El nuevo esquema de salud debió empezar a aplicarse desde junio de 2019 en Baja California; sin embargo, la tardanza en crear los lineamientos en los que se va a regir el Instituto Nacional de Salud y Bienestar ha retrasado todo el proyecto. Se estima que quede listo en tres años
La universalidad del sector salud fue una de las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador. En junio de este año debió aplicarse en Baja California, pero -a casi 10 meses de iniciada la administración de AMLO- la unificación de protocolos entre instituciones no ha sido posible, por lo que se desistió de este proyecto a nivel nacional.
La universalización incluía que toda persona que se identificara como mexicano podría recibir atención médica en cualquier institución de salud del país.
Además, se comprometió a aumentar el 1 por ciento del Producto Interno Bruto al sector salud (es decir, subir de 6.8 a 7.8 por ciento); eliminar la corrupción al transparentar los recursos; iniciar un programa preventivo para evitar la saturación de hospitales; y regular la contratación del personal médico.
Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo conformarían el primer bloque de estados donde comenzaría este cambio a partir del viernes 14 de diciembre de 2018, solo 13 días después de la toma de protesta presidencial.
Cuando se empezó a trabajar la sincronización de trabajo, se dieron cuenta que sería imposible, ya que cada sistema de salud -como el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS); Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado (ISSSTE), Seguro Popular y secretarías de salud estatales- tenían sus propios protocolos y maneras de trabajar.
Al respecto, el doctor Alonso Pérez Rico, propuesto como secretario de Salud en Baja California para el gabinete de Jaime Bonilla, fue instruido para iniciar la transformación desde la raíz, pero la consigna es definitiva. “No habrá universalidad en salud, los derechohabientes quedarán igual”, confesó a ZETA.
La universalidad del sector salud ya no se llevará a cabo a nivel nacional; en cambio, se contempla la creación del Instituto Nacional de Salud y Bienestar (Insabi), que hará la función del Seguro Popular, con la diferencia de que ahora tendrá su propia voz y voto a la hora de elegir los proyectos y el destino de su recurso, detalló.
Baja California debió iniciar la universalidad del sector salud el pasado junio, como parte del segundo bloque de estados; pero ante la dificultad de crear la universalidad, no se han establecido ni siquiera los lineamientos bajo los que se guiará el Insabi.
“Ya el Presidente López Obrador dijo que el IMSS y el ISSSTE van a quedarse y van a atender a los pacientes con seguridad social. La Secretaría de Salud, a través del Insabi, atenderá a los que no tengan seguridad social. Entonces, la salud en México -la universalización- se va a dar a través de estos dos grandes bloques y cada uno tendrá intercambio de servicios, de acuerdo a sus necesidades”, explicó.
Foto: Ramón T. Blanco Villalón.- Alonso Pérez Rico, secretario de Salud en Baja California para el gabinete de Jaime Bonilla.
En vez de Seguro Popular habrá Insabi
El Seguro Popular fue creado durante la administración de Vicente Fox Quesada (2000-2006) como una financiadora que cubría los tratamientos de la población no derechohabiente, pero no tenía ningún poder de decisión en la utilización del recurso.
Entre más afiliados, mayor dinero destinaba, y era el Estado quien decidía en qué se iba a gastar su recurso. Con la creación del Insabi, el Estado deberá presentar los proyectos y -en conjunto- ser aprobados por Presidencia, con el fin de transparentar los procesos y el uso del recurso.
“El Insabi viene a darle al Seguro Popular mucha transparencia. Va a tomar decisiones desde el punto de vista médico en conjunto con Secretaría de Salud, para tratar y atender a los que no tienen seguridad social”, detalló Pérez Rico.
El sistema de pensiones, jubilaciones, salarios y sindicatos fue lo que impidió que se logrará un solo sistema único, además del distinto “lenguaje” de los protocolos de cada institución; sin embargo, dejar el sistema como está “sería quedarle mal a los mexicanos”, comentó.
“Al estilo inglés o español”: Ruiz Uribe
Alejandro Ruiz Uribe, delegado único en Baja California, explicó a ZETA que este proyecto está estimado que quede listo dentro de tres años.
“El eje articulador de ese esquema va a ser el Seguro Social: en torno a él se van a unificar todas las instituciones de salud, se volverá a federalizar la salud y se espera que -en tres años- tengamos un sistema de salud universal. Esto permitirá aprovechar más los espacios de hospitales, sus implementos y abaratar los costos”, explicó el funcionario federal.
Se tiene proyectado que se construya un hospital en San Quintín, otro en Tijuana, uno en Ensenada y otro más en Tecate; asimismo, ampliarse instalaciones de los hospitales ya existentes.
Al federalizarse, implica que se le va a quitar a los Estados la nómina, la responsabilidad, -así como va a ocurrir con el sistema educativo- con el fin de tener un solo sistema y “no tengamos muchas cabezas; tenerlo al estilo inglés o al estilo español”, afirmó.
El 27 de febrero de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la creación del programa IMSS-Bienestar, encaminado a la federalización del sector salud. A través de este se harán colaboraciones con otras instituciones para brindar el servicio médico a quien lo requiera, mientras que el área de prestaciones, pensiones y jubilaciones quedará igual.
El IMSS y el ISSSTE solo modificarán sus estructuras directivas; se eliminará la figura del delegado para ser remplazada por un representante médico, cuyo cargo se dará de acuerdo a las aptitudes de los aspirantes (para que se transparenten los procesos).
Lineamientos en espera
Los lineamientos bajo los que operará el Insabi aún no se crean. Se tenía estimado que quedaran listos para el 1 de septiembre de este año; no obstante, no fue así, y se programó una nueva fecha, el 1 de octubre. A decir de Pérez Rico, es muy probable que tampoco queden para lo que resta del año.
“Los que sí tenemos, ahorita, es que se van a transparentar los procesos de financiamiento; a diferencia de tener cuatro o cinco fuentes de financiamiento como el Seguro Popular, ahora va a ser una única fuente”, recalcó.
Otro de los puntos que se tiene contemplados para el Insabi es la creación de un protocolo y normativa, similar al del Seguro Social, pues vendría a dar un orden que actualmente no existe, pero que ayudaría a agilizar los procesos. De esta manera se despacharía más rápido al paciente con una atención ambulatoria, y habría más camas disponibles.
El objetivo de Pérez Rico -ya que asuma el cargo- no es solamente aplicar el nuevo esquema de salud anunciado por López Obrador, sino tomar como modelo sistemas de otros países, como Corea del Sur, donde se enfocan en la prevención de una manera tan efectiva que el uso de las camas de hospitales es solo para pacientes con enfermedades graves, según explicó.
