Hay un dicho que relata algo que dice así: “No es pastor el que a sus ovejas mata”. Con
este relato inicia mi comentario
El Señor Andrés Manuel López Obrador se precia de ser exrevolucionario porque admira a los señores Zapata, Madero y todos los revolucionarios que llevaron a buen fin la Revolución mexicana. Creo que el señor Presidente de México necesita ser más rígido para que se haga respetar; no es necesaria otra matanza, como la de
Tlatelolco o la de Aguas Blancas, pero sugiero que a los oficiales de la Guardia y a los policías les conceda el derecho a salvas sus vidas defendiendo el orden y la seguridad pública.
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Es bueno esperar que la democracia popular nos libere de la imposición de doctrinas ajenas a nuestras costumbres y a la imposición de un presidente para México, como lo hicieron durante casi un siglo; es mejor, aunque las fuerzas masónicas sean más consecuentes con los cristianos católicos. Esa es la herencia que les dejó la Iglesia desde que se proclamó la Independencia de la Nueva España, para caer en la dependencia de otra superpotencia, la de
los vecinos del norte. Hoy nos controlan mediante cobros por todos los productos agrícolas que en México cosechan para los americanos; lo bueno es que también nosotros comemos.
Vicente Martínez Méndez.
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Tijuana, B.C.
