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martes, octubre 1, 2024
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It: Capítulo 2

En primer lugar, es difícil entender por qué un director considera que una historia forzosamente necesita tres horas para desarrollarse en la pantalla grande cuando ni los elementos narrativos o los personajes lo justifican.

Ese es el caso de esta secuela. Por más espeluznante que sea “Pennywise”, casi 180 minutos es un exceso que el equipo de producción debió ahorrarse para evitar el desorden en que se cae al contar cómo el terror vuelve a Derry, para de nueva cuenta ser enfrentado por el Club de los Perdedores, del cual solo Mike (Isaiah Mustafa) permanece en el pueblo.

Han transcurrido 27 años y los que alguna vez fueron chicos azorados por el maléfico payaso, ahora son adultos exitosos: Bill (James McAvoy) trabaja en Los Ángeles, Richie (Bill Hader) tiene una carrera como cómico stand-up y Beverly (Jessica Chastain) es una talentosa diseñadora, aunque vive bajo el yugo de un marido que no la trata nada bien.

Una llamada de Mike cambia la suerte de todos y los devuelve al punto de partida. Aunque no quieran, deben volver a Derry para atender ese asunto pendiente que resurge conforme Pennywise comienza de nuevo a matar.

El secreto parece estar en un ritual que deben realizar los involucrados recuperando un objeto de su infancia. Justo ahí está el problema, pues esto obliga a los personajes a recordar lo que habían preferido olvidar.

El detalle aquí es que hay un interés de parte del director Andy Muschietti de contar lo que ha sucedido con cada personaje, esto provoca un tedio que si acaso se rompe es de nueva cuenta por la brillante actuación de Bill Skarsgard como el demoníaco Pennywise.

En pocas palabras, Skarsgard es la película. En la penumbra, esas imágenes repentinas de cuando hace acto de aparición literalmente ponen los pelos de punta. La sonrisa única de “It”, la escalofriante voz, la manera tan desagradable que deja caer la baba de su retorcida boca, vaya villano concebido por el maestro Stephen King y, para fortuna del público, magistralmente encarnado por este joven actor sueco de quien se espera mucho más, ya sea con este rol antagónico y con los que vendrán. **

Punto final.- Cuando se tiene una novela como “The Goldfinch”, de Donna Tartt, lo mejor es dejar la historia en papel en vez de intentar trasladarla al cine. De todos modos, habrá que darle el beneficio de la duda.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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