Metiche
Mira lo que suele pasar por estar pendientes de la vida de los demás. Ojalá nunca te suceda a ti:
Un día, en cierta carretera, hubo un accidente y otra mujer quería ver lo que pasaba, pero por la multitud no podía enterarse de nada. Entonces empezó a gritar:
“¡Con permiso! ¡Soy familiar, soy familiar! ¡Déjenme pasar!
La gente se hizo a un lado. La mujer por fin logró acercarse y se dio cuenta de que el muerto era un burro.
Autor: Seguramente un lector muy discreto.
Cómo le hizo
Entra un hombre borracho a la comandancia de Policía y pregunta:
— ¿Podría ver al que entró a robar a mi casa ayer?
“¿Y para qué lo quiere ver?”.
— Para saber cómo entró sin despertar a mi mujer.
Autor: Ebrio divorciado.
Borracho en el infierno
Un borracho va al infierno. Llega y pregunta al diablo:
— ¿Dónde están las mujeres?
“Aquí no hay mujeres”.
— Entonces, ¿esos cuernos te los sacaste en una rifa?
Autor: Un angelito sobrio.
El paradero de los hombres
— Papá, ¿es cierto que los hombres van al infierno?
“Los solteros, hijos, porque los casados la pagamos aquí mismo”.
Autor: Una mujer encantadora.
Edad verdadera
— ¿Cuántos años tienes?
“30”.
— ¡Pero si hace dos años dijiste lo mismo!
“Para que veas que no soy de las que dicen una cosa hoy, y mañana otra”.
Autor: Una chica muuuy joven.
Acoso
Trabajaba yo en una tienda de ropa y una señorita me preguntó por qué la falda costaba 100 pesos y el calzón 30. Yo le respondí: Si gusta le subo la falda y le bajo el calzón… ¡y zas! A la Policía fui a dar por acoso.
Luego fui a McDonald’s a desayunar y le pregunté a otra señorita, ¿cuánto por un trío?… y otra vez a la Policía.
Pero luego el colmo: voy a una fotocopiadora y que le digo a la señorita: ¿Cuánto por los dos lados? Y otra vez a la Policía, acusado de acoso sexual.
Hace un par de días, dos señoritas me preguntaron “¿Qué hora tienes?”. Les respondí, tengo cuarto para las dos… y nuevamente fui a parar adonde mismo.
Por acomedido, vino la secretaria de la Dirección a mi oficina y se apagó su celular por batería baja; yo por buena gente le pregunté, ¿se lo enchufo? Y zas, ya saben qué pasó.
Iba pasando por la calle y vi a una ancianita queriendo llevar su garrafón de agua, le ayudé y le acompañé a su casa. Le dije: ¿Se lo acomodo? Y bueno, ayer seguía con la mala racha.
Iba en el elevador y se subieron dos chicas; por ser amable les pregunté: ¿A cuál piso? Y nuevamente fui citado al Juzgado por acoso.
Por último, ayer fui al mercado y le pregunté a la frutera: ¿Cuánto por un mamey? Y terminé preso. ¡Ya ni fruta se puede comprar!
Autor: Anónimo del NSJP.
Abdominales
— Cariño, ¿por qué precisamente ahora te pones a hacer abdominales?
“¡Cállate menso! ¿Qué no ves me caí de espaldas y no puedo levantarme?
Autor: Residente de Santa Fe asidua al gym.
Estatua misteriosa
Un hombre que paseaba, vio una misteriosa y curiosa tienda de antigüedades que llamó su atención. Decidió entrar y, tras observar los artículos, notó la figura de una rata en bronce, muy realista y enigmática. No tenía etiqueta con el precio, pero tanto le gustó que quería comprarla. Llamó al dueño de la tienda y le preguntó:
— Perdone, ¿cuánto cuesta esa rata de bronce?
“Son 12 dólares por la estatua y 500 por la increíble y antigua historia sobre ella”.
El cliente pagó los 12 dólares y le dijo al dueño:
“No, no… me llevo solo la figura, no me interesa la historia”.
Salió de la tienda y, al caminar nuevamente por la calle, advirtió que le empezaban a seguir una cierta cantidad de ratas reales, vivas, que salían de los escondrijos y las alcantarillas.
El hombre se sintió desconcertado y empezó a caminar más rápido. Pero unas calles más adelante la cantidad de ratas vivas que le seguían se convirtió en una marea de animales chillando y con aspecto amenazador. Salió corriendo rumbo al mar y, mirando hacia atrás, vio que los roedores podían contarse por millones y corrían más y más rápido.
Presa del pánico, el hombre se apresuró como un poseso al muelle y tiró al mar la figura de la rata.
Asombrosamente, los millones de ratas saltaron al agua y se ahogaron todas. El hombre volvió a la tienda de antigüedades y, al verlo, el dueño le dice:
— Vaya, vaya, creo que ha vuelto para saber la historia, ¿no?
“¡Qué rayos! Lo que quiero saber es si tiene usted también figuras así, pero de políticos, empresarios y banqueros”.
Autor: Un ciudadano cualquiera.
Por poco…
En Villa Park, Illinois, una niña de apenas 5 años de edad salió al patio de su casa, primero fue a revisar el buzón y luego se dirigió a un juego de columpios sin darse cuenta que ¡EN ZERIO! un coyote la acechaba.
La acción que procedió fue captada por la cámara de seguridad de la familia de
Christine Przybylski. Ahí se ve cómo el animal de pronto pega la carrera y la niña emprende la huida. Curiosamente este coyote no era tan veloz o la pequeña era pariente del Correcaminos, pero el caso es que nunca la alcanzó.
La nena después le dijo a la Policía que el animal sí logró tocarla y hasta ella pudo sentir la oreja de su presunto depredador, pero nunca la mordió. Tal vez esta chiquilla tiene futuro en las Olimpíadas.