El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no descartó la desaparición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), luego de que el lunes 22 de julio destituyera a Gonzalo Hernández Licona de la institución encargada de medir la pobreza en México y evaluar los programas sociales.
“No lo descartamos, porque la verdad abusaron con la creación de todos estos organismos, crearon aparatos burocráticos, onerosos, sin beneficio, llenaron de oficinas, de instituciones, supuestamente autónomas, independientes”, expresó el mandatario, al tiempo que consideró que el trabajo desarrollado por el Coneval podría hacerlo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Ello, pese a que la Secretaría de Bienestar, que dirige María Luisa Albores González, rechazó que exista un proceso de “desmantelamiento” del Coneval, una vez que Hernández Licona criticara la austeridad republicana en un artículo publicado el 18 de julio en el portal Animal Político.
En el documento, el ahora exfuncionario, denunciaba que al igual que las áreas de salud, seguridad, cultura y deporte habían tenido problemas debido a recortes que “no han tenido un sólido fundamento y a controles que se han convertido en frenos para el gasto”, el Coneval está siendo afectado.
De igual forma, las medidas de austeridad han afectado los sueldos de quienes menos ganan en la institución. “Las personas con nivel de Enlace (sueldos de alrededor de 14 mil pesos mensuales) en 2019 ganan 8% menos que en 2018, todavía sin contar inflación. Para jefes de departamento la reducción ha sido de 9.3%”, expuso.
No conforme con ello, las secretarías de Bienestar y Hacienda piden, adicionalmente a los recortes iniciales, que se eliminen todas las Direcciones Generales Adjuntas y se haga una reducción adicional del 20% de plazas de estructura. Por lo que “los ajustes implicarían que la institución prácticamente deje de funcionar en las próximas semanas”.
Las últimas declaraciones de AMLO provocaron diversas reacciones, como la del subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, quien indicó que el Inegi no puede sustituir al Coneval, ya que este “evalúa el diseño, operación e impacto de la política social. Su independencia y objetividad es crucial”.
En mensajes en Twitter resaltó que la independencia del Coneval jugó un papel crucial en la evaluación del programa Cruzada Nacional contra el Hambre del sexenio anterior, alertando sobre “múltiples problemas de diseño de dicha estrategia”, así como en el cambio de medición de pobreza que había propuesto el Inegi, que de haberse efectuado, “hubiera roto la continuidad y comparabilidad de las cifras de pobreza y generado una falsa y equivocada idea de reducción de pobreza”.
A lo expuesto por Esquivel se sumó la preocupación de analistas, quienes consideraron que la desaparición de instituciones autónomas elimina los contrapesos del gobierno del político tabasqueño.
“El Presidente parece no entender la función del Coneval”, tuiteó Denisse Dresser, al señalar que al desaparecer el Coneval, “perderíamos la capacidad de evaluar de manera autónoma los programas de su gobierno y estaríamos sujetos, como en el pasado, a la historia oficial”.
Previamente, la analista había alertado que los recortes del Gobierno Federal pretendían “acabar” con este organismo, y con ello la administración de López Obrador enviaba el mensaje de que “la política social -como lo demuestra la cancelación de las estancias infantiles- será enteramente discrecional y no contaremos con mediciones que comprueben su impacto. Habrá chismes, opiniones, ‘otros datos’ muy distantes de la realidad”.
Por su parte, el presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California, Roberto Valero, observó en entrevista con NEGOCIOZ que el “autoritarismo” presidencial podría derivar en la manipulación de cifras en el futuro, en línea con lo dicho por Hernández Licona, quien si bien descartó que pueda alterarse la medición de pobreza que se dará a conocer el próximo 5 de agosto, a futuro todo puede suceder.
Cabe señalar que, en un primer momento, AMLO negó que la destitución de Gonzalo Hernández Licona haya sido un “castigo” por las críticas vertidas, ya que la decisión del reemplazo se tomó hace un mes. Sin embargo, no esclareció las razones para destituir al funcionario que se había desempeñado en el cargo desde 2005, y cuya labor había sido reconocida internacionalmente.