Las artistas plásticos Lula Lewis y Lídice Figueroa Lewis impartieron el jueves 22 de agosto la conferencia “Arte binacional”, en la Sala Rubén Vizcaíno Valencia del Antiguo Palacio Municipal, como parte de las actividades del Archivo Histórico de Tijuana del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC).
En su incursión, las artistas recordaron festivales, talleres, colectivos y exposiciones que sucedieron en Tijuana a finales de la década de los 90 y principios de 2000, como InSite (1992-2005) o The Border/La frontera, esta última en el Centro Cultural Tijuana (CECUT). Asimismo, las conferencistas abordaron algunos antecedentes históricos del arte binacional, como el Festival Internacional de la Raza(1984-1989) o el Border Art Workshop/Taller de Arte Fronterizo (1984-1997) de Guillermo Gómez-Peña.
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Además, compartieron algunos de sus proyectos en colaboración, como el Colectivo M.artes que fundaron ambas (Lídice y Lula) y que en 2018 cumplió 20 años de existencia. También hablaron de la exhibición “Tapetes” que se desprende del mismo colectivo, así como de las experiencias de Lula Lewis en los talleres de Felipe Ehrenberg (Ciudad de México, 1943), quien llegó a Tijuana para participar en InSite 94.
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Fotos: Alejandro Gutiérrez
“InSite fue un detonador”: Lídice Figueroa
Lídice Figueroa Lewis (Ciudad de México, 1963), compartió que ella y su familia llegaron a Baja California en el 85, después del temblor que sacudió a la Ciudad de México en ese mismo año. Primero llegaron a vivir a Ensenada y, en el 92, se establecieron en Tijuana:
“Lo primero que hay que aclarar es que somos migrantes. Cuando llegamos a Tijuana lo primero que nos sorprendió como buenas chilangas fue la efervescencia cultural de la ciudad. Veníamos de una ciudad pequeña con un ritmo muy distinto. Ensenada es hermoso, no voy a hablar mal de Ensenada, pero es una ciudad tranquila en muchos sentidos. En aquel entonces había una película interesante cada mes. Pero cuando llegamos acá nos encantó que era súper movida la cosa y lo más interesante fue que llegamos en un momento en donde empezaron a ocurrir muchas cosas en la ciudad”.
Oceanóloga, doctora en educación y psicoterapeuta, Lídice Figueroa hizo alusión al festival binacional de arte InSite, que sucedió en Tijuana-San Diego de 1992 a 2005, codirigido por la curadora Carmen Cuenca (Ciudad de México, 1958):
“Nos tocó estar en un momento en que Marisa Sánchez –tal vez muchos de ustedes nunca han escuchado de ella, pero en aquel entonces ella era la directora de lo que no era el IMAC, sino que era algo así como el Departamento de Desarrollo Social, DESOM creo que se llamaba–, tuvo la fortuna y la visión a empezar a invitar a artistas de otros espacios”.
“Ella (Marisa Sánchez) fue la primera en darle la bienvenida a algunos movimientos interesantes y eventos. Uno de ellos fue InSite. Creo que InSite fue un detonador de muchas cosas en la ciudad. ¿Qué fue lo que detonó? Bueno, esta cuestión de poner a Tijuana en un mapa del arte. En el 92, que fue el primer InSite –un festival de arte instalación, así era al principio–, llegaban estos invitados. No había latinoamericanos en esa primera edición; eran puros europeos y gringos blancos, he de decirlo, que vinieron a poner sus instalaciones en la ciudad de un modo bastante utilitario. Lo que ellos hicieron –aunque era importante– era usar un poco la ciudad como un escenario”.
Lula Lewis y el Colectivo M.artes
Lula Lewis (Ciudad de México, 1965), compartió su experiencia en los talleres de performance, instalación y danza que Felipe Ehrenberg (Ciudad de México, 1943), artista conceptual, performancero y neólogo, impartió en Tijuana a finales de los 90, cuando llegó a la frontera para participar en InSite 94:
“A nosotros nos tocó un outside con el maestro Felipe Ehrenberg que se trataba de eso: qué decían los artistas convocados de Baja California, en específico, de Tijuana. Y en Casa de la Cultura se armaron todos estos talleres donde el arte instalación era lo más importante en ese momento. El outside era salir de nuestro cajoncito y crear piezas instaladas en diferentes zonas del centro o del CECUT”.
