El laboratorio de Calidad de Aire en Tijuana no tiene dinero para su operación, y no lo tendrá en un futuro próximo, anunció Carmelo Zavala, subsecretario de Medio Ambiente en Baja California.
El laboratorio se construyó con recurso federal hace más de 10 años, pero nunca operó como se tenía contemplado, a causa de la falta de presupuesto para su mantenimiento técnico e insumos, así como el recurso humano.
Uno de los proyectos que se tienen contemplados en esta administración estatal, es la de entregarlo en comodato a alguna institución educativa, para que hagan uso de las instalaciones y herramientas; y así, cuando el Estado lo solicite, tener la información precisa y con el aval educativo, comentó el subsecretario a ZETA.
Parte del trabajo que se haría en este laboratorio, consiste en tener -en tiempo real- los resultados de los verificentros, con tres cámaras en cada línea, pero nunca pudieron echarlo a andar por falta de personal y recurso económico.
El laboratorio cuenta con 14 estaciones de monitoreo, de las cuales solo funcionan dos, mientras que al resto algo les falta (algunas vandalizadas y otras incompletas).
“Las estaciones de monitoreo que tenemos en el estado, no funcionan para dar información dura, contundente ni estadísticamente validada para tomar decisiones sobre la calidad del aire que respiramos en Baja California”, afirmó Zavala; esto a pesar de que Mexicali y Tijuana se encuentran en los primeros 10 lugares de ciudades con mayor contaminación, a nivel nacional.
Se espera que con el dinero que se asigne para el ejercicio 2020, se puedan comprar dos estaciones más, cada una con un costo de 3.5 millones de pesos, y rehabilitar cinco de las ya instaladas.
El subsecretario admitió que se tiene un apoyo extra de una asociación civil en Mexicali, llamada Redspira, la cual cuenta con monitores en distintos puntos de la ciudad; la gente puede verificar la calidad del aire a través de una app, o bien en redes sociales.
Sin embargo, los sensores de 2.5 micras que se utilizan para este monitoreo, no son calibrables y no están certificados dentro de la Norma Oficial Mexicana para medir la calidad del aire; por otra parte, por lo menos ayudan a tener una idea de la contaminación que hay en la ciudad.
En Tijuana hay alrededor de 10 sensores a bajo costo, y el interés por parte de asociaciones civiles de implementar esta red paralela de monitoreo comunitario en lo que el Laboratorio de Calidad de Aire vuelve a funcionar, comentó.
