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jueves, febrero 15, 2024
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Los más buscados del CAF están de regreso

Identificados como sicarios del Cártel Arellano Félix

al servicio de Francisco Javier Arellano “El Tigrillo” 


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y Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón” en agosto de

2002, fueron capturados Winston Ruiz, Jorge Moraga

y Miguel García. El 3 de septiembre de 2019, la


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Subprocuraduría de Justicia en Tijuana informó que

fueron recapturados por los mismos homicidios

cometidos hace 17 años, la primera vez que los

aprehendieron. Estando presos, en 2004 sus rostros

fueron publicados en un cartel de “Más Buscados”

por el FBI como integrantes de la mafia de los Arellano,

quienes habían comprado credenciales que los

acreditaban como agentes ministeriales de la

Procuraduría del Estado

La madrugada del domingo 25 de agosto de 2002, Francisco Javier Arellano Félix, el menor de los hermanos que controlaban el Cártel Arellano Félix (CAF) andaba con novia y enfiestado. Había pasado la noche en el bar Tangaloo, entonces localizado a la altura del Bulevar Agua Caliente en la colonia Neidhart. El mafioso circulaba en un automóvil BMW gris, y sus escoltas en una camioneta Suburban blanca y una Cherokee azul.

Liderando al grupo de sicarios del “Tigrillo”, iban Fabián Reyes Partida “El Calaco” y Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón”. De acuerdo a las versiones de los delincuentes, algunos del grupo estaban drogados y ebrios, por eso decidieron disparar tres ráfagas de balazos a un transformador ubicado en la zona del bar.

Para evitar ser detenidos, abandonaron el bulevar y se dirigieron a Zona Río a toda velocidad. En el Monumento a Cuauhtémoc, el policía municipal Carlos Enrique Martínez Espíndola y el policía estatal Enrique Rivas Martínez, iniciaron la persecución del convoy -sin notificar a la base-, le marcaron el alto al BMW, el cual se detuvo a la altura de las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Zona Río.

Cuando los agentes bajaron, una de las camionetas de los escoltas les pasó por el lado izquierdo, se identificaron como agentes federales y después un hombre sacó medio cuerpo y los acribilló con un arma larga. De frente, tendidos sobre el asfalto, otro de los hombres se bajó y los remató.

Desde que inició la balacera, el BMW huyó “…después Z6 (El Tigrillo) nos preguntó qué había pasado, le dije que los habíamos matado y se molestó…”, declaró  Félix Quintero Antonio “El Vicente”, actualmente preso por este hecho.

Aquellos que participaron en el operativo homicida dijeron primero que quien disparó fue Miguel Ángel García Sevilla “El Pariente”, y después aseguraron que fue “El Nalgón”.

Nadie volvió a saber del comando armado hasta la una de la tarde del martes 27 de agosto de 2002, cuando Winston Ruiz Saucedo “El Bud Light”, Jorge Carlos Moraga Díaz “El Cejón” y Miguel Ángel García Sevilla “El Pariente” fueron detenidos en compañía de Félix Quintero Antonio “El Vicente” (preso) sobre el Bulevar Agua Caliente a bordo de una camioneta Cherokee 2002. Llevaban consigo tres rifles R-15, un AK-47 y credenciales que los acreditaban como oficiales de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) -las portaban desde dos meses atrás-. En sus declaraciones informaron que al ser capturados iban escoltando a  José Ruiz (“El Tigrillo”) rumbo a la Garita de San Ysidro, quien les ordenó que se entregaran sin violencia.

Fue hasta 2004 que sus caras fueron publicadas en la prensa de nuevo. Aparecieron en el cartel de “Más Buscados” por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), una lista con las fotografías de 76 hombres, integrantes del CAF que compartieron camisa, saco y corbata para que les tomaran las imágenes que se incluirían en las respectivas credenciales que los identificarían como agentes ministeriales de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

El material fue localizado ese mismo año por la propia fiscalía bajacaliforniana en un taller-yonke  en Tijuana, y entregado a las autoridades de Estados Unidos. Winston Ruiz es el número 75, García Sevilla el 37 y Moraga el 38.

