En tiempos que muestran avances hacia la igualdad de género es importante seguir señalando los obstáculos que impiden que las mujeres y los hombres estemos en igualdad de circunstancias para participar en la vida pública y la privada.
Recientemente el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó reformas constitucionales para que las mujeres accedan a cargos públicos y de dirección en los tres órdenes de gobierno, en igualdad de circunstancias que los hombres. Con 445 votos a favor, hace menos de dos meses, la minuta en materia de paridad de género, reforma los artículos 2, 4, 35, 41, 52, 53, 56, 94 y 115 de la Constitución. Dicho decreto fue enviado a las legislaturas de los Estados para que, en el ámbito de su competencia, realicen las reformas correspondientes en su legislación con el objetivo de procurar la observancia del principio de paridad de género.
Y la paridad de género se tiene que procurar porque no la tenemos. No tenemos una participación equilibrada de mujeres y hombres en las posiciones de poder y de toma de decisiones, pese a que la paridad es considerada un indicador de la calidad democrática en el mundo, y México se considera democrático, no obstante algunos hechos recientes que pueden fragmentar el Estado de Derecho.
Un mundo justo, un país justo, un Estado justo, un municipio justo tiene una presencia equilibrada de hombres y mujeres y eso se refleja en la calidad de la composición de la sociedad. Con las recientes reformas se orienta a esa justicia; las personas a titulares de las secretarias de despacho del Poder Ejecutivo y sus equivalentes en las entidades federativas; las de los municipios, en los órganos autónomos, en las Cámaras de diputados y senadores, en los partidos políticos y en la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación se deberá observar el principio de paridad de género.
Y seguiremos buscando la igualdad porque aún no la tenemos, hombres y mujeres no estamos en las mismas circunstancias, la brecha de desigualdad existe y sigue siendo abrumadora.
Algunos datos arrojados por el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indican que la brecha global de ingresos entre hombres y mujeres se acerca al 20%, igualmente analiza una serie de temas relacionados con la participación de las mujeres en el mundo laboral y encontró, por ejemplo, que ellas representan menos del 35% de los puestos gerenciales a nivel global, asimismo las mujeres solo tienen el mismo acceso a los servicios financieros que los hombres en el 60% de los países y a la propiedad de la tierra solo en el 42% de los países evaluados, también las mujeres son actualmente jefas de Estado en solo 17 de los 149 países analizados en el Informe Global de Género, un poco más del 11%, así en los últimos 50 años el promedio de permanencia de una mujer como jefe de Estado o primer ministro en los 149 países ha sido de solo 2,2 años.
Como consecuencia, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas ha señalado que las mujeres se ven con frecuencia privadas del disfrute de sus derechos humanos en pie de igualdad, en especial, debido a la condición inferior que les asignan la tradición y las costumbres o como consecuencia de discriminación abierta o encubierta. Muchas mujeres sufren diversas formas de discriminación al combinarse los motivos de sexo con factores como la raza, el color, el idioma, la religión, las opiniones políticas u otras, el origen nacional o social, el nivel económico, el nacimiento u otros factores como la edad, la pertenencia étnica, la presencia de discapacidad, el estado civil, la condición de refugiado o migrante, que agravan la situación de desventaja.
Atrás de las grandes desigualdades que perjudican a las mujeres sigue estando la violencia y la discriminación, así son discriminadas no por quiénes son, sino por lo que se piensa que son o representan; es decir, en virtud de la asignación de estereotipos sociales o culturales negativos; por lo que es imperante seguir combatiente los estereotipos y los discursos que ponen a las mujeres en desventaja social. Una educación en derechos humanos es clave.
Melba Adriana Olvera fue Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Baja California. Correo: melbaadriana@hotmail.com