El huracán Dorian se fortaleció y convirtió en un huracán categoría 5 este domingo, la máxima en la escala Saffir Simpson, con vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora (km/h), a medida que se acerca a las islas Abaco en el norte de Bahamas, según lo informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
La tormenta continúa moviéndose hacia el oeste a 13 km/h por hora y se espera que se acerque a la costa este de Florida en algún momento entre el lunes y el martes por la noche. Si bien el NHC aún pronostica que Florida evitaría un golpe directo, el último aviso del organismo estadounidense puso en alerta a más zonas de dicha entidad en EE.UU.
El ligero cambio fue el resultado de nuevos modelos de computadora que sugirieron que Dorian, que aún se espera que se fortalezca durante el día, deambulará por el noroeste del archipiélago durante los próximos días y se acercará a la costa de Florida antes de girar hacia el norte, señaló el diario local El Nuevo Herald.
Los vientos del fenómeno meteorológico traen consigo una marejada de hasta 6 metros que ya golpea a partes de las Bahamas, donde la población se refugió en escuelas, iglesias y otros sitios del norte de dichas islas, mientras se acercaba a la zona el huracán.
En la región norte del archipiélago de Bahamas, los hoteles cerraron, los vecinos cubrieron sus ventanas de tablones y las autoridades contrataron embarcaciones para llevar a la gente de zonas bajas a islas más grandes ante el avance del huracán.
“Se esperan condiciones devastadoras de huracanes en las Islas Abacos en la madrugada del domingo y a lo largo de la Isla de Gran Bahama más tarde en el día”, informó el NHC. El primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, advirtió que Dorian era un “huracán poderoso y potencialmente mortal” e instó a desalojar el área. “Quiero que recuerden: las casas, las estructuras se pueden reemplazar. Las vidas no”, advirtió.
El huracán, que avanza despacio, podría descargar hasta un metro de agua a lo largo de dos o tres días, acompañando las lluvias de vientos devastadores y una crecida peligrosa en el nivel del mar llamada marejada ciclónica, advirtió el meteorólogo privado Ryan Maue, citado por la agencia AP.
Se esperaba que la tormenta afectara a unas 73 mil personas y 21 mil viviendas, indicó el portavoz del gobierno Kevin Harris. Las autoridades cerraron los aeropuertos de las islas Abaco, Gran Bahama y Bimini, aunque el de Lynden Pindling, en la capital, Nassau, permanecía abierto.
Después de golpear las islas norteñas, se espera que Dorian pudiera bordear la costa del sureste, manteniéndose justo frente a Florida y Georgia, entre el próximo martes y miércoles, antes de rodear Carolina del Sur y Carolina del Norte el jueves.
El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, declaró un estado de emergencia el sábado y activó recursos estatales para prepararse para los posibles efectos de la tormenta. El presidente Donald Trump ya había declarado estado de emergencia en Florida y autorizado que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias coordinara las acciones de atención a desastres.
Las autoridades advirtieron que incluso aunque el vórtice de “Dorian” no toque tierra en territorio estadounidense y permanezca sobre el mar, es probable que los vendavales y el oleaje intenso que acompañan golpeen las zonas costeras de EE.UU.