La junta ejecutiva de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) decidió este lunes 9 de diciembre, por unanimidad -durante una reunión llevada a cabo en Lausana, Suiza-, prohibir a los deportistas rusos participar en los Juegos Olímpicos (Tokio 2020 y Pekín 2022) y en otras competiciones importantes, durante los próximos cuatro años.
Siguiendo las recientes recomendaciones del Comité de Revisión de Cumplimiento de la AMA, la junta ejecutiva ha decidió privar a la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA, por sus siglas en inglés) del estatus de cumplimiento con el Código Mundial Antidopaje.
Asimismo, el organismo prohibió que los funcionarios públicos rusos y los jefes del Comité Olímpico ruso, y del Comité Paralímpico ruso, estén presentes en eventos deportivos internacionales durante los próximos cuatro años, entre otras sanciones.
La decisión impide a Rusia albergar y participar en Juegos Olímpicos y Paralímpicos, así como en ningún campeonato mundial o competición importante organizados por los firmantes del Código Antidopaje de la AMA, como, por ejemplo, el Mundial de Fútbol de Catar, en 2022.
Los atletas rusos sin antecedentes de dopaje podrán participar en las mencionadas competiciones bajo la bandera olímpica, pero no con la bandera de su país, y tampoco podrán llevar ningún distintivo o símbolo que contenga la bandera rusa.
Además, si dicho equipo -que recibiría el nombre de ‘Atletas neutrales autorizados’-, subiera al podio, no sonaría el himno de Rusia, ni se izaría la bandera nacional. La Agencia Antidopaje Rusa tiene 21 días para apelar ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (CAS), ya que la decisión de la AMA entrará en vigor cuando se cumpla este plazo, o después de que el CAS estudie la apelación.
La Junta de Supervisión de la RUSADA tiene previsto reunirse en los próximos diez días para discutir la decisión de la AMA, según informó su presidente Alexánder Ívlev. Por su parte, Margarita Pajnótskaya, subdirectora general de de dicha Agencia, ha calificado la decisión de “esperada”.
La AMA consideró que Rusia manipuló la base de datos deportivos del Laboratorio de Moscú, para tratar de encubrir posibles positivos, lo que hace imposible comprobar si 145 de los 298 deportistas rusos sospechosos, incluidos en la base de datos, violaron las reglas antidopaje entre 2012 y 2015.