Para educar a un pueblo, se requiere verlo unido. Es difícil comprobarlo solamente dicho, porque puede un grupo aceptar la unión, de palabra y por amistad, pero nadie acepta compartir la educación en su colonia (o por lo menos en su barrio).
Pensará, en primer lugar, que no están hechos para educadores, y puede que en eso tengan razón; pero si les aceptamos ese argumento, les diremos antes que tampoco ellos tienen un lugar para la crítica. Y para eso están dispuestos siempre, aunque no tengan razón.
Parece que la propuesta es un imposible -tratar de educar a un pueblo totalmente bronco- porque por casi un siglo nadie ha impuesto responsabilidad ni respeto; por eso no entienden cultura, ni conoce la educación, ni sabe que para convivir pacíficamente debe respetar a sus vecinos (y que solo de ese modo lo escucharán con respeto).
Militando activo en un partido político, se presenta la oportunidad de educar por compromiso en la Secretaría de Educación cultural de partido en que milite; los partidos políticos también son gobierno en potencia, directamente como parte activa. Los militantes de dicho partido político también forman parte de su gobierno, y el buen comportamiento hace la diferencia en un grupo social o político.
En el PDM trabajábamos con una militancia especial, pero limitada; por eso perdimos el registro. Y por no avalar un fraude cibernético.
Atentamente,
Vicente Martínez Méndez
Tijuana, B.C.