El 3 de noviembre de 2019, Arturo González Cruz terminó de definir la forma de hacer gobierno en Tijuana. Ese día, en las inmediaciones del fraccionamiento Verona, vecinos del lugar se manifestaron con la intención de impedir que terrenos aledaños fueran utilizados para reubicar a quienes habían perdido sus casas en los deslaves del Rubí.
Convocados al acto fueron el gobernador Jaime Bonilla Valdez y el alcalde González Cruz. Los dos llegaron, pero solo uno se quedó. Mientras la unidad en la cual se trasladaba Bonilla dio marcha atrás y se retiró del lugar ante los gritos de los vecinos, González descendió de su vehículo e inició un diálogo con ellos, que continuaría al día siguiente en las oficinas de Palacio Municipal, para llegar entre todos a un acuerdo.
En efecto, de contacto directo con los ciudadanos, al llegar al crucero de Avenida Centenario e Independencia, con regularidad González Cruz desciende de la unidad blindada en la que viaja para llegar caminando a la entrada norte de Palacio Municipal, de donde el primer día de su gestión mandó derribar la cortina de metal y vallas que obstruían el paso de los ciudadanos, a quienes el nuevo alcalde gusta saldar de mano.
Su arribo como alcalde de Tijuana no fue fácil, no obstante ser el candidato de Movimiento Regeneración Nacional enfrentó en la contienda electoral a un alcalde que buscó reelegirse -Juan Manuel Gastélum Buenrostro- movilizando el aparato de gobierno a su favor, y a un experimentado candidato -Julián Leyzaola Pérez- que contendía por segunda ocasión consecutiva.
Tras el triunfo electoral enfrentó una transición complicada y a sabiendas que los obstáculos anticipaban el mal estado de las finanzas de Tijuana, antes de asumir la presidencia municipal ya había gestionado recursos federales.
A diferencia del pasado inmediato, el XXIII Ayuntamiento dio continuidad a la recolección de basura, e inició desde la primera semana con la limpieza de la vía pública, la rehabilitación de vialidades y alumbrado en horario nocturno, medida que González Cruz anotó continuará durante toda su gestión para no molestar a los ciudadanos “en las horas más complicadas del tráfico”. Los recorridos nocturnos para constatar el desarrollo de estas acciones, han sido otra característica que ha identificado al alcalde morenista.
El suyo será un gobierno de dos años, por lo que “el tiempo es mi mayor reto, no el trabajo, porque el trabajo lo vamos a hacer todos los días, incluyendo sábados y hasta domingos, el trabajo no nos asusta, el tamaño del problema tampoco, el tiempo es lo que nos limita para efecto de poder atender toda la población”, asegura.
Para avanzar con agilidad, apuesta por un gobierno plural y abierto a la oposición, por ello procura mantener una “excelente relación” con los ediles de las ocho fuerzas políticas que integran el XXIII Cabildo de Tijuana, lo que le ha valido la aprobación de todas sus propuestas “sino por unanimidad, sí con mayoría abrumadora”.
Mientras su antecesor difícilmente convocaba a asamblea edilicia una vez al mes, González Cruz ha llamado a sesionar prácticamente cada semana, permitiendo el uso de la voz a todos los ediles, “creo que esa es la forma de construir un buen gobierno”, indica.
A punto de cumplir tres meses como presidente municipal de Tijuana, Arturo González Cruz se declara “muy satisfecho” de lo logrado en este periodo, que en su opinión, será el más crítico de su gobierno, particularmente porque hizo todo lo posible por no recurrir al crédito que le fue aprobado “para no endeudar más a Tijuana”.
Encaminada la administración sostuvo que arreciará el paso para cumplir con los compromisos de gobierno que se ha impuesto, siendo mejorar la movilidad uno de los objetivos principales, así como el mejoramiento de los servicios públicos, alumbrado y limpieza de la ciudad, sin dejar de lado el bienestar social.
Para lograrlo, continuará en contacto con los ciudadanos, siendo los Sábados de Bienestar el medio que le permite ese acercamiento, promoviéndolos a lo largo de su gestión, “y no voy solo a una colonia, hay sábados que voy a tres o cuatro colonias”.
Pasar más tiempo con su familia, es uno de los puntos que Arturo González Cruz ha tenido que sacrificar desde que asumió la presidencia de Tijuana, “sí te cambia la vida, pero es algo que uno puede hacer por la ciudad, estoy muy satisfecho de tener esta oportunidad, esta coyuntura en mi vida”, reconoce.
Tanto lo ha disfrutado que no dudó en responder que, concluido su periodo como alcalde, buscará continuar en la función pública: “En caso de poder hacerlo, me encantaría seguir contribuyendo al crecimiento de Tijuana, de Baja California y de México; me gustaría participar en la posición que fuera para efecto de seguir construyendo el bienestar de los ciudadanos de Tijuana”.
En tanto, como el primer alcalde de izquierda en presidir la alcaldía de Tijuana, le gustaría concluir su gestión conservando “mi buen nombre, conservar en alto el nombre de mi familia” y ser recordado por los tijuanenses “como un alcalde que trabajó por Tijuana, que sí cumplió con las promesas de campaña, que pudo resolver parte de la problemática de la ciudad y que lo hizo haciendo un gobierno con honestidad y transparencia”.
Por estas acciones, su acercamiento con la sociedad y la dedicación al trabajo en la administración pública, libre de tareas y premisas políticas o partidistas, Arturo González Cruz es para ZETA, un Personaje Destacado 2019.