Si hay otro incondicional del gobernador Jaime Bonilla Valdez, ese es el abogado Humberto Valdez “El Pato”. De hecho, durante la campaña electoral develó la posibilidad de hacerlo fiscal general del Estado cuando su compadre, el actual titular de la FGE, Guillermo Ruiz Hernández, aún no le aceptaba la posición. Sin cargo en el equipo del mandatario, en la etapa de transición “El Pato” fue enviado a Rosarito. Prácticamente le fue impuesto a la condescendiente alcaldesa de aquel municipio, Araceli Brown. Pero hace unos días, el pasado incómodo de Valdez resurgió luego que Bonilla puso su nombre en la terna que envío al Congreso del Estado para que los diputados eligieran al fiscal Anticorrupción de Baja California. Con notas nacionales de referencia, se supone que los diputados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) lo habrían sacado de la jugada (al cierre de esta edición iniciaba la votación). La sola inclusión de Humberto despertó molestia en algunos porque se trataría de otro “fiscal carnal” al servicio del gobernador y los suyos, entre quienes a la fecha se presumen e investigan actos de corrupción en el gabinete de primer nivel. Pero vaya, hay que rescatar algo del pasado inmediato de la propuesta de Bonilla para fiscal anticorrupción.
En dos ocasiones, Valdez se acercó a esta redacción para hablar y entablar comunicación con dos narcotraficantes prófugos de la justicia de Estados Unidos y de México. En el primero de los casos, se trató de un narco con poderío criminal en Baja California, y en el segundo, de un notorio capo buscado internacionalmente tras permanecer en prisión durante años. “El Pato” dejó en claro que tenía contacto con ambos, y que estaba en ZETA en calidad de facilitador para una reunión entre miembros del equipo editorial y los narcotraficantes prófugos. Ambos representantes criminales del Cártel de Sinaloa, que en BC ha incrementado su presencia a fuerza de sangre y plomo en una guerra contra los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y lo que queda del Arellano Félix (CAF). Tiempo atrás, Humberto fue mencionado en un video de 2007 por un ex comandante de la Policía Judicial, de ser asesor del entonces procurador Antonio Martínez Luna y de tener nexos con el crimen organizado. El mismo año fue revelado un video donde, en instalaciones oficiales, Valdez -junto a Julio Lamas, secretario particular del procurador y Víctor de la Garza, de la Unidad Especializada contra el Crimen Organizado- planean un operativo a propuesta del “Pato” para detener a una persona ligada al Cártel Arellano Félix -contrario al de Sinaloa-. Textualmente refirió el propuesto por Bonilla para fiscal Anticorrupción:
“Ya está arreglado, o sea, ya está Julio (Lamas). El bato va a ir a eso, no va a aparecer nada, ningún elemento que yo traía, cero, y es la UECO y ustedes la que va a participar en el operativo de detención y todo eso. Logísticamente yo voy a acomodarlo ¿sí?, y, ¿sabes qué? De tal a tal parte, ya sea que lo agarramos adentro o lo agarramos afuera”.
Incluso solicitó viáticos para colaborar en la delación y el operativo para la aprehensión. Días después de aquel mayo de 2007, el procurador Martínez Luna se deslindó de Humberto Valdez. En ese año fue asesinado el líder de la célula del CAF a la cual pertenecía el criminal que querían detener con la colaboración de Valdez. De estos hechos existe el video y las publicaciones que se hicieron en ZETA y otros medios de comunicación. De la representación de narcotraficantes, solo el abogado y a quienes ha ofrecido su intermediación lo saben. Aun con estos antecedentes públicos, Humberto Valdez es una de las personas cercanas a Bonilla. La terna que firmó el gobernador junto a su secretario general –también bajo investigación- Amador Rodríguez Lozano, la complementan junto a Valdez, Olga Elizabeth Ojeda Mayoral y Enrique Javier Sánchez Serrano.
De acuerdo con la coordinadora de la bancada de Morena, Monserrat Caballero, si no cambia el escenario, la electa sería la abogada Ojeda Mayoral, a quien por cierto, identifican por ser incondicional de Amador Rodríguez Lozano. Fiscal carnala, pues.