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lunes, febrero 19, 2024
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Inundaciones por omisión del gobierno

Se declaró zona emergencia en Comondú y Los Cabos, aunque las mayores afectaciones están en Ciudad Insurgentes, donde cientos de familias perdieron su patrimonio por diques que no fueron autorizados ni atendidos por las autoridades

La tormenta tropical “Ivo” nunca tuvo como destino impactar a Baja California Sur, aun así, las afectaciones que dejó fueron severas. Desde el 23 de agosto en Los Cabos generó inundaciones y destrozos en la Carretera Transpeninsular, a la altura del poblado de Las Cuevas y La Ribera en San José del Cabo; en Comondú, especialmente en Ciudad Insurgentes, horas después el 95 por ciento de la población quedó bajo el agua.


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“No ha venido nadie a ayudarnos, a decirnos que nos va ayudar ni nada, nos tuvimos que ir a trabajar así con todo echado a perder, soy madre soltera y no tengo marido, tengo que salir a trabajar para comprar las cosas, como jabón, cloro y todo lo que se pueda. Estamos tristes porque con lo que pasó, bendito Dios no pasó nada mayor, pero pues se nos acaba todo”, recordó Verónica Castro, habitante de la colonia De la Cruz en Ciudad Insurgentes.

Parte de los habitantes de la zona se quedaron sin ser atendidos, incluso después de la afectación de “Ivo”,  cuestionaron dónde está el alcalde Walter Valenzuela, ya sea en sus vacaciones en La Habana, Cuba, o en el interior del país.

Los daños generados en Ciudad Insurgentes derivaron de unos diques que productores locales mandaron construir en el afán de proteger su terreno, pero lo que ocurrió es que el agua se estancó en la comunidad, generando una gran “alberca”.


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En Los Cabos las fuertes corrientes de los arroyos arrasaron con parte de la carretera, a la altura de La Ribera y Las Cuevas, habitantes quedaron incomunicados.

“Se nos mete el agua, todo el montón de tierra, no se podía ni dormir aquí adentro, se mojaron colchones, ahorita no se ha cocinado porque no tenemos gas ni leña, nada. Todo se mojó, se echó a perder, ahí está la televisión que se echó a perder, se mojó, no hay luz ni nada. Todo lo arrastró el agua y lo metió a las casas, todo ese lado entró con las aguas, ese montón de lodo. Serían como las dos de la mañana cuando se rompió el bordo, pensamos que nos iba a llevar el agua, el canal al arroyo”, expuso la señora Castro en un recorrido efectuado por este Semanario.

No hubo vivienda que se salvara en la colonia De la Cruz. Los ciudadanos recuerdan que durante la noche del viernes, el bordo de contención tronó y el agua se metió hasta el fondo de sus hogares.

“Ahí está el agua todavía, ya bajó el nivel, pero estábamos hasta las rodillas dentro de la casa, pisabas y se te enterraban los pies en el lodo. Toda la colonia De la Cruz quedó bajo el agua, hicieron el bordo que está junto aquí, se tronó y nos arrasó el agua, de nada sirvió el bordo, porque le ganó la presión del agua y si brincó para las casas”, lamentó la vecina.

Según testimonios recabados por ZETA, desde las diez de la noche del 23 de agosto todo fue diferente, sin energía eléctrica y ahora sin hogar. Aun en la oscuridad, los afectados  hicieron lo que pudieron para preservar sus pertenencias.

“Por ese lado reventó y de ahí se vino todo el agua, porque por ahí corre un arroyo y taparon, como toda esa agua quería salir y no tenía salida, pues ya se vino para las casas”, afirmó Verónica Castro, quien junto con algunos vecinos, fueron beneficiados con viviendas entregadas en la administración de Francisco Pelayo Covarrubias, casi al final de su gestión. Entonces celebraron con bombo y platillos la obra para familias de escasos recursos, sin embargo, no resistió el primer temporal.

“Estaba lloviendo más adentro que afuera, esas casas nos las dieron, el presidente ese que ya se acaba de ir, ‘Pancho’ Pelayo, todo se comenzó a caer de la pared, parece coladera, llueve más adentro que afuera. Las casas no tenían ningún acabado, ni impermeabilizante, todo se esté descarapelando, a mi cuarto de madera no me llovió por dentro, pero se nos metió el agua por las puertas, se inundó todo”, recordó la entrevistada.

Todos los rincones de Ciudad Insurgentes quedaron bajo el agua, los habitantes no pudieron abandonar poblado, ya que los arroyos los aprisionaron. Tanto a la salida hacia Loreto como el regreso a Ciudad Constitución, los caminos estaban saturados de agua, incluso tres camionetas que fueron arrastradas al intentar cruzar el cauce.

