(Pablo y Ronaldo Huerta convivían de manera constante. El siguiente video corresponde a uno de sus muchos traslados juntos. No al día del crimen.)
La tarde del viernes 20 de septiembre hubo balazos en el piso 1 de estacionamientos (E1) del Grand Hotel Tijuana. Pablo Edwin Huerta Nuño “El Flaquito”, de 27 años de edad y considerado por las autoridades como uno de los delincuentes más amenazados entre los operadores del narcotráfico en la Zona Costa de Baja California, salió huyendo a pie de la escena donde quedó muerto su hermano (aunque investigadores lo ubican como su sobrino) Ronaldo Alexis Huerta Nuño “El Bananas”.
Afuera lo recogieron en un auto dorado -aparentemente un Volkswagen Jetta- y lo sacaron del área antes de que llegara la Policía.
Muy delgado, de estatura promedio, camisa sport, pantalón de mezclilla, tenis y una gorra beisbolera oscura con la visera echada para atrás, “parecía un chamaco”, describieron investigadores. Su imagen en veloz huida despertó inicialmente el interés de los agentes que, creyeron, podía ser uno de los atacantes armados.
Los dos integrantes del CAF andaban de fiesta y llegaron la madrugada de ese viernes al hotel con tres muchachas. Pasaron alrededor de 12 horas con ellas, y abandonaron el hospedaje alrededor de las cinco de la tarde. Al descender del elevador se toparon con uno de los escoltas de la familia Bustamante, quien se percató que Ronaldo Huerta iba armado, se hicieron de palabras y terminaron a balazos.
“El Bananas” disparó una vez sin acertar en el blanco, el escolta tres veces, uno bala no alcanzó su objetivo, otra impactó a su oponente en la oreja y la tercera lo penetró en el pecho.
El escolta, fue militar, sirvió en la Policía Municipal de Rosarito de 2007 a 2010, año en lo integraron a la policía comercial y desde entonces ha servido como escolta de la familia Bustamante, dueña del Grand Hotel. El lunes 23 de septiembre, el Ministerio Público, le informó que lo declararían en calidad de “imputado por homicidio culposo”, dado que el admitió que le disparó y el sujeto murió.
Como no hubo flagrancia, no fue detenido y la investigación continuará hasta el momento en que se dicte orden de aprehensión o sea citado para la formulación de imputación ante el juez. “Las posibilidades son dos, o resulta no responsable por legítima defensa, o responsable de homicidio”, detalló un investigador.
Ronaldo Huerta, quien estaba “cumpliendo sentencia en libertad” por posesión de un fusil, murió empuñando un arma calibre .380 auto.
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