Después de que Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México (Banxico), indicó ayer miércoles 21 de agosto que “claramente enfrentamos un proceso de desaceleración mayor a lo anticipado”, el presidente Andrés Manuel López Obrador se dijo respetuoso del banco central y aseguró que no se va a pelear con el mismo.
“Que sean los mexicanos los que juzguen, pero soy respetuoso de lo que diga el Banco de México, y de la independencia del Banco de México y no voy a pelearme con los funcionarios del Banco de México”, señaló el mandatario nacional en su conferencia de prensa matutina.
“No me voy a enganchar en un pleito con los del Banco de México porque no quiero que vayan a utilizar esto para hacer una columna los periodistas conservadores […] Que le busquen por otro lado, no se las voy a poner fácil”, insistió el titular del Poder Ejecutivo Federal.
“Claramente enfrentamos un proceso de desaceleración mayor a lo anticipado, el entorno externo no ha ayudado ni los choques que hemos enfrentado”, declaró ayer miércoles 21 de agosto, Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México (Banxico), al participar en el 19 Foro Banorte.
“El terreno negativo significa que la economía crece por debajo de su crecimiento potencial y en el último trimestre aumentó la brecha, es decir, hay capacidad no utilizada en la economía”, manifestó el funcionario federal unos 450 empresarios, que son los clientes más grandes de Banorte.
Por otra parte, Díaz de León explicó que desde 2014 la economía mexicana ha sufrido choques externos, y en cuanto al reto de ampliar el acceso a los servicios financieros, el gobernador del Banco de México destacó que al masificar la tecnología, se abrirá la puerta de acceso para millones de mexicanos.
“Si podemos masificar la tecnología, abriremos la puerta a millones de mexicanos para que tengan acceso al sistema financiero. No podemos equivocarnos. Tenemos que aprovechar la tecnología para llevar servicios financieros a más mexicanos”, afirmó el funcionario federal.
“Las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades únicas en la historia para eliminar la barrera de acceso, que siempre fueron las sucursales”, dijo, para luego agregar que específicamente el Banco de México busca que la puerta de acceso sea CoDI, es decir, el cobro digital desde el celular, con capturar el código QR que otorga el comercio.
El pasado 16 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró, durante su conferencia de prensa matutina, que la decisión del Banco de México de reducir la tasa de interés demuestra que la economía mexicana “está bien” y se estimula el crecimiento.
“El Banco de México, que es autónomo decidió bajar la tasa de interés, esto es importante porque de esta manera estimula el crecimiento, hay más estímulos para invertir, para apoyarse con crédito, es más rentable para la actividad productiva, y se puede hacer esto porque hay estabilidad”, afirmó.
“Es buena la decisión, respeto la decisión del Banco de México, son autónomos, nosotros no nos metemos en esas decisiones, cada quien con lo que tiene encomendado, cada quien con su función”, dijo el mandatario nacional, quien, sin embargo, reconoció que hay un entorno difícil o no favorable, ante una posible recesión económica mundial, pero advirtió que no le gusta echar la culpa a factores externos, ya que considera que lo más importante es lo que se logra por consolidar la economía nacional.
Desde el Palacio Nacional, el político tabasqueño señaló que las crisis económicas sí pueden ser mundiales y puede haber efectos que perjudican a países, debido a que si hay una crisis en un país puede tener repercusiones en otro, pero esto depende de cómo esté dicho país en sus finanzas.
“Afortunadamente nosotros estamos bien, tenemos suficientes reservas, no tenemos problemas de inflación, no tenemos depreciación de nuestra moneda”, acotó López Obrador, quien consideró que México tiene ventajas, como el control sobre la inflación, que no se deprecie la moneda, que siga llegando la inversión extranjera y siga creciendo el comercio exterior.
Destacó, además, el apoyo de los paisanos migrantes, que envían muchos recursos a sus familiares. “Todo eso mantiene bien la economía”, subrayó, para luego indicar que, en dicho marco, el Banco de México, que es autónomo, decidió bajar la tasa de interés, y esto es importante porque de esta manera se estimula el crecimiento.
“Al bajar la tasa de interés hay más estímulos para invertir, para apoyarse con crédito, es más rentable para la actividad productiva, tasas de interés más bajas, y se puede hacer esto porque hay estabilidad. Si bajan las tasas y no hay confianza en la economía de México se podrían generar desajustes”, abundó el presidente.
El titular del Poder Ejecutivo federal insistió en que bajaron las tasas de interés y no pasó nada, sino al contrario, el peso no se depreció el jueves, ya que “fue de las monedas que el día de ayer salieron adelante en el mundo”.
El 15 de agosto, con 4 votos a favor y uno en contra, la Junta de Gobierno del Banxico decidió disminuir en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un nivel de 8.00 por ciento. La última vez que la redujo fue el 6 de junio de 2014, cuando la bajó en 50 puntos base, de 3.50 a 3.0 por ciento.
Además, “considerando que bajo las condiciones actuales dicho nivel es congruente con la convergencia de la inflación a su meta en el horizonte en el que opera la política monetaria”, apuntó el Banco de México a través de un boletín.
El pasado 12 de junio, Díaz de León, exhortó a atender y subsanar la baja en la calificación de riesgos soberano y de crédito de Pemex, “reflejo de que hay algunos elementos que están dando lugar a una afectación o deterioro en la capacidad de pago del sujeto que se está calificando”, manifestó.
Un día antes, Javier Guzmán Calafell, subgobernador de Banxico, consideró que las presiones inflacionarias y los pronósticos más altos para la inflación en lo que resta del año y el siguiente, además de que el balance de riesgos para la inflación muestra un sesgo al alza, son algunos de los retos que enfrentará el banco central para dirigir la política monetaria en el corto y mediano plazos.