“Esto nos dio pie a seguir con unos talleres del Centro de Humanidades donde nos dieron arte instalación, arte objeto, performance, todo esto en Casa de la Cultura, seguía siendo el epicentro del movimiento. Por supuesto que había otras galerías y gente muy interesante como Nina Moreno, la galería ‘El puente’ o ‘El nopal centenario’, que era más bien de espectáculos. En aquel entonces, el CECUT estaba muy vacío y poco a poco se daban estos movimientos de participación”.
Además, Lula Lewis, quien recientemente expuso “Haz la cuenta y date cuenta” en la Galería de la Ciudad del Instituto Municipal de Arte y Cultura y el Centro Estatal de las Artes en Tijuana (CEART), una retrospectiva de 25 años de su carrera, habló del Colectivo M.artes (apócope para Mujeres en las artes), que cofundó hace 20 años con su hermana Lídice Figueroa:
“Con la presencia del maestro Ehrenberg, en mi caso y en el caso de otras chicas, nos posicionamos e hicimos el grupo M.artes que el año pasado cumplió 20 años. O el grupo Producciones del Tercer Mundo que es un colectivo de performance en donde las artes escénicas y la plástica se conjugan en un emocionante relato”.
En su momento, Lídice Figueroa comentó: “En el Colectivo M.artes inicialmente había como tres gringas, porque eran gringas güeras y había otras chicas que eran como entremedio. Eran mexicanas, pero habían nacido al otro lado y entonces tenían esta cualidad de transitar. Habían estudiado en Southwestern College pero vivían en México. Y habíamos las otras que si podíamos cruzar y teníamos una conexión con el otro lado, pero éramos más mexicanas que gringas. Entonces había en este colectivo una gradación: entre gente que hablaba solo inglés, otros que hablaban como spanglish o lo que se pudiera y otros que tenían esta cuestión como hibrida”.
De festivales, talleres y exposiciones
Lídice Figueroa también habló de su participación en eventos como el Festival Internacional de la Raza, que sucedió en Tijuana durante cinco años, de 1984 a 1989, así como de The border/La frontera, exhibición colectiva en CECUT:
“Uno de los primeros proyectos que hicimos fue en un festival muy importante en aquel entonces que es el Festival Internacional de la Raza, que luego se dejó de hacer en el CECUT. En ese festival nosotras fuimos invitadas. Y nos planteamos cada una llevar a cabo una instalación que hiciera referencia a una parte de la casa”.
“Hubo una exhibición que me parece fundamental hablando de arte binacional que fue la exhibición de La frontera/The border en el CECUT, por allá del 92 o 93. Y fue de las primeras cosas que nos recibieron en esta ciudad. Para mí fue seminal. Me abrió a un montón de cuestiones. Y lo que más me movió de esa exhibición fue un colectivo que estaba presentando obra que se llama ‘Las comadres’, fueron un grupo de mujeres que algunas vivían en Tijuana, otras vivían en San Diego y que se reunían a hacer proyectos. Ellas, sí,eminentemente feministas. Y algunas de ellas, por ejemplo,Carmela Castrejón, luego colaboraron con el Colectivo M.artes”.
Por otro lado, Lídice Figueroa también se refirió al Border Art Workshop/Taller de Arte Fronterizo de Guillermo Gómez-Peña (BAW/TAF por sus siglas) que estuvo activo en esta región fronteriza desde 1984 hasta 1997:
“Hablando del asunto binacional, creo que es importante mencionar también a Guillermo Gómez-Peña. Él vivió aquí en Tijuana durante los 80 y él junto con otros constituyeronalgo que se llama BAW/TA, que significa Border Art Workshop o el Taller de Arte Fronterizo.
Concluyó Lídice Figueroa: “Y la idea era crear lazos fuertes entre los artistas para hacer colaboraciones que hablaran de la realidad de estas personas que estamos como en este espacio por ahí dicen híbrido, perforado, etcétera. Ustedes pónganle el nombre que quieran. Luego Gómez-Peña se fue a vivir a San Francisco, pero dejó una escuela y ahora hay muchas personas haciendo performance”. (Laura Elvira Díaz/ZETA).