 

EL RESCATE

“Nos sacaron en la lancha, ese que le dicen ‘El Chicol’, que Dios lo bendiga, pues él casi como a la una de la mañana vino a sacarnos, estábamos arriba del techo y nos tumbaba el agua,  que se llevara todo, pero menos a nosotros, ya fue cuando vino el agua zumbando y le dije a los niños ‘duérmanse’; yo pensaba, pues si ya nos va a cargar que no se den cuenta, fue cuando se reventó y pues ahí estábamos arriba, fue ya que vinieron con la lancha y nos salvaron la vida”, expuso Verónica Castro.

En su caso, ella y sus dos hijos subieron al techo, el agua ya estaba un metro de altura y la corriente seguía, en esos momentos el único pensamiento era qué hacer si se caía su casa.

Sin embargo, un alma caritativa, Félix Regalado Zúñiga, conocido como “El Chicol”, regresó a salvar a los habitantes en su panga.

“Eran como diez los que estaban arriba del techo, todos ellos se fueron por lo mismo que no había luz y pues toda la gente se fue, y pues ya nosotros nos quedamos, porque se vienen y se meten a robar a las casas, y fue cuando se viene al arroyo; mi suegra, mi esposa y todos, se fueron y yo me quedé en la casa a cuidar, ya que empezó el agua fuerte tuvimos que subirnos al techo”, narró Gilberto García, habitante de la colonia De la Cruz.

Foto: Antonio de Jesús Cervantes G..- Familias fueron trasladadas en panga a mitad de la noche, pescadores ayudaron a familias a cruzar el arroyo durante la noche, la operación duró desde las 10 de la noche a las 4 de la madrugada.

La única esperanza fue esperar que bajara el nivel del agua, donde fueron salvadas las diez personas que estaban trepadas en el techo de madera y lámina que, aun tambaleándose, resistió los embates de la corriente, hasta que “El Chicol” y sus amigos llegaron al rescate.

Félix Regalado Zúñiga compartió con este Semanario que cuando caminaba, escuchó los gritos desesperados de personas y su única reacción fue correr y buscar cómo ayudar. Por azares del destino, un compañero pescador pasaba por el sitio remolcando una lancha que utilizan en la pesca ribereña, esa fue la única alternativa.

“Todo empezó porque escuchábamos el llamado que hacía la gente, que ocupaban apoyo y nadie se acercaba, pedían apoyo para salirse de sus casas a los albergues a resguardarse, y pues yo venía caminando en la colonia Las Brisas, llegué hasta la orilla de la carretera para ver qué se podía hacer, tenía tres llamadas de amigos y familiares que viven de ese lado, cuando llegó alguien con una panga y nadie sabe manejarla, y pues ya les dije que si me tenían confianza, iba a echar la mano con lo que se pudiera”, dijo Félix Regalado.

“El Chicol” sabe de lo que es perder a un ser querido, por ello dirigió sus esfuerzos para que las familias estuvieran completas y no hubiera pérdidas.

“Subí a la panga y comencé a pasar gente de un lado a otro. Soy pescador y conozco un poco de las aguas, yo miraba gente ahí donde están esos montones de tierra -apuntaba-, había gente desesperada, niños, señores de la tercera edad que perdieron su casa, todo se les cayó. Estábamos preocupados por las familias que van hacia atrás, están arriba del arroyo y les podemos echar la mano, con lo que pudimos los pasamos al otro lado para que se fueran al albergue, empezamos como a las diez  de la noche y terminamos como a las cuatro de la mañana, primero de sacar la gente de la División del Norte, pudimos avanzar hasta la Cruz, hasta el panteón; hasta eso pudimos sacar un niño enfermo, con calentura”, detalló el héroe de Ciudad Insurgentes.

Pero él no lo hizo solo, hubo quienes lo apoyaron en una loca pero excelsa actuación: “Quiero agradecer a Pablo Balandrán Carrillo y al güerito de los Carabajales, fueron los que me echaron la mano, también son pescadores”, y dijo no recordar en ese momento al dueño de la panga, quien también puso mucho de su parte.

 

LA CONTINGENCIA SANITARIA QUE SE VIENE

La inundación de Ciudad Insurgentes en Comondú, encendió el foco rojo por los posibles brotes sanitarios que se pudieran venir, de inmediato se mandó una cuadrilla en ayuda contra el mosquito transmisor de dengue, Zika y Chikungunya, ya que es posible que haya criaderos en exceso.

“En Insurgentes hubo encharcamiento de agua, porque el agua no nos llegó así de arriba, si hubiera llegado de arriba, hasta cierto punto los moscos los mata, y nos esperamos para fumigar hasta dos semanas después de que están los encharcamientos, pero que vino a los lados y hubo desbordamiento, entonces es más rápido que se reproduzca. Estamos contratando más gente para evitar que se venga un brote”, apuntó Víctor George Flores, secretario de Salud en Baja California Sur.