 

SE LOS LLEVÓ LA FEDERACIÓN

Sevilla secuestraba y cobraba plaza para el CAF, Ruiz y Moraga usualmente eran escoltas. Capturados por policías municipales, en 2002 el Gobierno Federal se los llevó con todo y expediente. La información en el sistema carcelario indica que ingresaron bajo las causas penales 2/4/52/202/627 y 2/4/51/202/376, por “delitos cometidos contra funcionarios públicos” y “asociación delictuosa”. Se sabe que todo el tiempo,  los tres compartieron un abogado particular que solicitó y obtuvo varios amparos.

Al final fueron sentenciados a 17 años de prisión por los delitos de delincuencia organizada; portación de arma de fuego de uso exclusivo; portación de cartuchos para arma de fuego de uso exclusivo; y uso indebido de credenciales de cuerpos policiales.

En agosto de 2019 cumplieron su condena.

Desde los Centros de Readaptación Social de Jalisco y Tabasco informaron a la PGJE de Baja California que serían liberados el viernes 30 de agosto, por si tenían alguna causa pendiente, acudieran a ejecutarla, lo que hizo el Grupo de Aprehensiones de la Subprocuraduría de Zona Tijuana con la orden de aprehensión 154/APRETIJ/2019.

En septiembre de 2018 los imputados solicitaron un amparo contra esa orden de aprehensión, pero ese trámite aún no ha sido respondido.

La acción judicial se hizo bajo la causa penal 627/2002 del Juzgado Quinto de lo Penal, “…por los delitos de homicidio calificado, delitos cometidos en contra de funcionarios públicos o agentes de seguridad y asociación delictuosa, en hechos sucedidos en el año 2002 en Tijuana y cometidos en contra de dos policías y un masculino, en 2 causas penales diversas”, informaron a través de un comunicado de prensa.

 

EL ASESINATO DEL JOVEN SERRANO

Además del homicidio de los policías, al ser detenidos los tres miembros del CAF admitieron haber participado en la privación de la libertad y posterior muerte por estrangulamiento del joven deportista que practicaba box y full contact, Óscar Alejandro Serrano, quien cursaba el tercer cuatrimestre de Negocios Internacionales y era dueño de una serie de cafeterías instaladas en las escuelas de su familia.

Los detenidos declararon al respecto: “Lo matamos porque días atrás había golpeado al ‘18’”, alias de Manuel Chávez Sevilla, uno de los imputados. También los había video grabado días antes cuando llegaron y en autos con logo de la PGJE se habían estacionado frente a su casa y su auto.

La noche del 24 de julio de 2002, Serrano, de 23 años, tenía planeado ir a un bar en Lomas Hipódromo, de última hora sus amigos no lo acompañaron, poco antes de las diez de la noche circulaba por el Bulevar Las Américas cuando fue interceptado por tres hombres en una Explorer blanca y dos en una Cherokee verde. Lo hicieron bajar de su auto, un Mercedes Benz amarillo modelo 1999 y lo obligaron a subir a la camioneta blanca para después huir rumbo a Colinas de Agua Caliente, todo frente a un miembro de su familia que incidentalmente observó el ataque desde uno carros atrás y reportó el secuestro inmediatamente.

El cuerpo de Óscar fue localizado al día siguiente alrededor de las siete de la mañana, en la calle Saturno de la colonia Planetario, maniatado y con una bolsa de plástico atada a la cabeza.

 

LIBERTAD POSIBLE

Aunque el 30 de agosto el Juzgado Quinto informó  a la PGJE que la causa contra estos hombres seguía abierta, entrado septiembre les comentó que algunos elementos habían sido eliminados de la carpeta. Adicionalmente, los detenidos detallaron a sus aprehensores de un sobreseimiento que les permitió salir de la cárcel federal y les permitirá abandonar el Cereso estatal porque se desecharon las declaraciones en las que se inculparon.

Los imputados declararon en el expediente de los policías, y ahí hablaron del asesinato del joven Serrano, sin embargo, al ser entrevistados de manera particular respecto a este homicidio se negaron a declarar por recomendación de su abogado, por lo que si la admisión de culpa original se elimina y si en 17 años el Ministerio Público no robusteció las carpetas de investigación con otros testigos y  elementos de prueba de modo tiempo y lugar, las causas se podrían declarar improcedentes.

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