servicios básicos para su funcionamiento, como energía eléctrica, digital, servicios.
Vaya que el hecho de ocultar la deuda no resuelve los problemas de la Máxima Casa de Estudios de Baja California, pero seguramente mejora la relación entre el rector Daniel Octavio Valdez con el gobernador Jaime Bonilla, quien ya no se enfrenta -como “Kiko”- a estar viendo en la UABC o en páginas electrónicas, el tamaño del endeudamiento.
Ahora sí que en la Universidad van para atrás. Reculan en la transparencia, minimizan la exigencia de pago y se aprietan el cinturón antes de “molestar” al Ejecutivo del Estado con pagos apropiados para la operación académica. Porque una cosa es cierta: desde que quiso ser candidato a gobernador, Jaime Bonilla Valdez sabía -como muchos en BC- del adeudo con la Universidad. Vaya, no lo sorprendieron, tan así que una de sus promesas fue acabar con ese escenario.
Pero aun con la ausencia de transparencia y la complacencia del rector con el gobernador, la deuda continúa… y va creciendo.