Ha llegado octubre esta mañana
con ocres y ambarinos bajo el brazo
pintando las montañas y los prados
con pinceles de otoño entre los labios.
Los árboles cambian de peinado
y a sus pies cae un sinfín de plumas
que forman hermosas acuarelas
con el rostro mirando hacia el ocaso.
Ya los campos han cambiado de vestido
y llevan encajes color vino
con pétalos de flores secas
que han marchitado en el camino.
Octubre ha sembrado belleza
en cada rincón que ha visitado
pues al pasar con sus pinceles
va dibujando y coloreando.
Ha comenzado el otoño
desde el mes pasado
pero es el mes de octubre
que lleva caireles dorados.
Dulces recuerdos vienen
cada año por este tiempo
y son los tonos de las hojas
como un tatuaje en el alma.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California