Personal de la Secretaría de Salud se encuentra de manera permanente en la zona con el fin de reducir riesgos de una contingencia sanitaria, principalmente se trabaja en mantener a la población libre de criaderos de mosquitos, pero también que no haya agua contaminada que afecte en la piel, que ocasiona enfermedades gastrointestinales o alguna epidemia.

“Ya se tuvo en esas aguas estancadas, se estuvo aplicando un larvicida para evitar esa reproducción, pero aun así el mosco que anda pululando lo podemos atacar, no podemos esperar. Exactamente ahorita tenemos algunos casos, comparados del año pasado menos del 10%, estamos en el seguimiento epidemiológico, que por naturaleza va a incrementar”, anunció George Flores.

De igual forma, trabajadores de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris) iniciaron un operativo de vigilancia para evitar la propagación de enfermedades por agua contaminada, derrames de aguas negras y demás.

“Se contrata gente para evitar un brote, que se reproduzcan los moscos, un brote de dengue, Zika y Chikungunya, también se está trabajando en el tratamiento, encalando, revisando para evitar algún brote de enfermedad”, refirió el Secretario de Salud en la entidad, ya que nueve mil personas se encuentran en riesgo en Ciudad Insurgentes.

 

EMERGENCIA EN LOS CABOS Y COMONDÚ

Declararon zona emergencia a los municipios de Comondú y Los Cabos, aunque la atención se centra principalmente en Ciudad Insurgentes, donde los embates fueron graves y cientos de familias perdieron sus pertenencias.

El gobernador del Estado, Carlos Mendoza Davis, confirmó que las afectaciones fueron severas y se analizan los daños para poder acceder a recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).

“Estamos en pláticas con el Sistema Nacional de Protección Civil, con el Fonden, para poder acceder a los recursos que permiten esta declaratoria de emergencia en favor de los ciudadanos afectados”, confirmó Mendoza Davis.

Ciudad Insurgentes quedó bajo el agua tras horas de intensas lluvias, más de 300 familias fueron evacuadas por las afectaciones que se registraron, las cuales no se habían registrado de esa manera en 30 años. Lo cierto es que nadie, ni gobierno municipal, estatal o federal, apoyaron a los productores, ni los asesoraron en la construcción de los diques. Lo hicieron por iniciativa propia y sin planeación.

“Posiblemente el agua fue demasiada, se derrumbaron los diques, por eso la inundación fue tan rápida en Ciudad Insurgentes y tan pareja, que alcanzó a toda la ciudad, si hubiera sido propiciada por los arroyos tradicionales, se da en algunas colonias nomás, en División del Norte, en Libertad, donde pasan los arroyos, pero ahora fue general, casi al 100%”, reconoció Martín Valtierra, reportero y también afectado en Comondú.

Escuelas de todos los niveles en Ciudad Insurgentes no pudieron iniciar clases, debido a que en las calles todavía se encontraba agua estancada, lo que dificultó el acceso. Días después, los estudiantes de la comunidad regresaron a las aulas.

“Solamente nueve escuelas de todos los niveles en Ciudad Insurgentes, y no es que las escuelas estén en mal estado, sino lo que está en mal estado son las calles, todavía mucha agua encharcada”, finalizó el gobernador del Estado.

El recuento de los daños continúa, así como la llegada de víveres para las familias damnificadas. La ayuda para afectados por “Ivo” no se hizo esperar, en La Paz y Los Cabos se organizaron a través de redes sociales e  instituciones para instalar centros de acopio para enviar a Comondú.

“Nos encontramos con algunas viviendas inundadas, con las calles en pésimas condiciones, encharcamientos derivados del desborde del bordo de contención; nos encontramos con gente que requería alimento, enseres para hacer limpieza y apoyo para hacer limpieza en viviendas, tuvimos por ahí la oportunidad de brindarles apoyo a 23 familias con la limpieza de sus viviendas”, informó Isaías López, comandante del Grupo Calafia en La Paz.

También se abrió centro de acopio en la base de Los Calafios en Camino Real, entre el Triunfo y Antonio Wilson, donde solicitan objetos de aseo personal, agua y comida no perecedera.

Asimismo, el Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) ya puso manos a la obra al instalar un centro de acopio.

“En coordinación con el Instituto de la Juventud hemos definido esta acción, que es invitar a la ciudadanía a donar víveres, desde agua, pañales, toallas sanitarias, todo lo que sea alimento en lata, no perecedero, todo lo que sea de apoyo para los hermanos de Ciudad Insurgentes que están pasando ahorita por una situación bastante difícil, por esta contingencia que acaban de vivir”, exhortó Rosita Cordero, presidenta honoraria de DIF Municipal La Paz.

Otros centros de acopio se habilitaron en la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Tecnológico de La Paz, Grupo Calafia, DIF Municipal, por citar algunos, a los que es posible acudir y brindar ayuda.

Autor(a)

Antonio Cervantes
Antonio Cervantes
Antonio Cervantes Antonio Cervantes Antonio T 42 antonio@zetatijuana.com
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