A la toma de posesión de Jaime Bonilla Valdez en el Congreso del Estado como gobernador constitucional de Baja California, solo permitieron el acceso a reporteros gráficos, fotógrafos. Los reporteros editoriales debieron seguir el acto protocolario legislativo a través de pantallas instaladas en otra área del recinto y no en la bancada frente a la tribuna camaral. El sillerío se llenó con invitados especiales, familiares, amigos y colaboradores del mandatario. El hecho de que negaran la entrada a reporteros editoriales no fue cuestión de espacio o de capacidad, sino que el Departamento de Comunicación se aseguró de esta forma que nadie le hiciera alguna pregunta al flamante gobernador, pues fue petición específica: en el Congreso del Estado no atendería a medios. Fuera de la sala del pleno, todo aquel que hace preguntas, “que ni se acerquen”, les dijeron. No estaban autorizados para realizar ni una sola pregunta.