El ruido de las fiestas es terrible,
bullicio, gritos, gases y gargajos,
niños corriendo sin parar ¡carajos!
raros olores, cosa tan horrible.
Algunos bailan como si supieran,
otros parece que les dio telele,
se sienten estrellitas de la tele,
haciendo dengues como si murieran.
Si eres trasnochador empedernido,
y gustas de las fiestas como vicio
sintiéndote con ello realizado.
Tal vez te halles todavía perdido
y lejos de encontrarte en sano juicio,
estás enfermo de placer; ¡malvado!
Miguel Ángel Hernández Villanueva.
Tijuana, B.C.
Correo: jomian1958@hotmail.com