Lo que inició como un sueño de transformar la naturaleza y producir alimento de manera sustentable se ha hecho realidad a lo largo de 28 años con el desarrollo de cultivos de ostión y mejillón mediterráneo, que le han valido a Sergio Guevara Escamilla obtener en 2018 y 2019, premios nacionales consecutivos en acuacultura rural, comercial e industrial.
En 2018, Guevara Escamilla obtuvo el segundo lugar del Premio a la Pesca y Acuacultura Sustentables, otorgado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER, antes Sagarpa) en la categoría Acuacultura Rural, con el proyecto Intermareal (ostión bajo la marca Kumiai), ubicado al norte de la Laguna de Guerrero Negro.
El 21 de noviembre de 2019, Sergio logró el primer lugar del mismo premio en la categoría Acuacultura Comercial e Industrial por la SADER con la empresa Acuacultura Oceánica, que produce mejillón mediterráneo en la Bahía de Ensenada, gracias al desarrollo tecnológico, construcción y equipamiento de la embarcación “Kiliwa”.
El mejillón mediterráneo, un cultivo altamente sustentable, filtra el agua y se alimenta de fitoplancton, pero también se constituye en una trampa natural de carbono, lo que permite paliar la acidificación del océano y el cambio climático.
Sergio Guevara es originario de Mexicali, tiene 66 años de edad, estudió la licenciatura en Oceanología, tiene maestría en Economía y dejó trunco el doctorado en Ciencias Económicas y Políticas en Alemania, tras ser suspendida la beca que recibía por parte del gobierno mexicano ante la crisis inflacionaria.
En territorio germano comenzó su aventura como empresario con la creación de una empresa que vendía redes para vincular computadoras, negocio con el que duró cuatro años. De vuelta en el Continente Americano, vivió tres años en San Diego, California, con la expectativa de regresar a Ensenada.
Además, fue profesor en las universidades Autónoma y Nacional Autónoma de México, sin embargo, una nueva crisis lo alentó a retomar alguna actividad empresarial, por lo que pensó en el cultivo de abulón. Al tener un ciclo de vida largo, la gran inversión requerida y lo arriesgado del proyecto, optó por no concretarlo.
En aquel entonces, el Instituto de Investigaciones Oceanológicas de la Universidad Autónoma de Baja California tenía un proyecto piloto de cultivo de mejillón, del cual se había demostrado viabilidad biológica en la bahía, pero que no fructificó comercialmente al perderse las balsas estilo gallego.
Guevara optó por desarrollar el proyecto con la técnica long line, utilizada en el mediterráneo francés.
“Tenemos la fortuna que este mejillón mediterráneo (diferente al mejillón o choro californiano) existe aquí, es el mismo que en Galicia, no sabemos si llegó en un galeón, pero encontró condiciones propicias para desarrollarse aquí. Para la granja se capta de manera natural, no utilizamos semilla como con el ostión, ponemos colectores en invierno, el mejillón se fecunda en el agua, se forman larvas después de 21 días en vida plantónica, se fijan en las cuerdas y comienzan a desarrollar la concha”, explicó el ocenanólogo a ZETA.
Tras empezar con una panga a pequeña escala, ahora la empresa da empleo a unas cien personas, tiene programas de préstamos sin intereses y reparto de utilidades, aunque fiscalmente no se generen.
“Al final del día, si uno no entiende que el trabajador es uno de los elementos componentes fundamentales de la empresa, pues entonces está uno mal”, considera.
Con dicha embarcación, el sistema de long line (tendedero sobre la superficie del mar) y la zona en que se realiza el cultivo, se logra un aprovechamiento sustentable del medio natural y mayor control sobre la producción. Así, se minimiza el impacto al ecosistema y especies asociadas, ya que el contacto con el fondo marino es reducido, además de que las cuerdas y estructuras que se utilizan sirven como arrecife y protección para muchos organismos marinos que posteriormente reclutan a las poblaciones silvestres.
La embarcación, construida 100% en Ensenada, facilita la siembra, “encalcetinado”, cosecha, desgranado y selección de tallas en el mar, reduciendo riesgos de trabajo al personal, el cual recibe capacitación constante, además de salarios mayores a los del mercado.
El premio fue otorgado también por la originalidad y creatividad del proyecto, ya que en México solo existen dos empresas dedicadas a la producción y comercialización de mejillón, ambas localizadas en Ensenada, siendo Acuacultura Oceánica la primera; por estas razones y sus acciones en beneficio de la acuacultura, Sergio Guevara es para ZETA, un Personaje Destacado 2019.