Desde hace dos años la Clínica de Tuberculosis de Tijuana ha tenido dificultad para asegurar el tratamiento de las mil 200 personas diagnosticadas cada año; el ex titular de la Secretaría de Salud en Baja California, Guillermo Trejo Dozal, le restó atención al programa y la precariedad se agravó con el cambio de administración federal
Rafael Laniado Laborín, jefe de la Clínica de Tuberculosis de la Secretaría de Salud, denunció que desde hace dos años hay falta de medicamento para tratar a los pacientes diagnosticados con tuberculosis, el Estado y la Federación no han hecho nada al respecto a pesar de que Tijuana es la ciudad con mayor incidencia de esta enfermedad a nivel nacional.
La ciudad fronteriza registra un promedio de 55 a 60 casos por cada 100 mil habitantes, cuando la media nacional es de tan solo 17 casos.
“Por eso se hizo la clínica. Teníamos tanto problema de TB (tuberculosis) que el secretario de Salud (José Guadalupe Bustamante Moreno) dijo que era necesario hacer una clínica y la dotó con un laboratorio. El problema es que desde hace dos años estamos batallando con los insumos”, comentó Laniado.
En 2017 comenzaron los problemas de abasto de medicamento, tanto para el tratamiento de pacientes nuevos, como aquellos farmacoresistentes, los que abandonan antes de concluir el tratamiento y lo retoman ante una recaída de la enfermedad.
La clínica fue inaugurada en 2011 por el entonces secretario de Salud, José Guadalupe Bustamante Moreno, durante la administración de José Guadalupe Osuna Millán, y desde entonces atiende a pacientes de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, aunque la mayoría son referidos por el propio Hospital General.
“Sí, la tuberculosis es la enfermedad de los pobres, pero ni modo que no le demos atención a las personas que la padecen. Cualquiera se podría contagiar, no podemos hacer la vista a un lado de un problema de salud pública”, recalcó.
La tuberculosis pulmonar es altamente contagiosa, y aunque es más común en zonas de escasos recursos, situaciones de hacinamiento y mala higiene, la realidad es que cualquiera puede contraer el bacilo y desarrollar la enfermedad.
Laniado confesó que los problemas comenzaron desde hace dos años, durante la administración de Guillermo Trejo Dozal, sin embargo, cuando alzaban la voz, de alguna manera el Estado hacía lo posible por conseguirles medicamento, “nos duraba algunos meses, no era una situación definitiva, era sólo para calmar las aguas”.
Otro de los problemas es el nulo mantenimiento de los equipos de laboratorio y su falta de calibración, claves para hacer un buen diagnóstico y determinar el tratamiento adecuado para cada paciente.
“También hemos batallado con el mantenimiento y calibración del equipo, solo nos han dicho que no hay presupuesto. Reactivos tenemos porque hay un proyecto de investigación, pero no han sido surtidos por la Secretaría de Salud”, dijo el especialista.
Por proyectos de investigación privados han recibido donaciones de reactivos y algunos medicamentos, y así han podido sacar adelante a los pacientes que acuden a la clínica, pero la situación sigue siendo crítica.
Para el titular de la clínica de tuberculosis “ningún secretario ha hecho nada, se escudan en que no hay presupuesto, y de ahí no salen”, en referencia a Trejo Dozal y al actual secretario Caleb Cienfuegos.
En cuanto al equipo de laboratorio, la máquina Xpert, que tiene un costo en el mercado de 50 mil dólares, sirve para diagnosticar hasta 12 pruebas, ahora funciona al 66% porque un módulo se descompuso.
También está la cabina MGit 960, la cual sirve para trabajar los cultivos líquidos de micobacterias, y determinar qué tipo de tratamiento requiere cada paciente. En él se descompuso una de las bandas de un cajón, con capacidad para 360 muestras, por lo que se echaron a perder.
“No nos dan un mantenimiento para este aparato, no está bien calibrado desde hace 2 años. La cabina, que es de bioseguridad, no está certificada desde 2014, y debe de ser cada año y para eso, la Secretaría de Salud tiene que estar al pendiente”, dijo la química Georgina Torres, adscrita a la clínica.
Aceptan medicamentos de otros estados
Óscar Ginera Aparicio, jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 2, señaló que el problema de la falta de medicamento se debe a la Federación, no tanto al Estado, y por el momento se han estado apoyando en otros Estados.
“Muchos de estos insumos son enviados desde la Federación, por el grado de especialidad que tienen. Se ha retrasado la respuesta para poder disponer rápido, de los medicamentos de la segunda línea que se maneja, porque se requiere de 40 a 60 días una respuesta oficial de México para poderle dar el tratamiento personalizado a estos pacientes”, dijo.
Asimismo, mencionó que dentro de la jurisdicción se han apoyado con otros Estado, sobre todo Oaxaca para recibir los medicamentos que necesitan, vía paquetería, “Si no soluciona rápidamente la Federación la cuestión de la licitación, tendremos que aceptarles el apoyo a otros estados”, confesó.
Por proceso electoral no se ha podido ejercer dinero para mantenimiento
Néstor Hernández Milán, director de Servicios de Salud en Baja California, precisó que la gestión ante Gobierno Federal se hizo por 2 millones 131 mil 435 pesos, sin embargo la época electoral de 2018, la transición gubernamental y el proceso electoral en Baja California, detuvieron la entrega del recurso.
Asimismo, recalcó que el mantenimiento del laboratorio de la Clínica de Tuberculosis en Tijuana tiene un costo anual entre 500 mil y un millón de pesos. Y el millón de pesos que se entregó en este mes, será para cubrir los equipos que lo necesiten.