El presidente de Ecuador, Lenín Boltaire Moreno Garcés, anunció este lunes 7 de octubre, el traslado de la capital de la sede del Gobierno de Quito a Guayaquil, en medio de fuertes protestas en su contra por las medidas económicas aplicadas, entre ellas, el aumento en los precios de los combustibles, tras la eliminación de los subsidios.
“Me he trasladado a la ciudad de Guayaquil y he trasladado la sede del Gobierno a esta querida ciudad, de acuerdo con las atribuciones constitucionales que me competen”, anunció el mandatario ecuatoriano en un mensaje transmitido en cadena nacional. Este mismo día, por la tarde, representantes de diversos medios de comunicación y funcionarios públicos fueron desalojados del Palacio de Quito por elementos militares, ante la inminente llegada de manifestantes.
Acompañado del vicepresidente Otto Sonnenholzner, y del ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, el mandatario ecuatoriano aseguró que quienes se han manifestado en su contra “buscan romper el orden constituido”, reiterando que “individuos externos pagados y organizados” provocan las manifestaciones.
Moreno Garcés acusó, además, al “sátrapa” de Nicolás Maduro Moros, y a su antecesor, el ex presidente Rafael Vicente Correa Delgado, de estar detrás de un “intento de golpe de Estado”, al haber activado su “plan de desestabilización”.
“Los saqueos, el vandalismo y la violencia demuestra que aquí hay una intención política y organizada para desestabilizar el gobierno y romper la orden constituido, romper el orden democrático”, aseguró Moreno Garcés en su mensaje en cadena nacional, desde el puerto de Guayaquil, desde donde defendió su decisión “histórica” de eliminar los subsidios a los combustibles. “No voy a dar marcha atrás, porque lo correcto no tiene matices”, dijo.
“Son los corruptos que han sentido los pasos de la justicia cercándolos para que respondan, son ellos quienes están detrás de este intento de golpe de Estado y están usando e instrumentalizando a algunos sectores indígenas, aprovechando su movilización”, afirmó el presidente ecuatoriano.
Según Moreno Garcés, sus opositores correístas “están financiando las agresiones y los saqueos” con el dinero que “se robaron” durante la anterior administración, por lo que rechazó con contundencia “este atentado contra la democracia”.
El presidente ecuatoriano agradeció a las Fuerzas Armadas y a la Policía, además de que remarcó que su Gobierno va a “seguir protegiendo los derechos y la tranquilidad ciudadanas”, y evitarán “siempre cualquier derramamiento de sangre”, añadió el mandatario, quien insistió en que “la democracia y la paz saldrán nuevamente victoriosas” de esta prueba.
Además, Moreno Garcés señaló que la medida de ajuste, que ha sido rechazada por varios grupos sociales, especialmente sindicatos e indígenas, afecta a grupos económicos poderosos, como los contrabandistas de gasolinas. Asimismo, el mandatario ecuatoriano llamó al diálogo a los sectores sociales, “una puerta que -según dijo- en el Gobierno jamás se cerró”.
Miles de indígenas de distintas nacionalidades del país llegaron este mismo día a Quito, para participar de una gran movilización en rechazo a las últimas medidas económicas anunciadas por Moreno Garcés, aunque fueron recibidos con gases lacrimógenos por la Policía.
Las medidas económicas del Gobierno ecuatoriano se dan en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre ellas el denominado “paquetazo”, que motivó la semana pasada una violenta protesta de transportistas, acompañada por otros sectores sociales, por lo que Moreno Garcés tuvo que declarar un estado de excepción.