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miércoles, octubre 2, 2024
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Detención fallida

En una ciudad pequeña, un agente de tránsito detuvo a un joven conductor que iba a gran velocidad por la calle principal. El joven empezó a protestar:

Señor agente, déjeme que le explique.

“¡Silencio! Lo detendré hasta que regrese mi jefe”.

Pero oficial, escúcheme, tengo prisa…

“¡Cállese! ¡Ahora mismo, a la cárcel!”.

Varias horas después, el guardia fue a ver al detenido y le dijo:

“Ha tenido usted suerte, el jefe asiste a la boda de su hija, cuando regrese estará de buen humor y seguro que le perdona”.

No esté tan seguro, ¡yo soy el novio!

Autor: Federal encubierto.

 

Muerte natural

Había un forense algo torpe en un caso de asesinato. En eso llega el comisario y le pregunta:

¿Cuál es la causa de la muerte?

“Muerte natural”.

¡Pero si tiene 15 puñaladas!

“¡Por eso es natural que muera!”.

Autor: Anónimo del Semefo.

 

Buscando el dinero

La Policía detiene a un presunto ladrón, para hacerlo declarar, lo cuelga de los pies y le introduce la cabeza por varios segundos en una pileta con agua, inquiriéndole:

“¿Dónde está el dinero? Dime, ¡dónde está el dinero!”.

Y así repiten esta acción varias veces, hasta que el detenido les grita:

“¡Busquen a otro buzo, porque yo, no lo encuentro!”.

Autor: Otro ratero.

 

En Alemania

Un señor va por la autopista a 120 kilómetros por hora y en el canal contrario. Entonces, un policía lo ve y lo detiene. El policía le dice:

Lo voy a detener.

“¿Por qué?”.

Está en el canal incorrecto y va muy rápido.

“En Alemania la velocidad de los carros es ilimitada”.

Igual lo multaré.

“¿Por qué?”.

Va en el canal contrario.

“En Alemania se puede manejar por donde se quiera”.

E igualito lo multaré.

“¿Por qué?”.

Lleva las luces apagadas.

“Pero si es de día…”.

Acá sí, pero en Alemania, no.

Autor: Detenido.

 

Licencia

Un conductor borracho es detenido por la Policía.

¿Dónde está su licencia de conducir?

“¡No me digan que ya me la perdieron, si me la quitaron la semana pasada!”.

Autor: Cínico.

 

Nombre

Dios estaba creando el mundo y le estaba poniendo el nombre a los animales:

Tú te llamaras gallina.

Tú te llamaras caballo.

Tú te llamaras burro.

Y siguió poniéndoles sus nombres hasta que el burro pregunta:

¿Cómo me llamaba yo?

“Burro”.

Después de tres minutos, nuevamente pregunta:

¿Cómo me llamaba yo?

“Burro”.

Y así cinco veces más le vuelve a preguntar  a Dios:

¿Cómo me llamaba yo?

“Burro idiota”.

Ya me estaba aprendiendo el nombre ¡y ahora me dice el apellido!

Autor: Burro feliz.

 

Fiesta en la selva

El rey de la selva va a celebrar una fiesta y todos dicen “¡Bien!”.

La rana dice cantando:

“¡Qué bien me la voy a pasar, qué bien me la voy a pasar!”.

Y el rey les comparte:

“Vamos a tener atracciones y caramelos”.

Todos contestan “¡Bien!”, y la rana:

“¡Qué bien me la voy a pasar! ¡Qué bien me la voy a pasar!”.

Hasta las narices de oír a la rana, el rey anuncia:

“Van a estar todos los animales, menos uno que es verde, con ojos saltones y pegajoso”.

Todos dicen “¡Bien!”, y la rana:

“¡Qué bien! ¡Que se amuele el cocodrilo!”.

Autor: Rana parrandera.

 

Pollito

Llega un pollito a la cantina y pregunta al cantinero si tiene uvas.

El cantinero responde:

“No, no tengo”.

El pollito se va y regresa al poco rato y pregunta lo mismo:

“¿Tiene uvas?”.

Enfurecido, el cantinero contesta:

“No, y si me vuelves a preguntar, te clavo los pies al piso”.

Se va el pollito muy triste y vuelve a los cinco minutos:

“¿Tiene clavos?”.

El cantinero responde:

“No”.

Entonces el pollito vuelve a preguntar:

“Y ¿tiene uvas?”.

Autor: Cantinero frustrado.

 

Vivo

El lunes 1 de julio, el chofer de una carroza fúnebre iba tranquilamente conduciendo por la línea carpool -para autos con dos o más pasajeros- cuando fue detenido por un agente de tránsito al que le preguntó si acaso el muerto que llevaba a bordo ¡EN ZERIO! podría contar como un acompañante.

Los hechos ocurrieron en la Carretera Interestatal 15 en Las Vegas, Nevada, donde el elemento detectó al hombre conduciendo solo por la mencionada vía y, al indicarle la parada, preguntó si acaso el difunto no contaba. A lo que el policía respondió:

“Sí, si es una persona, pero no va en el asiento y no está vivo ni respira”.

El cadáver iba en la sección de carga, en la parte trasera de la carroza, por lo cual no cuenta.

El agente, a final de cuentas, dejó ir al infractor con una advertencia.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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