Hoy vengo con alma desnuda
a decirte lo que antes no pude
por el temor que en el pecho
me clavaba un filoso aguijón.
Ha crecido una planta muy bella
colorida con divinas flores
y es lo que ahora por ti yo siento
en el fondo del corazón.
Hoy vengo a pedirte
que nunca de mí te alejes
porque eres el gran sustento
que me llena de ilusión.
Maravilloso es tu beso
y las caricias de tus manos
hasta llegar la madrugada
cerca de salir el sol.
Si hasta escucho ruiseñores
cantando por mi ventana
y me dicen que me amas
con una eterna pasión.
Y Pavarotti tan sensible
va lanzando las notas
que acarician los sentidos
con su maravillosa voz.
Hoy sé que enamorada
de ti estoy cual quinceañera
y vestida por el fuego
que confunde mi razón.
Me conquistó tu sonrisa
de los pies a la cabeza
con sonora melodía
y se ha convertido en amor.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California